! El ocaso !, ...

Lucas 12: 35/40 35 »¡Estén listos! Vístanse y tengan las lámparas encendidas. 36 Sean como los siervos que están esperando que su patrón regrese de una fiesta de bodas. El patrón viene, llama a la puerta y ellos abren de inmediato. 37 Qué bien les irá a esos siervos a quienes el patrón encuentra despiertos y listos cuando él regresa a casa. Les digo la verdad: el patrón pedirá a los siervos que ocupen su lugar en la mesa, se dispondrá y él mismo les servirá. 38 Tal vez los siervos tengan que esperar hasta la media noche o más tarde, pero les va a ir bien cuando llegue el patrón y los encuentre esperándolo. 39 Recuerden esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora viene el ladrón, entonces no lo dejaría entrar a su casa. 40 Así que ustedes también estén listos, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada». PDT. 

... de la soberbia humana establecida en la sociedad, cuyo argumento es el sistema religioso, que delimita la multitud de sus componentes subformados por los atributos de cada uno , atributos que son el " aceite", con el que encienden sus artificiales lámparas, es decir con "el que" en efecto encienden lámparas que intensifican la oscuridad de rituales y ceremonias con las que blasfeman al Creador, "alumbrando", imágenes, junto con las que inventan de sus diosas y demás dioses.

Isaias 48: 1/7 »Escúchame, oh familia de Jacob, tú que llevas el nombre de Israel y naciste en la familia de Judá. Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del Señor e invocas al Dios de Israel. No cumples tus promesas, aunque te llamas a ti misma la ciudad santa y dices que confías en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales. Hace mucho tiempo te dije lo que iba a suceder. Entonces, de repente entré en acción  y todas mis predicciones se hicieron realidad. Pues yo sé lo terca y obstinada que eres;  tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce. Por eso te dije lo que iba a suceder; te anuncié de antemano lo que iba a hacer. Así nunca podrías decir: “Mis ídolos lo hicieron; mi imagen de madera y mi dios de metal ordenaron que sucediera”. Oíste mis predicciones y las viste cumplidas, pero te niegas a admitirlo. Ahora te diré cosas nuevas, cosas secretas que aún no has oído. Son totalmente nuevas; no son del pasado. Así que no podrás decir: “¡Eso ya lo sabíamos!”. NTV.

El Oleo que alimenta las lámparas, que son las personas en las que ha sido restaurada la vida, esto es el espíritu, se procesa en el corazón, que emula "el molino de Getsemaní", el conocimiento creciente, constante de la Persona del Creador; conocimiento que se establece en la intimidad, en la devoción, que es el amor que encumbra el poder que se consolida como autoridad, que testifica del Maestro, con precisión inusitada, fruto de la intimidad, que armoniza sus vidas con la de El.
      
Efesios 1: 17/21 17 Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. 18 Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, 19 y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia 20 cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, 21 poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe, tanto en este tiempo como en el venidero. DHH.

El sol que ilumina el amanecer de los seres humanos, declarados contra Dios con rebeldía, le da esplendor al éxito y prosperidad que resplandece al mediodía, el fugas  por tenue tiempo de la soberbia en que la gente se eleva orgullosa egoísta, falsa; exhibe sus hazañas sin darse cuenta que el ocaso ha comenzado, que la tarde de la apostasía, avanza veloz, y que el tiempo de la oscuridad esta en cierne; el tiempo de "espera" ha terminado, el fin ha llegado.    

1 de Pedro 2: 4/8 *Cristo es la piedra viva, rechazada por los *seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio *santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. Así dice la Escritura: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado.»[a] Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos, «la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular»,[b] y también: «una piedra de *tropiezo y una roca que hace *caer.»[c]Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados. NBD.

La Luz de Cristo, la Aurora de la eternidad que es vida, es la Luz que inunda todo el "ser", de las personas que han sido hechas lámparas, de la inagotable Gracia de Dios, en que son su imagen y semejanza, conocedores hasta el asombro, de la Majestad del Todopoderoso que los alimenta, dado que es el Padre Perfecto, con el alimento espiritual, que propicia su crecimiento, su madurez, manifiesta en la medida en que Cristo es el Modelo, es la Estatura que define la propia.

2 de Pedro 2: 1/3  En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad. Llevados por la avaricia, estos maestros los explotarán a ustedes con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su destrucción los acecha. NBD. Sobre todo tengan esto en cuenta: que en los días últimos vendrá gente que vivirá de acuerdo con sus propios malos deseos, y que en son de burla preguntará: «¿Qué pasó con la promesa de que Cristo iba a volver? Ya murieron nuestros padres, y todo sigue igual desde que el mundo fue creado.» Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 2 de Pedro 3: 3/8. NBD.         

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