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Romanos 2: 6/16 6 (A)«Dios pagará a cada uno según lo que haya hecho».[a] 7 Hay algunos que son constantes en hacer el bien. Buscan de Dios la grandeza, el honor y una vida que no puede ser destruida. A ellos Dios les dará vida eterna. 8 Hay otros que son egoístas, se niegan a seguir la verdad y han decidido seguir la injusticia. Dios los castigará con toda su ira. 9 Castigará con grandes sufrimientos a todos y cada uno de los que hacen lo malo, tanto a los judíos como a los que no son judíos. 10 Por el contrario, a todos los que hacen el bien Dios les dará grandeza, honor y paz, sean judíos o no. 11 Dios juzga a todos por igual y sin favoritismos. 12 Los que conocen la ley y los que no saben nada de ella son iguales cuando cometen pecados. Los que no conocen la ley y cometen pecados se condenarán. 

De la misma manera, los que conocen la ley y cometen pecados serán juzgados por la ley. 13 Dios dará su aprobación a los que obedecen su ley, no a los que sólo la escuchan. 14 Los que no son judíos no conocen la ley, pero cuando ellos por instinto hacen lo que ordena la ley, aun sin conocerla, entonces ellos son su propia ley. 15 Demuestran que en su mente está escrito lo que está bien y lo que está mal, así como dice la ley, y su conciencia les sirve de testigo. Sus razonamientos los condenan o los defienden porque cuando hacen lo malo tienen remordimientos y cuando hacen el bien saben que hacen bien y no se sienten culpables. 16 Todo esto sucederá el día en que Dios juzgue todos los secretos de la gente conforme dice la buena noticia de salvación que les anuncio, que Dios va a juzgar a la gente por medio de Jesucristo. PDT.

... de injusticia, comprometidos con la justicia, los veredictos absolutorios, proferidos por sus grupos religiosos, como dictamen para sus "inocencias", grupos religioso, que se cuentan por miles, de miles, que agrupan a la totalidad de seres humanos del mundo, homogéneos en su universal decisión de ser, lo que siempre fueron, la herencia de los que los criaron, y que decidieron ser, lo que siempre fueron, aquellos hijos de los que los criaron, y que decidieron ser, lo que siempre fueron. 

La respuesta a universal homogénea, como especie ante el Creador Cristo Jesús, heterogénea, en su necios caprichos, en el terco egoísmo, que perpetua la infantil, disposición a ser cambiada, por la cambiadas naturaleza, de los que tienen turno ante ellos, por decisión de Dios, para formarlos, para establecer principios de vida en ellos, corrigiendo con rigor de amor, las pataletas, tiranas, irreverentes, inconsistentes, propias de emociones, sentimientos, ligados a alas circunstancias en que suceden sus juegos.

Dios no tiene nada contra nosotros, gruñen los seres naturales, entregados a destruirse, como caníbales, montados sobre la bestia del egoísmo, ciega, muda, sorda, de las personas a su alrededor, y mayormente de Cristo Jesús, hemos hecho convenios con "nuestro padre el diablo", para  que cada uno de los abogados, de cada uno de los grupos religiosos, que forman el sistema, nos defiendan, en el muy poco creíble, probable hecho, de ser presentados ante su presencia, para rendir cuentas, pues hemos sido fieles a cada uno. 

Como fue, como es y como será, los expertos, muy astutamente preparados "abogados", presentarán nuestra defensa, encubriendo la realidad de nuestra depravada, corrupción, pervertida, descargada sobre los niños, para que sean peores que nosotros, pues ellos, desarrollaran sus argumentos sobre la forma como cumplimos con el movimiento de dinero, y las visitas a los centros de profanación religiosa, esgrimidos como suficientes, para ser declarados inocentes, de nuestro absolutismo egoísta. 

Hebreos 10: 26/31 26 Porque si seguimos pecando intencionalmente después de haber conocido la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados; 27 solamente nos queda la terrible amenaza del juicio y del fuego ardiente que destruirá a los enemigos de Dios. 28 Cuando alguien desobedece la ley de Moisés, si hay dos o tres testigos que declaren contra él, se le condena a muerte sin compasión. 29 Pues ¿no creen ustedes que mucho mayor castigo merecen los que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre, los que insultan al Espíritu del Dios que los ama? Esa sangre es la que confirma la alianza, y con ella han sido ellos consagrados. 30 Sabemos que el Señor ha dicho: «A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré.» Y ha dicho también: «El Señor juzgará a su pueblo.» 31 ¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios viviente! DHH.

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