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Hebreos 5: 12/14 12 Pues aunque ya[a] debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios(A) elementales[b](B) de los oráculos de Dios(C), y habéis llegado a tener necesidad de leche(D) y no de alimento sólido. 13 Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño(E). 14 Pero el alimento sólido es para los adultos[c](F), los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados(G) para discernir el bien y el mal(H). LBLA.
... como la mejor expresión que le da nombre al resultado de los procesos de producción, que en sus intrincadas, formas y desarrollos, dan por hecho, dan por cumplido su objetivo, a tener el producto final, pues el producto es, lo que la factoría, espera de toda su actividad "empresarial", esta actividad es semblanza exacta, de lo que son, y hacen lo seres humanos, empleados hasta el nivel de la excelencia, de la naturaleza pecaminosa, por el dios de este mundo, excelencia, el fruto que le reporta cada ser humano, en el proceso de "producción de la muerte".
Romanos 6: 19/23 19 Hablo en términos humanos, por la debilidad de su naturaleza humana. Así como para practicar la iniquidad presentaron sus miembros para servir a la impureza y la maldad, ahora, para practicar la santidad, presenten sus miembros para servir a la justicia. 20 Cuando ustedes eran esclavos del pecado, eran libres en cuanto a la justicia. 21 ¿Pero qué provecho sacaron de eso? Ahora ustedes se avergüenzan de aquellas cosas, pues conducen a la muerte; 22 pero como ya han sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, el provecho que obtienen es la santificación, cuya meta final es la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. RVC.
Así como la humanidad, se identifica, conforme a su carácter, resultando dos formas de manifestación, en el marco del mundo", una, la colosal, masa de seres humanos, que reflejan el carácter, del dios de este mundo; la otra, una minoría, tan exacta, que es resultado de la decantación, hecha por Cristo Jesús, con su Sangre, tomados de esa colosal masa, y puestos. como dueños, de la reordenación que obra infaliblemente, sobre la creación, reflejando el carácter de Cristo Jesús, para Honra del Padre, por el poder del Espíritu Santo.
1 de Juan 3: 5/10 5 Ustedes ya saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados, y que él no tiene pecado alguno. 6 Así pues, todo el que permanece unido a él, no sigue pecando; pero todo el que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. 7 Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; 8 pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. 9 Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. 10 Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios. DHH.
La descomunal. masa, de seres humanos, que le da forma, razón y evidencia al mundo, es el fruto, del orden espiritual subterráneo, en el que opera santas y sus demonios, ejerciendo el poder que Cristo Jesús, en su Voluntad Permisiva, les ha concedido, para que la gente que le dio la espalda, que lo rechaza, que lo odia, tenga lo que es "justo", a sus pensamientos y actuaciones, son el producto de la maquinaria infernal, que procesa, asesinato, engaño, mentira, traición, infidelidad, pecado sexual, y sus correlacionados.
1 de Timoteo 1: 3/11 3 Como ya te rogué al irme a la región de Macedonia, quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas 4 ni presten atención a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas llevan solamente a la discusión y no ayudan a conocer el designio de Dios, que se vive en la fe. 5 El propósito de esa orden es que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. 6 Algunos se han desviado de esto y se han perdido en inútiles discusiones. 7 Quieren ser maestros de la ley de Dios, cuando no entienden lo que ellos mismos dicen ni lo que enseñan con tanta seguridad.
8 Sabemos que la ley es buena, si se usa de ella conforme al propósito que tiene. 9 Hay que recordar que ninguna ley se da para quienes hacen lo bueno. La ley tiene en cuenta a los rebeldes y desobedientes, a los malvados y pecadores, a los que no respetan a Dios ni a la religión, a los que matan a su padre o a su madre, a todos los asesinos, 10 a los que cometen inmoralidades sexuales, a los homosexuales, a los traficantes de esclavos, a los mentirosos y a los que juran en falso; es decir, a los que hacen cosas que van en contra de la sana enseñanza. 11 Y esto es lo que enseña el glorioso evangelio que el Dios bienaventurado me ha encargado. DHH.
El remanente el fruto efectivo, de la Obra realizada por Cristo Jesús en favor de toda la humanad, muriendo en la cruz, para vencer la muerte eterna, con en efecto sucedió, elevando por su Poder ante el Padre, ese sacrificio, de manera que los muertos fueron Justificados, y quedaron en las Manos del Creador, para ser fruto de la tumba vaciá, pues es el Poder en que son restaurados a la vida, nacidos de la genética de Dios, en plenitud de santidad, esto es libres de pecado, pero cubiertos por la Sangre que perdona cada caída.
1 de Juan 1: 5/10 5 Este es el mensaje que oímos de Jesús[a] y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. 7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. 8 Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; 9 pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 10 Si afirmamos que no hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y demostramos que no hay lugar para su palabra en nuestro corazón. NTV.