! Jericó !, ...

Deuteronomio 34: 1/3 Moisés subió del desierto de Moab al monte Nebo, a la cumbre del monte Pisgá, que está frente a Jericó. Desde allí el Señor le hizo contemplar toda la región de Galaad hasta el territorio de Dan, las regiones de Neftalí, Efraín y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo, el Négueb, el valle del Jordán y la llanura de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Sóar. DHH. El SEÑOR le dijo a Josué: «Voy a entregar en tus manos a Jericó, a su rey y a sus soldados. Una vez al día, marcha alrededor de la ciudad con todos los soldados. Haz esto por seis días. Josue 6: 2/3.PDT.  30 Por la fe, las murallas de Jericó se derrumbaron cuando el pueblo de Dios marchó alrededor de ellas durante siete días y luego se desplomaron. Hebreos 11: 30. PDT.

... la ciudad de las palmeras, altiva, orgullosa, muy segura, enroscada en su egoísmo, odiándose a si misma y odiando a todos a su alrededor, sospechosa de si misma y sospechando cada uno de su pariente, de su amigo, de su vecino, de los que se le parecen, pero que no está seguro en que, ni porque, escalofriados de terror por los desconocidos, que lo son solo por su apariencia, porque en realidad no los conoce, agonizando sin saberlo, ante la cercanía de su fin. 

Josue 2: 1/5 Luego Josué envió en secreto a dos espías desde el campamento israelita que estaba en la arboleda de Acacias[a] y les dio la siguiente instrucción: «Exploren bien la tierra que está al otro lado del río Jordán, especialmente alrededor de la ciudad de Jericó». Entonces los dos hombres salieron y llegaron a la casa de una prostituta llamada Rahab y pasaron allí la noche. Pero alguien le avisó al rey de Jericó: «Unos israelitas vinieron aquí esta noche para espiar la tierra». Entonces el rey de Jericó le envío una orden a Rahab: «Saca fuera a los hombres que llegaron a tu casa, porque han venido a espiar todo el territorio».Rahab, quien había escondido a los dos hombres, respondió: «Es cierto, los hombres pasaron por aquí, pero yo no sabía de dónde venían. NTV.

Los amurallados habitantes de Jericó, disfrutaban de la abundancia y las comodidades, logradas por sus muy grandes esfuerzos, según creían, y aunque combatían contra sus propias desigualdades, comparadas con las igualdades de los cercanos, guardaban celosamente y con alarde de gran fuerza y poder su opulencia ciega inútil, pues no lograba satisfacerlos, ignorantes del Plan del Creador, que en su Voluntad permisiva los "había" dejado prosperar", para entregárselos a su pueblo.   

Santiago 5: 2/5   Sus riquezas están podridas, y sus ropas están carcomidas por la polilla. Su oro y su plata están llenos de moho, y ese mismo moho los acusará, y los consumirá como el fuego. Ustedes acumulan riquezas, ¡hasta en los últimos tiempos! Pero claman contra ustedes los sueldos que, con engaños, no han pagado a los que trabajaron levantando sus cosechas. ¡Y el clamor de esos trabajadores ha llegado a los oídos del Señor de los ejércitos! Aquí en la tierra, ustedes han vivido rodeados de placeres, y lo único que han logrado es engordar para el día de la matanza. A la gente honrada la han condenado a morir, sin que ellos pudieran defenderse. RVC.  

Sus reglas y normas para medir a los demás, obraban mayormente entre ellos; habitantes de Jericó, que ostentaban en su simple ignorancia, multiples diferencias con sus semejantes, desconociendo trágicamente que para el Creador, solo hay dos diferencias notables que son estigma y razón para identificar a las criaturas; una los que son los hijos de satanás, otra, los que son los hijos de Dios; diferencias que son visibles en la tierra pero que se originan en el orden espiritual. 

Juan 8: 43/44  43 ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme! 44 Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira. NTV. Sin embargo, cuando alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual peca desde el principio; pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo. Los que han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque la vida de Dios[a] está en ellos. Así que no pueden seguir pecando, porque son hijos de Dios. 1 de Juan 3: 8/9. NTV.   

La Jericó, la ciudad de las palmeras, tan celosamente resguardada, la amurallada Jericó, fue derrumbada por el Creador, el esplendor en que creían "vivir" sus habitantes, fue tornado en una estéril granja, vuelta a los rudimentos del comienzo, en que, a mas de la pesadez que significa haber vuelto atrás, el volver a empezar esta agravado por los escombros de la "grandeza" que fue destruida, en todo, porque los herederos de la entrega, obran en contraste con los de nuevo granjeros.

Josue 6: 20/26 20 Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas, y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó, sin ceder ni un centímetro, y tomó la ciudad. 21 Mataron a filo de espada a todo hombre y mujer, joven y anciano. Lo mismo hicieron con las vacas, las ovejas y los burros; destruyeron todo lo que tuviera aliento de vida. ¡La ciudad entera quedó *arrasada! 22 Josué les dijo a los dos espías que habían explorado la tierra: «Vayan a casa de la prostituta y sáquenla de allí con todos los suyos, tal como ustedes se lo prometieron.» NBD. 31 Rahab, la prostituta, confió en Dios y trató bien a los espías de Israel. Por eso no murió junto con los que habían desobedecido a Dios en Jericó. Hebreos 11: 31. TLA.          

Entradas populares