! subyugar ¡, ...
2 Crónicas 12: 5/8 5 El profeta Semaías fue a ver a Roboán y a los líderes de Judá que se habían refugiado en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo:—Esto les dice el SEÑOR: “Ustedes me abandonaron. Por eso yo también los he abandonado a ustedes, y serán derrotados por Sisac”. 6 Entonces los líderes de Judá se humillaron y dijeron: —El SEÑOR está haciendo lo justo. 7 Cuando el SEÑOR vio que se habían humillado, Semaías recibió un mensaje del SEÑOR que decía: «Como ustedes se han humillado, ya no los voy a destruir. Dejaré que unos pocos escapen y no descargaré toda mi ira contra Jerusalén por medio de Sisac. 8 Pero ustedes serán sometidos a él para que sepan la diferencia entre lo que es servirme a mí y servir a los reinos de las naciones». PDT.
... hasta llegar al estado en que las bestias, son domadas para convertirlas en domésticas, propiedades que responden obedeciendo al domador-subyugador-, semblanza terrorífica de lo que sucedió y sucede, con los príncipes y las princesas, que inexplicablemente, deciden humillarse al "que es su servidor", para pasar de señores, a serviles, subyugados, domados seres humanos, humillados ante si mismos, y ante sus iguales, íntimamente convencidos, de su horripilante, esclavitud.
1 Samuel 8: 4/9 4 De manera que todos los ancianos líderes de Israel se reunieron y fueron a Ramá para hablar con Samuel, 5 y le dijeron: «Tú estás viejo y tus hijos no llevan la misma vida que tú llevaste, no son como tú. Danos ahora un rey para que nos gobierne, como lo tienen todas las demás naciones». 6 A Samuel no le gustó nada que el pueblo pidiera un rey, por lo cual oró al SEÑOR. 7 El SEÑOR le dijo: «Haz lo que el pueblo te pide. ¡No te están rechazando a ti, sino a mí! ¡No me quieren como rey! 8 Están haciendo lo mismo de siempre. Los saqué de Egipto, pero ellos me abandonaron y sirvieron a otros dioses y ahora están haciendo lo mismo contigo. 9 Así que escúchalos, pero ¡adviérteles lo que les hará un rey! Diles cómo gobierna un rey a su pueblo». PDT.
Asombro sin medida, causa la conducta en constante descenso, la inicua carencia de valor, de las gentes que adormecidas por el peso de las cadenas con que satanás los mantenía embozalados, aún pronunciaban epítetos que ellos mismos no entendían, y no entienden, como por ejemplo somos descendientes de Israel, por lo tanto somos israelitas, habiéndose despojado de las "coronas", de la dignidad de hijos e hijas de Dios, rechazándolo, para permitir ser condicionados por los demonios.
Efesios 2: 1/3 1Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo—el líder de los poderes del mundo invisible[a]—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.
Rendición a satanás, sin resistencia, dócilmente, "humilladamente", descargando la ingratitud, el mayor pecado contra la Divinidad, y claro en la misma vía, y forma, entre seres humanos, ingratitud que apostata del parentesco espiritual con su Creador y Dios y Padre, abdicando de la soberanía que les fue delgada, en cada estado al que llegaron en cada tiempo en que su naturaleza pervertida, fue tenida en cuenta por el Creador, para devolverles, lo que perdían ante la depravación de las naciones.
Mateo 12: 27/32 27 Ustedes dicen que yo expulso demonios por el poder de Beelzebú, pero si es verdad que yo expulso demonios por el poder de Beelzebú, ¿con qué poder expulsan sus seguidores a los demonios? Por eso ellos mismos demostrarán que ustedes están equivocados. 28 Pero si yo expulso los demonios por el poder del Espíritu de Dios, entonces está claro que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.29 »¿Cómo puede entrar alguien a la casa de un hombre fuerte y robar sus pertenencias? Primero tiene que atar al hombre fuerte y luego sí robar su casa. 30 El que no está conmigo, está en mi contra; y el que no me ayuda a recoger la cosecha, la desparrama.31 »Por eso les digo que Dios perdonará todos los pecados de la gente y todo lo que reniegan contra él. Pero si alguien reniega del Espíritu, no lo perdonará. 32 Él perdonará incluso a quien reniegue del Hijo del hombre, pero no perdonará a quien reniegue del Espíritu Santo. No lo perdonará ni en este mundo ni en el que viene. PDT.