O lo uno, o lo otro, ...

Salmo 127: 1/2 Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. RVC.

...o la gente se clasifica como perezosa, o la gente se clasifica como muy diligente y activa, en cualquiera de los casos la clasificación esta en relación con lo que la gente llama "trabajo", que es el medio para conseguir el pan que comen, y es así como quizás, les sobreviene el sufrimiento.

Juan 5: 17
Pero Jesús respondió: «Mi Padre siempre trabaja, y yo también». NTV. La enseñanza de Dios nos indica que todo lo que hagamos ha de estar dentro de un orden en el que solo somos parte y del que es cabeza Dios mismo. Mi Padre trabaja y yo tambien, dice Cristo Jesús.

De que vale el esfuerzo o la negligencia, frente a cosas que se hacen o no se hacen, en las que de todas formas los seres humanos están solos, son la cabeza, y para lo que cuentan únicamente con su "fuerza". Mientras los que son como su Señor, Disfrutan con El, de todo lo que hacen, porque su trabajo, es parte de lo que Dios esta edificado.

Salmo 4: 4
En paz me acostaré y dormiré, porque sólo tú, oh SEÑOR, me mantendrás a salvo. NTV. Comer el pan con gozo, sin sufrimiento, es lo que ocurre cuando estamos sentados a la mesa que encabeza Cristo Jesús, recibiendo de El, la certeza del propósito cumplido en la seguridad de su amor, que nos cuidó y proveyó todo lo que fue necesario para lograrlo.

Solo así nos acostamos cada día y dormimos, porque el que edifica la casa, y la vigila, Es Dios, porque el esfuerzo no es nuestro sino que es El el nos sostiene y con amor nos mantiene a salvo, de lo que hace sufrir a los que "trabajan solos". Seguirá siendo usted todo el equipo, o libremente le dirá a Cristo Jesús, Señor, quiero ser parte de tu equipo, ven a mi corazón y habita en El.

Romanos 10: 9/10
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca que eres salvo. NTV.

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