!! impotente !!, ...

Efesios 2: 12/18 12 Recuerden que ustedes no tenían a Cristo: no eran ciudadanos de Israel, no tenían nada que ver con los pactos ni con las promesas de Dios. Ustedes vivían sin Dios en el mundo y sin ninguna esperanza. 13 Pero ahora, unidos a Jesucristo ya no están lejos de Dios porque la muerte[a] de Cristo los acercó a Dios. 14 Cristo nos trajo la paz y es quien nos ha unido a todos en un solo pueblo. Antes, los judíos y los que no son judíos se odiaban y estaban divididos como si un muro los separara, pero Cristo murió para derrumbar ese muro de odio. 

15 La ley tenía muchos mandamientos y normas, pero Cristo acabó con esa ley para que los dos grupos se conviertan en un solo pueblo con él, y así hizo la paz. 16 Cristo murió en la cruz y con su muerte terminó la enemistad entre los pueblos, hizo que todos estuvieran en paz con Dios y que fueran un solo cuerpo. 17 Él vino y proclamó la paz tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como a los que estaban cerca de él. 18 Por medio de Cristo todos podemos acercarnos al Padre en el mismo Espíritu. PDT.

... es todo lo que irrazonablemente, se opone a la Omnipotencia, esto es, el inexplicable proceder, que se sitúa al margen de Dios, que todo lo puede, ignorando neciamente, que nada de lo que creen poder hacer, será posible, se trata de la inconciencia colectiva de los seres humanos, empeñados en desconocer y/o oponerse a su Creador, estado que obra como un muro entre la humanidad y El Creador, que genera indefección,  incertidumbre, duda, que es siempre amenaza, terror, debilidad, que improvisa, presume, pronostica, ensaya.

2 de Pedro 2: 9/14 9 El Señor sabe librar de la tentación a los piadosos, y sabe también reservar a los injustos para que sean castigados en el día del juicio, 10 sobre todo a los que se dejan llevar por la depravada naturaleza humana, y andan en deseos impuros y en la inmundicia, con lo que desprecian la autoridad divina.
Son atrevidos y arrogantes, y no tienen miedo de insultar a los poderes superiores. 11 Los ángeles, en cambio, aunque son mayores en fuerza y en poder, no se atreven a insultarlos ni a condenarlos delante del Señor. 

12 Pero éstos hablan mal de cosas que no entienden; son como animales irracionales, que nacieron para ser presa de la destrucción. Por eso, su propia destrucción los destruirá, 13 y recibirán el castigo que merece su injusticia. Creen que el placer consiste en gozar de los deleites a plena luz del día. Son una vergüenza y una deshonra, pues mientras comen con ustedes se solazan en sus propios placeres. 14 Su mirada está cargada de adulterio, no se cansan de pecar, seducen a los pusilánimes, su corazón está habituado a la codicia; ¡son hijos de maldición! RVC. 

Las criaturas que le dan forma y figura a la especie humana, fueron separadas del Omnipotente Amor de Dios, y forma parte de la gigante masa de impotentes, seres, movidos por el odio, reflejo del carácter del padrastro asesino, que luego de asesinarlos, asumió el "papel de papa" en cumplimiento del estigma de odio, que funciona siempre para causar división, para crear enemistad, para justificar el pecado, esto es la muerte, en un estado de irreflexión universal, general que conocemos como el mundo.    

Efesios 2: 1/3 1Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible[a]—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.

El irreflexivo carácter humano, movido por el odio, establece como conducta natural, extendida por todo el "mundo", la enemistad que es propia de la malicia, de la sospecha, de la  duda, que estimula, hasta la saciedad,  las relaciones, fatuas, superficiales, intrascendentes, en las que alternan con dobles, fingiendo, para garantizar la trampa tendida, arteramente, temblando de miedo, aferrados a los poderes de este mundo social, pero que se centran en las actividades del sistema religioso.   

Colosenses 2: 6/10 6 Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. 7 Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud. 8 No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales[a] de este mundo y no de Cristo. 9 Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.[b] 10 De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad. NTV.

Por completo en absoluto, conocemos la manifestación de la impotencia humana, manejada por satanás, supeditado a la Voluntad Permisiva del Creador, hecha forma de "vida", como soliloquio del odio, que se descompone en el estancado estanque del orgullo, de la soberbia, señales de la prepotencia, que se anida en el terror, que es usado para aterrorizar a los congéneres, escondidos tras de los muros de su debilidad, separados de Dios y de cada una de las criaturas que mantienen en "cuartos separados".

Romanos 8: 12/17 12 Así que, hermanos, tenemos una deuda pendiente, pero no es la de vivir en conformidad con la carne, 13 porque si ustedes viven en conformidad con la carne, morirán; pero si dan muerte a las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán. 14 Porque los hijos de Dios son todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios. 15 Pues ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos, somos también herederos;(A) herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. RVC. 

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