! Ungen !, ...
Amos 6: 4/7 4 Ustedes duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus divanes; se alimentan con los corderos del rebaño y con los novillos que sacan del engordadero; 5 gorjean al son de la flauta y, como si fueran David, inventan instrumentos musicales; RVC. 6 Que beben vino en tazones del altarY se ungen con los óleos más finos, NBLH. ¡pero nada les importa que el país esté en la ruina! 7 Por eso voy a poner fin a sus falsas fiestas religiosas, y cuando el pueblo sea llevado a otro país, a ustedes se los llevarán primero. TLA.
... los cuerpos y los ropajes que los cubren, con el escogido aceite de los olivos; beben en las copas que hacen parte del altar que evoca la Santidad, La Justicia y el amor de Dios, mientras pasa sobre sus oídos sordos el ruido causado por los instrumentos que suenan para "animar" las fiestas en que deshilan la madeja de lo que llaman bendiciones; acciones de mentes que liban fracasadamente la perfidia que blasfema la genuina unción, el Sagrado Oleo que provee la Sangre de Cristo Jesús.
Hebreos 1: 7/9 7Respecto a los ángeles, Dios dice: «Hace que sus ángeles sean como vientos, y como llamas de fuego sus servidores.» DHH. 8Pero, cuando habla de su Hijo, Dios dice: “Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos, y cetro de equidad es el cetro de Tu[b][c] reino. 9Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; por lo cual Dios, Tu Dios, Te ha ungido con oleo de alegria sobre ti más que sobre cualquier otro»[b]. NBLH.
La sociedad humana resuelve las preguntas de la gente acerca de dios, satisfaciendo las incesantes y confusas ideas que surgen de sus mentes-almas-, liderándolas hacia el sistema religioso, porque le es imposible guiarlas a Dios, debido a que Dios es Espíritu y ha de ser entendido y conocido en espíritu; esto es que, nadie, ningun ser humano, ninguno, puede dirigir a otro a Dios, si no esta investido del poder de Dios que es la Uncion, es el Oleo, preparado en Getsemaní.
Juan 4: 23/24 23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. DHH. 14 Los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Romanos 8: 14. BLPH.
Los seres humanos que son unicamente cuerpo y alma-mente-, existen alejados del Espiritu que es la vida, pues la Vida es el Don con el que las criaturas son hechas parte de la naturaleza Divina como hijos; hijos que tienen los atributos suficientes de la Uncion, de la que son motivo, los que aceptan libremente los Méritos de la Sangre redentora del Unigénito Cristo Jesús, y son como Obra del Amor, creados nuevamente a imagen y semejanza de Dios, es decir son personas.
1 de Tesalonicenses 5: 23 23 Que el Dios de la paz os conceda vivir totalmente consagrados a él, de modo que todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— permanezca sin tacha para el día en que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. BLP. 6 Y prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones; y el Espíritu clama: “¡Abba!”, es decir, “¡Padre!”.Galatas 4: 6. BLP.
El Orden en que Dios es Dios, y es manifiesta su Absoluta Majestad, esto es su Deidad, es el orden Espiritual, desde donde todo lo conocido física, materialmente, fue creado; la identidad de los hijos se origina en el Orden Espiritual, su persona que es espíritu, asume su realidad armonizando la mente-alma- junto con el cuerpo, la "trinidad humana", la persona, desarrolla su "ser" su carácter personal, debido a que la Vida "esta en él, ha sido Ungido por la Sangre y sellado con el Oleo del espíritu.
Efesios 1: 3/5 3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. 4 Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, 5 nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. DHH.