! La nube!, ...
Hebreos 12: 1/2 Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, LBLA Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe DHH despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. 2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y *perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la *derecha del trono de Dios. NBD.
... de testigos con que cuenta el creyente, aquella persona que ha abandono literalmente, por completo toda tradición antigua; que depuso ante Cristo Jesús la idolatría cicatrizada en su conciencia, evidencia del pecado por el que murió el Creador, es la tercera parte de los que han nacido hasta hoy y que han obrado en armonía con el Amor, la Justicia y la Santidad de Dios; son esa nube de hermanos que demostraron su fe en Cristo Jesús, el Creador y Señor y Salvador que los redimió, y los creó de nuevo; son los hermanos con los que en el tiempo de Dios, se reunirán como familia; son los que por el testimonio de Dios Espíritu Santo, se fortalecen para no desanimarse.
Juan 9: 20/28 20 Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; 21 pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo. 22 Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jesús[a] era el Cristo[b], fuera expulsado de la sinagoga. 23 Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él. LBLA.
Las dos terceras partes de los que han nacido hasta hoy, son el 66% por ciento, son los que se mantienen en su tradición antigua, muy antigua, son los que exhiben sus "sus conciencias tatuadas", obrando en complicidad con el caos, que opera en el odio, la injusticia y el pecado; son la demostración hecha "vida" de su oposición a Dios, pues su fe esta depositada en el dios de este mundo; son la manifestación constante de los hijos de ira, de los anticristo; son "hermanos de muerte", porque se han decido por el pecado, son los que por la voluntad Permisiva de Dios, compartirán su "hermandad" eternamente en el infierno.
Juan 9: 24/30 24 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: —Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado,[a] porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador.25 —Yo no sé si es un pecador —respondió el hombre—, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver! 26 —¿Pero qué fue lo que hizo? —le preguntaron—. ¿Cómo te sanó? 27 —¡Miren!—exclamó el hombre—. Ya les dije una vez. ¿Acaso no me escucharon? ¿Para qué quieren oírlo de nuevo? ¿Ustedes también quieren ser sus discípulos? 28 Entonces ellos lo insultaron y dijeron: —Tú eres su discípulo, ¡pero nosotros somos discípulos de Moisés! 29 Sabemos que Dios le habló a Moisés, pero no sabemos ni siquiera de dónde proviene este hombre. 30 —¡Qué cosa tan extraña! —respondió el hombre—. A mí me sanó los ojos, ¿y ustedes ni siquiera saben de dónde proviene? NTV.
Sesenta y Seis, cifra extendida por fuerza de la errónea decisión de los seres humanos al 666; es el estigma del infierno, la cuantificación de la naturaleza puramente ani- mal, la identificación del hombre como evidencia de pecado, como instrumento usado por los demonios para propinarse toda clase de perversión y propinársela a todos los que se le acerquen, especialmente a los que "les nacen", por razones de pose, de conveniencia y/o exigencia social y religiosa; los que han "elevado tan profundamente" su depravación, que se atreven a calificar de pecador al que creó sus cuerpos y diseño sus ani-mas, ahora hundidas en el caos porque perdieron la cabeza, perdieron el Espíritu.
Juan 9: 31/38 31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye. 32 Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. 33 Si éste no viniera[a] de Dios, no podría hacer nada. 34 Respondieron ellos y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera 35 Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y hallándolo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre[b]? 36 El respondió y dijo: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en El? 37 Jesús le dijo: Pues[c] tú le has visto, y el que está hablando contigo, ése es. 38 El entonces dijo: Creo, Señor. Y le adoró. LBLA.
Los insultos fanáticos, emergían del infierno mismo; los que hedían a pecado, arrogantemente gruñían palabras referidas a nacer en pecado, pero excluyéndose en sus auto reconocimientos, en sus doctorados, se sumergieron en el fondo de la podredumbre para erigirse como "expertos en pecado", el desprecio propio de la mas espantosa decadencia, vocifero contra aquel que en tan pocas Palabras, los situó en su verdadera realidad; los que dijeron tener por dios a Moisés, por tanto a la tradición, los idolatras que exhibieron su quemada conciencia tatuada con hierro del infierno, expulsando de la sinagoga de satanás al nuevo creyente en Cristo Jesús.
Hechos 9: 1/6 Mientras tanto, Saulo pronunciaba amenazas en cada palabra y estaba ansioso por matar a los seguidores[a] del Señor. Así que acudió al sumo sacerdote. 2 Le pidió cartas dirigidas a las sinagogas de Damasco para solicitarles su cooperación en el arresto de los seguidores del Camino que se encontraran ahí. Su intención era llevarlos —a hombres y mujeres por igual— de regreso a Jerusalén encadenados. 3 Al acercarse a Damasco para cumplir esa misión, una luz del cielo de repente brilló alrededor de él. 4 Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues? 5 —¿Quién eres, señor? —preguntó Saulo. Yo soy Jesús, ¡a quien tú persigues! —contestó la voz—. 6 Ahora levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. NTV. Negrilla agregada por V.de.C.