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Jueces 19: 20/23 20 ―No se preocupen —dijo el anciano—, vengan a mi casa. No deben pasar la noche en la plaza. Es muy peligroso. 21 Y dicho y hecho, los llevó a casa consigo, les dio forraje a los burros mientras ellos descansaban, y luego cenaron juntos. 22 Estaban comenzando a alegrarse, cuando rodeó la casa una pandilla de pervertidos sexuales y comenzaron a golpear la puerta y a pedir al anciano que sacara al hombre que estaba con él para violarlo. 23 El anciano salió y habló con ellos. ―No, hermanos míos. No hagan tal perversidad —les rogó—, porque es mi huésped. NBV.
... el disfrute del placer que exige la repetición, y la repetición de las experiencias que tomaron forma como dependencia como vicio, es decir como esclavitud, que obra implacablemente para ser satisfecha, incluyendo el horror del daño que causa, pues no hace diferencia con nada ni nadie, la crónica depravación, que se centra en el vicioso, que viola, tortura, somete al espanto de la perversion a sus propios hijos, a sus esposos a sus esposas, y a sus padres, a sus vecinos, a todos.
1 de Timoteo 1: 8/11 8 Nosotros sabemos que la ley es buena cuando se usa correctamente. 9 Pues la ley no fue diseñada para la gente que hace lo correcto. Es para los transgresores y rebeldes, para los desobedientes a Dios y los pecadores, para quienes no consideran nada sagrado y que profanan lo que es santo, para quienes matan a su padre o a su madre, o cometen otros homicidios. 10 La ley es para los que cometen inmoralidades sexuales o los que practican la homosexualidad o los traficantes de esclavos,[a] los mentirosos, los que no cumplen sus promesas o los que hacen cualquier otra cosa que contradiga la sana enseñanza 11 que proviene de la gloriosa Buena Noticia, que me confió nuestro bendito Dios. NTV.
Como cualquier otro vicio, otra dependencia, otra esclavitud endémica, los seres humanos, cínicos de su intimidad, clasifican su esclavitud, al antojo de la manipulación dedicada los pusilánimes, a los ignorantes, a los necios, en fin, a los que son idénticos a ellos, y "mejor aún", han sido sus víctimas, pero igual han sido sus victimarios, en desarrollo del círculo de la existencia humana, sometida a la esclavitud del pecado, viciosa sin remedio de la muerte.
Amos 6: 3/7 3 Ustedes se niegan a creer que va a haber un día de castigo, y sin embargo, cada día ustedes hacen que se acerque más el reino de la violencia. 4 Oigan ustedes, los que se acuestan en camas de marfil y se sienten a sus anchas. Comen banquetes de corderos y ceban terneros para las fiestas. 5 Cantan con arpas e imitan a David, componiendo melodías y canciones para sí mismos. 6 Beben vino en tazones y usan perfumes finísimos. Pero no les importa que Israel[a] sea destruido. 7 Por eso ustedes que disfrutan a sus anchas serán los primeros que serán desterrados. La fiesta se acabó para ustedes. PDT.
La extravagancia de sus sádicas, sórdidas acciones, los enorgullecen, atesoran el terror, el llanto, la indefensión de los pequeños, la sumisión de los amenazados, la humillación ante los artificios del enclenque sádico endemoniado, toda esta infernal degradación, acumula en los anaqueles de la profundamente insignificancia humana, como los frutos, como los réditos que le ofrendan a satanás, como tributo de terror pagano.
Judas 1: 10,12/13 10 Pero esa gente se burla de cosas que no entiende. Como animales irracionales, hacen todo lo que les dictan sus instintos y de esta manera provocan su propia destrucción. 12 Cuando estos individuos participan con ustedes en sus comidas de compañerismo—las cuales conmemoran el amor del Señor—, son como arrecifes peligrosos que pueden hacerlos naufragar. [a] Son como pastores que no tienen vergüenza y que solo se preocupan por sí mismos. Son como nubes que pasan sobre la tierra sin dar lluvia. Son como árboles en el otoño, doblemente muertos, porque no dan fruto y han sido arrancados de raíz. 13 Son como violentas olas del mar que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son como estrellas que han perdido su rumbo, condenadas para siempre a la más negra oscuridad. NTV.
Frutos del empedernido, vicioso modo de existir pecando, son los méritos de los seres humanos, en que se fundamenta su eternidad en el infierno, hundidos en la ignominia del peso que le causan sus amadísimos vicios, obran en conformidad, resignados a la esclavitud, que les impide vislumbrar la vida, que los circunda; vida ignorada, abandonada, depreciada, evadida, pues decidir verla por un segundo, les quita el depravado disfrute de su dependencia, sus vicios, al imperio de la barriga y los genitales.
Filipenses 3: 17/21 17 Hermanos míos, sigan mi ejemplo. Y fíjense en los que así lo hacen. 18 Hay muchos que viven como si la muerte de Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos. 19 Esa gente va a terminar en el infierno. Vive sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad debería sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo. 20 Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Nuestros débiles cuerpos serán destruidos, pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo. TLA.