Fruto del, ...

1 de Juan 3: 15 El que aborrece a su hermano es un asesino; y ustedes saben que ningún asesino tiene vida eterna. NBD. »Ustedes saben que bajo la ley de Moisés la regla era que el que matara sería castigado. Pues yo añado que el que se enoja contra su hermano está cometiendo el mismo delito. El que le dice “idiota” a su hermano, merece que lo lleven al juzgado. Y el que maldiga a una persona, merece ir a parar a las llamas del infierno. Mateo 5:21, 22 NBD.

... pecado es el asesinato, la mentira, la zancadilla, el chisme que difama y destruye la reputacion, el robo, la mentira que es dicha como verdad religiosa, porque el pecado es el odio escondido que aborrece a otro, sin haber tratado cara a cara de resolver la raíz de amargura, que traería la bendición del perdón, y evitaría el acto final-fruto- contra otro que es matarlo.

Levítico 19: 16/18 »No disemines chismes difamatorios entre tu pueblo. »No te quedes con los brazos cruzados cuando la vida de tu prójimo corre peligro. Yo soy el S eñor. »No fomentes odio en tu corazón contra ninguno de tus parientes. Aclara los asuntos con la gente en forma directa, a fin de que no seas culpable de su pecado. »No busques vengarte, ni guardes rencor contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. NTV.

En el orden de Dios, que es Santidad, Justicia y Amor, el aborrecer al hermano es ser asesino, pues solo falta lo que consuma ese odio, el fruto que le quitaría la vida al odiado. Fomentar odio en el corazón, evitando obedecer a Dios resolviendo el conflicto del pecado de la misma forma que Dios resolvió nuestro conflicto con El, nos hace cómplices y doblemente pecadores.

Hebreos 12: 14/115 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos. NTV.

Negarse a perdonar, para dar por terminado el odio de nuestro corazón, es rechazar el perdón de Dios a nuestro propio pecado, es negarse a aceptar como Cain que matar a su hermano ofendió a Dios desatando su ira Justa, Santa y Amorosa, sin que importe si pensamos que el que finalmente "matamos", merecía morir según nuestra amargura, declarando en este tiempo nula la obra de Amor de Dios en la cruz del calvario.-Mateo 6: 12,1415-

Filipenses 3: 17/19 Hermanos, traten todos de imitar lo que yo he hecho. Fíjense en aquellos que siguen nuestro ejemplo. Porque como muchas veces les he dicho, y ahora lo repito llorando, muchos viven como enemigos de la cruz de Cristo. Ellos viven de una manera que los está llevando a la destrucción. Ellos quitaron a Dios y lo reemplazaron por sus propios bajos deseos. Presumen de hacer lo que debería darles vergüenza y sólo tienen la mirada puesta en las cosas terrenales. PDT.  

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