! Acusados !, ...

Zacarías 3: 1 Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor, y a *Satanás, que estaba a su mano derecha como parte acusadora. NBD. 58 ¡Señor, tú eres mi abogado! ¡Defiende mi caso! Pues has redimido mi vida. Lamentaciones 3: 58 NTV.  

... por el eterno condenado, el que se autoerige como "parte acusadora" de las criaturas sometidas segundo, a segundo, al engaño  en que maliciosamente prepara la trampa para derribarlos, primorosamente disfrazada de éxito y prosperidad, fruto de la comisión de la gran gama de injusticias que deben ser ejecutadas contra si, y contra otros, pues de esa ejecución dependerá el despojo de que son victimas tanto unos como los otros, que obran siempre obedeciendo al acusador.

Zacarías 3: 1/3 Luego el ángel me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del Señor. A su mano derecha estaba Satanás, dispuesto a acusarlo. Pero el Señor le dijo a Satanás: «Yo soy el Señor, y te reprendo a ti, Satanás. Yo he escogido a Jerusalén, y a este hombre lo he rescatado del fuego como a un tizón. Por eso yo, el Señor, te reprendo.»  Como Josué estaba delante del ángel, y su ropa estaba muy sucia, el ángel ordenó a los que estaban a su servicio: «¡Quítenle esa ropa tan sucia!» Y a Josué le dijo: «Date cuenta de que ya te he limpiado de tu pecado, y de que te he vestido con ropas de gala.» RVC.

Sentado a la Derecha del Padre, está Cristo Jesús, Esta el Redentor, Esta El Creador, oficiando como Abogado ante la Justicia del Padre; los que no han sido redimidos por su Sangre, los que siguen muertos en sus delitos y pecados, porque no han sido Creados de nuevo, los que no confesaron su esclavitud a satanás, renegando de la mentira que los gobernó, los que no declararon de viva voz, que Cristo Jesús, es su Verdadero Señor, porque los Salvo de la muerte , no tienen Defensor.

Romanos 2: 13/16 13 Dios dará su aprobación a los que obedecen su ley, no a los que sólo la escuchan. 14 Los que no son judíos no conocen la ley, pero cuando ellos por instinto hacen lo que ordena la ley, aun sin conocerla, entonces ellos son su propia ley. 15 Demuestran que en su mente está escrito lo que está bien y lo que está mal, así como dice la ley, y su conciencia les sirve de testigo. Sus razonamientos los condenan o los defienden porque cuando hacen lo malo tienen remordimientos y cuando hacen el bien saben que hacen bien y no se sienten culpables. 16 Todo esto sucederá el día en que Dios juzgue todos los secretos de la gente conforme dice la buena noticia de salvación que les anuncio, que Dios va a juzgar a la gente por medio de Jesucristo. PDT.

En efecto la aprobación de Dios, obra como principio inalienable e infalible, sobre la base de la obediencia; los hechos son obediencia pura; nada procede para modificar, lo sucedido, excepto la maquinación en que se envuelve la impunidad, para burlar la justicia entre seres humanos, pero que jamás burlará la Justicia de Dios; a quién o a que obedecemos, descorre el velo de la eternidad, ya sea para los obedientes a los demonios, ó a los que obedecen a su Creador y Dios y Padre. 

Efesios 2: 1/5 Hace tiempo ustedes estaban espiritualmente muertos a causa de sus pecados y sus ofensas contra Dios. PDT. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible[a]—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV. 27 Mientras Jesús decía esto, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: «¡Dichoso el vientre que te dio a luz, y los senos que te amamantaron!» 28 Jesús respondió: «Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la obedecen.» Lucas 11: 27/28. RVC. 

La liberación de la esclavitud del pecado, y la salvación de la muerte eterna, sucede en las personas que recuperada la cordura, en  ejercicio de su libre albedrio, enfrentan la verdad de la injusticia, es decir del pecado, asumen el calculo del daño causado y son testigos de sus consecuencias, se desploman de asco y dolor ante la cruz, confiesan su pecado y redimidos, justificados, libres de la ropa sucia, son "vestidos-creados-" con vestidos de gala.       

Romanos 8: 31/39 31 ¿Qué añadir a todo esto? Si Dios está a nuestro favor, ¿quién podrá estar contra nosotros? 32 El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no va a hacernos el don de todas las cosas juntamente con él? 33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¡Dios es quien salva! 34 ¿Quién se atreverá a condenar? ¡Cristo Jesús es quien murió, más aún, resucitó y está junto a Dios, en el lugar de honor, intercediendo por nosotros! 35 ¿Quién podrá arrebatarnos el amor que Cristo nos tiene?

¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, el miedo a la muerte? 36 Ya lo dice la Escritura: Por tu causa estamos en trance de muerte cada día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero. 37 Pero Dios, que nos ha amado, nos hace salir victoriosos de todas estas pruebas. 38 Estoy seguro de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni potestades cósmicas, ni lo presente, ni lo futuro, ni poderes sobrenaturales, 39 ni lo de arriba, ni lo de abajo, ni cualquier otra criatura, será capaz de arrebatarnos este amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús, Señor nuestro. BLP.   

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