!!! Defensor !!!, ...

Lamentaciones 3: 58 58 ¡Señor, tú eres mi abogado! ¡Defiende mi caso! Pues has redimido mi vida. NTV. Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos. 1 de Juan 2: 1/3 RVC.  

... de Justicia, Abogado tenedor de los casos que Personalmente conoció, y de su conocimiento presentó evidencia ante La Justicia que debe ser Satisfecha en la cabalidad de los delitos cometidos; Las Justicia de Dios que Satisfizo el pago por cada criatura, la Redención suficiente que el Propio Abogado asumió como suya, pues cada uno de los condenados, fue redimido a costo de la Sangre preciosa que fue vertida como justificación completa, sin que faltara nada.

2 de Corintios 5: 7/10 Vivimos por fe, no por vista. Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor. Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado. 10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo. NBD. 

El Abogado perfecto en Santidad Justicia y Amor, es quien tiene el Poder ante la Justicia del Padre, para declarar nula la muerte, muriendo por los que estaban muertos anticipando la caída definitiva, que ocurre cuando el cuerpo "deja de moverse", cuando pierde los atributos simples mediante los que asume su responsabilidad de viva voz, declarándose culpable de pecado, merecedor de la muerte, incapaz para salvarse de la muerte así mismo, aceptando la redenci 2n y vida en Cristo Jesús.

1 de Pedro 1: 17/20 17 Si ustedes llaman «Padre» a aquel que al juzgar se fija en lo que se ha hecho, y no en quién lo hizo, vivan el resto de sus vidas en el temor de Dios. 18 Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, 20 que ya había sido destinado desde antes de que Dios creara el mundo, pero que se manifestó en estos últimos tiempos por amor a ustedes. RVC. 

La genuina Predicación, que es inherente a la Persona de Cristo Jesús, expone ante las criaturas en presencia de los hijos redimidos y vueltos a la vida, el mensaje con el que cada quien ha de ser confrontado en su conducta, de cada dia, para que reciba la profecía sobre lo que será su mañana, si no decide entregar su caso, caso en plenitud de verdad, en el que la confesión, hace que el culpable pecador, coincida con el Creador, en cuanto lo que es pecado, no lo que la criatura cree que es.  

 Lucas 13: 1/5 En ese momento estaban allí algunos que le contaron a Jesús el caso de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios que ellos ofrecían. Jesús les dijo: «¿Y creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que el resto de los galileos, sólo porque padecieron así? ¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos. Y en el caso de los dieciocho, que murieron aplastados al derrumbarse la torre de Siloé, ¿creen ustedes que ellos eran más culpables que el resto de los habitantes de Jerusalén? ¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos.» RVC.

La elocuencia de los disparates con los que el sistema religioso encubre el pecado, esta abigarrado en la multitud de formas y confesiones, grupos y denominaciones, a los que pertenecen los seres humanos, a los que se les encubre la verdad sobre el estado mortal en que existen, condenados a muerte eterna debido a su manera pecaminosa de existir, evitando maliciosamente que acepten el regalo gratuito de la defensa infalible de Cristo Jesús, el Precioso y Perfecto Abogado.

1 de Juan 2: 1/5 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y no hay verdad en él. El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. RVC.

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