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Job 26: 5/14 5-6 «Desnudos y temblorosos se presentan los muertos ante Dios en el sitio adonde van. 7 Dios extiende el cielo sobre el espacio vacío, y cuelga la tierra de la nada. 8 Envuelve la lluvia en sus densas nubes, y las nubes no se rompen con ese peso. 9 Oculta su trono entre cortinas de nubes. 10 Pone límite al océano; sí, y limita el día y la noche. 11 Las columnas del cielo tiemblan cuando él reprende. 12 Y por su poder se calma el mar. Él es diestro en aplastar el orgullo de las aguas. 13 Embellece los cielos con su espíritu; clava a la serpiente que huye veloz. 14 Estas son algunas de sus obras más insignificantes; no más que un murmullo de su poder. ¿Quién podrá entonces resistir ante su trueno?». NBV.
... como el "berrinche" de los niños, vacio trivial, escaso de contenido, redundante, el fingido alarde de indignación, de los seres humanos, que posan ante la sociedad y el sistema religioso, iracundos y altaneros, encubriendo su comun, su genralizada manera de esxisetir pradticiando el pecado, en tanto deliran absortos en la práctica de sus llamadas tradicionmes, en realidasd el cúmulo de supersticiones que motivan, que animan, que le da objetivo positivo, al caos emocional, sentimental, en que exiten.
Isaias 45: 15/19 15 Sí, tú eres un Dios invisible, Dios y salvador de Israel. 16 Quedan defraudados y avergonzados, abochornados los que fabrican ídolos. 17 Pero el Señor salva a Israel con una victoria permanente. No se sentirán defraudados ni avergonzados nunca jamás. 18 Así dice el Señor, el que creó el cielo y es Dios, el que hizo y modeló la tierra; el que la afianzó y no la creó vacía, sino que la hizo habitable: Yo soy el Señor, no hay otro. 19 No he hablado a escondidas, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a los hijos de Jacob que me buscaran en el vacío. Yo soy el Señor, y digo la verdad; anuncio las cosas que son justas. BLP.
Lo predecible, su incambiable, rutinaria manera de exitir, de la gente, trata de mostrarlo, como único, como exclusivo, colgando del mismo abismo del pecado, respondiendo a la común limitacion que les impide ver, el escalofriante vacio en que llevan a efecto, sus repetitvos, insustanciales proyectos, construídos minuciosamene con ladrillos de injusticia, manposteados, con la mezcla de sus perversiones, instaladas por doquier en los ambitros social y religiosos.
2 de Pedro 2: 17/21 17 Esos individuos son manantiales sin agua, nubes arrastradas por el huracán. Densas tinieblas los aguardan, 18 pues son declamadores ampulosos y vacíos que seducen con la promesa de placeres carnales desenfrenados a quienes acaban de escapar de las garras del error. 19 Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos del vicio, pues quien te vence te esclaviza. 20 En efecto, si los que han sido liberados de la corrupción del mundo, al haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y atrapar en ella, su situación final resulta peor que la primera. 21 Preferible les hubiera sido no conocer el camino de la salvación que, una vez conocido, volver la espalda a los santos mandamientos recibidos. BLP.
El infructuoso vacio que propicia el pecado, que le da movimiento a la naturaleza humana, trata de ser "lleno", con ademanes rimbombantes, con gestos de furia, con manifestaciones que exigen respeto, a toda la vaciedad, que amontoinan sobre si, empecinados en ocultar sus viciosas, empedernidad maneras de destruirse unos a otros, de devorarse sin miramiento, de la misma condicion humana, de la misma especie, en verrda vacios de la solides que solo se obtiene, cuando la criatura se encuentra cara a cara con su Creador.
Hechos 9: 1/7 1Saulo aún lanzaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor cuando fue a ver al sumo sacerdote. 2 Allí le pidió cartas para las sinagogas de Damasco para que, en caso de hallar a hombres o mujeres de este Camino, los pudiera llevar presos a Jerusalén. 3 Pero sucedió que de pronto en el camino, ya cerca de Damasco, lo rodeó un poderoso haz de luz que venía del cielo 4 y que lo hizo rodar por tierra, mientras oía una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» 5 Y él contestó: «¿Quién eres, Señor?» Y la voz le dijo: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. [Dura cosa te es dar de coces contra el aguijón. 6 Él, temblando de temor, dijo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Y el Señor le dijo:][a] Levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que debes hacer.» 7 Los acompañantes de Saulo se quedaron atónitos, porque oían la voz pero no veían a nadie. RVC.