Todos sin excepcion, ...

Salmo 51: 5 Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi madre. NTV.
...nacemos muertos, por tanto esclavos sin libertad, ignorando lo que es la vida y desconociendo que, hablar de calidad, es exclusivo de la Vida, porque la vida no tiene limites ni término, es eterna como Dios que es la Vida, El Unico que puede crear vida y restaurarla en las criaturas que siendo obra de sus manos, están "hechas" a su imagen y semejanza. 

Romanos 3: 9/18 ¿Quiere decir todo esto que nosotros, los judíos, somos mejores que los demás? ¡Claro que no! Como ya les dije, seamos judíos o no lo seamos, todos somos pecadores . La Biblia nos lo dice: «Nadie es justo. Nadie entiende nada, ni quiere buscar a Dios. Todos se han alejado de él; todos se han vuelto malos. Nadie, absolutamente nadie, quiere hacer lo bueno. Sólo dicen cosas malas; sólo saben decir mentiras. Hacen tanto daño con sus palabras, como una serpiente con su veneno. Hablan con amargura y maldicen a la gente. Fácilmente se enojan y matan a cualquiera. A dondequiera que van, todo lo destruyen y lo dejan destrozado. No saben vivir en paz, ni respetan a Dios.» TLAD. 

Es imposible aplicar las palabras libertad y calidad, cuando de la existencia que perdió su relación espiritual con el creador se trata; aquella existencia que es consecuencia de haber perdido la vida, debido al pecado cometido contra la Santidad y la Justicia de Dios; sin embargo los seres humanos han llenado la totalidad de su historia con esas palabras; primero libertad y en menor intensidad calidad.

Por estas razones el Creador, nuestro Señor y Salvador, el que restauró nuestra vida, en su resurrección, nos dejó en su Palabra el dialogo que en Nicodemo, sostiene Cristo Jesús con la humanidad completa, cuando cada quien se acerca a El, en privado, sin que los líderes sociales y religiosos se den cuenta, porque a solas con El, recibirán las respuestas precisas.

Juan 3: 1/7 Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo. Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios. —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”. NTV. 

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