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1 de Corintios 15: 52/57 52 En un abrir y cerrar de ojos seremos transformados. Esto sucederá al toque final de la trompeta, pues la trompeta va a sonar, y los muertos serán resucitados con un cuerpo que nunca se pudre y todos seremos transformados. 53 Nuestro cuerpo que se va a podrir, se vestirá con lo que nunca se pudre; y este cuerpo que va a morir, se vestirá con lo que nunca muere. 54 (A)Cuando lo que se pudre se vista con lo que nunca se pudre, y cuando lo que muere se vista con lo que nunca muere, entonces lo que dice la Escritura se hará realidad: «La muerte ha sido devorada por la victoria.[a] 55 (B)Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?»[b] 56 El aguijón de la muerte es el pecado. El poder del pecado es la ley. 57 Pero demos gracias a Dios que nos ha dado la victoria a través de nuestro Señor Jesucristo. PDT.
... a los muertos, es amortajar su estado, tratar de hacerlos lucir lozanos, mejorando su "realidad", a sabiendas de su irremediable condición, una que no cambiara, en cuanto su avance, su llegada al destino final, quedó determinada por la decisión, libre soberana, cuando aun vivía, cuando la muerte aguijoneada por el pecado, anticipaba que su vestido no cambiaría, so serian transformados, de sus cuerpos que se pudren, ac unos que glorificados no afrontaran corrupción, pues sus sus nuevos vestidos son la vida.
Ezequiel 37: 1/10 La fuerza del Señor vino sobre mí y fui llevado por el Espíritu del Señor a un valle lleno de huesos viejos y secos que estaban esparcidos por todas partes sobre el suelo. 2 Él me hizo pasar entre ellos, y luego me dijo: ―Hombre mortal, ¿pueden estos huesos llegar a ser gente viva de nuevo? 3 Yo respondí: ―Señor, solo tú sabes la respuesta a eso. 4 Luego me dijo que hablara a los huesos y les dijera: «Oh huesos secos, escuchen las palabras del Señor, 5 quien dice: “¡Yo los haré revivir y respirar de nuevo! 6 ¡Volveré a colocar músculos y tendones sobre ustedes y los cubriré con piel! ¡Pondré aliento en ustedes y volverán a respirar y a vivir y sabrán que yo soy el Señor!”».
7 Así pues, dije estas palabras de Dios, tal como él me mandó a hacerlo, y repentinamente hubo un ruido de agitación por todo el valle y los huesos de cada cuerpo se juntaron y se unieron tal como antes. 8 Luego, mientras observaba, los músculos y la carne se formaron sobre los huesos y la piel los cubrió, pero los cuerpos no tenían aliento, que es la vida. 9 Entonces me dijo el Señor que llamara al aliento de vida, el Espíritu, y le dijera: «El Señor Dios dice: “¡Ven de los cuatro vientos, oh Espíritu, y sopla sobre estos cuerpos muertos, para que puedan volver a respirar y vivir! 10 Y hablé al aliento de vida tal como el Señor me había mandado, y los cuerpos comenzaron a respirar, volvieron a la vida y se pusieron de pie, como si fueran un poderoso ejército”». NBV.
El valle de los huesos secos, es decir el mundo., desplegado por su desierto, completamente inútil, estéril, hasta donde su propia "resequedad", espera se cumpla el lento proceso en que será tanta su ausencia de anda, que los huesos pasaran a ser parte del desierto, en que yacen, el valle de la muerte, de las sombras, en que lo único visible, lo único "apreciable", es las escalofriante diseminación de la muerte, hecha parte de la extensa estancia, que recibe como nombre, muerte.
Hebreos 2: 14/18 14 Así como los hijos de una familia son de la misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo. 15 De esta manera ha dado libertad a todos los que por miedo a la muerte viven como esclavos durante toda la vida. 16 Pues ciertamente no vino para ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. 17 Y para eso tenía que hacerse igual en todo a sus hermanos, para llegar a ser Sumo sacerdote, fiel y compasivo en su servicio a Dios, y para obtener el perdón de los pecados de los hombres por medio del sacrificio. 18 Y como él mismo sufrió y fue puesto a prueba, ahora puede ayudar a los que también son puestos a prueba. DHH.
Los huesos que no se ven "secos", que no parecen yacer en el "valle de la muerte", a pesar de ser los que llenan el mundo, los que rechazan, desprecian, odian, a Cristo Jesús, están vestidos de carne y músculos y armados con tendones; lucen muy bien, y se esfuerzan por su apariencia, por su "vigor", sin tener acceso, a la sabiduría, Divina, que les explicaría, como para "estar" ralamente vestidos, para no ser huesos secos, han de anticiparse al sello del valle de la muerte, revistiéndose de Cristo Jesús.
2 de Corintios 5: 1/8 Bien sabemos que si se deshace nuestra casa terrenal, es decir, esta tienda que es nuestro cuerpo, en los cielos tenemos de Dios un edificio, una casa eterna, la cual no fue hecha por manos humanas. 2 Y por esto también suspiramos y anhelamos ser revestidos de nuestra casa celestial; 3 ya que así se nos encontrará vestidos y no desnudos. 4 Los que estamos en esta tienda, que es nuestro cuerpo, gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Pero Dios es quien nos hizo para este fin, y quien nos dio su Espíritu en garantía de lo que habremos de recibir. 6 Por eso vivimos siempre confiados, pues sabemos que mientras estemos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque vivimos por la fe, no por la vista). 8 Pero confiamos, y quisiéramos más bien ausentarnos del cuerpo y presentarnos ante el Señor. RVC.
Pasar de huesos secos a estructura de cuerpos glorificados, conforme al Poder de cristo Jesús, es el hecho cumplido en que se pasa de muerte a vida, el cuerpo "aparentemente" dotado de todo lo necesario para cometer toda la gama de los pecados sexuales, y sus derivados y sus conexos, no son otra cosa que la extrema realidad, que presenció Ezequiel, sostenido por su Creador, Cristo Jesús, visión de la aparatosa caída del pueblo de Israel, y el cumplimiento del propósito del Evangelio, en este tiempo de su Iglesia, de su familia.
2 de Corintios 4:1/5 Por lo tanto, ya que Dios, en su misericordia, nos ha dado este nuevo camino,[a] nunca nos damos por vencidos. 2 Rechazamos todas las acciones vergonzosas y los métodos turbios. No tratamos de engañar a nadie ni de distorsionar la palabra de Dios. Decimos la verdad delante de Dios, y todos los que son sinceros lo saben bien. 3 Si la Buena Noticia que predicamos está escondida detrás de un velo, solo está oculta de la gente que se pierde. 4 Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios. 5 Como ven, no andamos predicando acerca de nosotros mismos. Predicamos que Jesucristo es Señor, y nosotros somos siervos de ustedes por causa de Jesús. NTV.