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Jueces 9: 8/20 8Un día los árboles decidieron nombrar un rey para que los gobernara, así que le pidieron al olivo que fuera el gobernante. 9 Pero el olivo les dijo que no, porque para ser rey tendría que dejar de producir su aceite. Ese aceite es muy útil para honrar a Dios y a los hombres. 10 »Luego le dijeron a la higuera que fuera gobernante. 11 Pero la higuera respondió que no, porque para ser reina tendría que dejar de producir sus dulces y sabrosos frutos. 12 »Entonces los árboles le pidieron al viñedo que fuera el rey. 13 Pero el viñedo dijo que no, porque para ser rey tendría que dejar de producir vino. Y el vino hace felices a Dios y a los hombres. 14 »Finalmente los árboles le pidieron al árbol de espinas que fuera el rey. 15 Pero el árbol de espinas respondió: “Si de verdad quieren que yo sea el rey, entonces vengan a buscar mi sombra. Pero si no quieren, entonces que salga fuego del espino y que se quemen todos los cedros del Líbano”. 

16 »Y ahora les pido que piensen si ustedes fueron totalmente honestos cuando hicieron rey a Abimélec. Piensen si han sido justos con Yerubaal y su familia, si se han portado bien con Yerubaal como él se portó con ustedes. 17 Mi papá luchó por ustedes, arriesgó su vida y los liberó del poder de los madianitas. 18 Pero ustedes se han rebelado en contra de mi papá y han matado a todos sus hijos, a todos uno por uno sobre la misma piedra. Han elegido a Abimélec para que sea el rey de Siquén. Él es el único hijo de la concubina de mi papá, pero lo convirtieron en rey porque es su familiar. 19 Si han sido totalmente honestos con Yerubaal y su familia, entonces espero que estén felices con Abimélec como rey y que él también esté feliz con ustedes. 20 Pero, líderes de Siquén y Bet Miló, si ustedes no han obrado bien, entonces que salga fuego de la boca de Abimélec y los queme a todos, y que salga fuego de la boca de ustedes para que se queme Abimélec». PDT.

... es el producto de la siembra, y es la razón de la cosecha, de lo que el agricultor. supo que tendría, como rédito, la ganancia que es la provision con la que cuenta, como resultado de su responsabilidad ante la familia, que se encuentra a su vez las responsabilidades propias de cada uno, tanto la esposa, y cada uno de los hijos, de acuerdo su edad y que en efecto son los promotores que esfuerzan, y refuerzan a sus padres, dado que son el núcleo en que se conforma el propósito de vida para la familia.  

Ese esfuerzo común, es el merito en que se fundamenta la vida, y es la realización del "proyecto de vida", conforme a la identidad de los que han sido hecho responsables por Dios, esto es el cumplimiento la responsabilidad personal del papa, unánime e interrelacionada, con el papa, porque esa aptitud de la mujer, esposa y madre, en principio, es clave y de de orden "profesional", porque es su idoneidad sumada a la de su esposo, la identidad que hace posible la "gestion", del hogar.  

No hay injusticia, es decir no hay pecado, en el desarrollo de la cotidianidad del hogar, porque, el Plan para su funcionamiento, esta centrado en ser los agricultores de sus hijos, los formadores de carácter, de la personalidad, individual, que es posible solo, cuando cada quien en casa, responde rigurosamente a su rol, desechando por amor, cualquier intento del exterior, para cambiar lo que cada uno es, proponiéndole ser algo que; primero no es, y segundo que le impediría, rendir el verdadero fruto.

Ser olivo, higuera, viñedo, y aún espino, debe ser entendido por principio, en lo que resulta de pronunciar la acepción que le da identidad, ninguno eligió de antemano ser esto, o ser lo otro, sencillamente "es", y siendo es la unica, absoluta manera de dar fruto, tal como el Creador lo decidió infalible y para proveer provecho, en la diversidad de posibilidades, que cada creación, recibió, para llevar a efecto la voluntad de su Creador y Dios.  

Lucas 13: 5/10 6 Jesús les contó esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, y fue a ver si daba higos, pero no encontró ninguno. 7 Así que le dijo al hombre que cuidaba el viñedo: “Mira, por tres años seguidos he venido a esta higuera en busca de fruto, pero nunca lo encuentro. Córtala, pues; ¿para qué ha de ocupar terreno inútilmente?” 8 Pero el que cuidaba el terreno le contestó: “Señor, déjala todavía este año; voy a aflojarle la tierra y a echarle abono. 9 Con eso tal vez dará fruto; y si no, ya la cortarás.” » DHH.

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