!! el vulgo !!, ...
Números 11: 4/6 4 Entre los israelitas se había mezclado gente de toda clase, que sólo pensaba en comer. Y los israelitas, dejándose llevar por ellos, se pusieron a llorar y a decir: «¡Ojalá tuviéramos carne para comer! 5 ¡Cómo nos viene a la memoria el pescado que comíamos gratis en Egipto! Y también comíamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos. 6 Pero ahora nos estamos muriendo de hambre, y no se ve otra cosa que maná.» DHH.
... el populacho, gente de toda clase que se mezclo con lo israelitas al salir en el éxodo, exponentes típicos de la naturaleza humana, vertida hacia el cuerpo, hacia la satisfacción de los estertores estomacales y la caótica exteriorización del instinto reproductivo, convertido en lo mismo que convierten la comida, en la gula, desordenada, irracional, así es la gula sexual, que se traduce en perversion, en depravación., en sadismo, en satirismo, tanto lo uno como lo otro, exacerbado por la mente anárquica, esclavizada por los demonios.
Jeremías 44: 16/21 16 —No vamos a hacerle caso al mensaje que nos has dado de parte del SEÑOR. 17 Por el contrario, seguiremos haciendo todo lo que dijimos que haríamos. Seguiremos ofreciendo incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo[a], como siempre lo hemos hecho y como lo hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y jefes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces teníamos comida en abundancia, nos iba bien y no teníamos ningún sufrimiento. 18 Pero desde que dejamos de ofrecer incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo, nos ha faltado todo y la guerra y el hambre están matándonos.
19 Y las mujeres añadieron[b]: —Cuando ofrecíamos holocaustos y bebidas a la Reina del Cielo, ¿acaso no sabían nuestros esposos que hacíamos tortas con su imagen y le ofrecíamos ofrendas de vino? 20 Entonces Jeremías le contestó a todo el pueblo, es decir, a todos los hombres y mujeres que le habían respondido así: 21 —¿Creen ustedes que el SEÑOR no se acuerda o no se daba cuenta de que ustedes, sus antepasados, sus reyes, sus jefes y el pueblo en general, ofrecían incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? PDT.
El arrastre del vulgo, de la multitud, que lleva a la desesperación al pueblo de Israel, descendiente de la fe, esa multitud centrada enteramente en sus apetitos e instintos, queda al descubierto, sobre las verdaderas "intenciones", de su aparente identificación con los motivos que expuso Moisés, motivos dedicados al rotundo, completo cambio en la manera de existir, que los dominó por 430 años, y que fueron inadvertidos, ignorados, asumiendo que lo que vendría, fuera de egipto, seria, enardecer su perdición,
Lucas 14: 25/33 25 Como grandes multitudes lo seguían, Jesús se volvió a ellos y les dijo: 26 «Si alguno viene a mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su mujer y sus hijos, ni a sus hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo.(A) 27 Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.(B) 28 Porque ¿quién de ustedes que quiera levantar una torre, no se sienta primero a calcular los costos, para ver si tiene todo lo que necesita para terminarla?
29 No sea que después de haber puesto los cimientos, se dé cuenta de que no puede terminarla, y todos los que lo sepan comiencen a burlarse de él 30 y digan: “Este hombre comenzó a construir, y no pudo terminar.” 31 ¿O qué rey que marche a la guerra contra otro rey, no se sienta primero a calcular si puede hacerle frente con diez mil soldados al que viene a atacarlo con veinte mil? 32 Si no puede hacerle frente, envía una embajada al otro rey cuando éste todavía está lejos, y le propone condiciones de paz. 33 Así también, cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo. RVC.
El vulgo en que se convirtió la totalidad de los que salieron en el éxodo, no se interesaron, por hacer el "calculo del costo", que tendría afirmar contra todo pronostico y suceder, su decisión de ser el pueblo de Dios, que serviría de ejemplo a las naciones de la Santidad, fruto de la ejecución de todo obra en justicia, justicia imposible de llevar a la práctica, si no hay amor en el corazón, así que, la viciosa existencia, que vislumbraban, en la tierra que señalaba Moisés, vino a ser su justa caída final.
Hebreos 3: 12/18 12 Hermanos, cuiden de que no haya entre ustedes ningún corazón pecaminoso e incrédulo, que los lleve a apartarse del Dios vivo. 13 Más bien, anímense unos a otros día tras día, mientras se diga «Hoy», para que el engaño del pecado no endurezca a nadie. 14 Nosotros hemos llegado a participar de Cristo, siempre y cuando retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. 15 Como ya se ha dicho:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
No endurezcan su corazón,
como cuando me provocaron.»(A) 16 ¿Y quiénes fueron los que lo provocaron, aun después de haberlo oído? ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto por mediación de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado durante cuarenta años? ¿No fue acaso con los que pecaron, cuyos cadáveres quedaron tendidos en el desierto? 18 ¿Y a quiénes les juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?(B) 19 Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad. RVC.
El populacho que le da forma al mundo, se ha especializado en tal forma en la satisfacción de su gula, como lo hicieron los que empezaron a darle el lugar de dios a la comida; los que "erigieron" la figura de un becerro, como su dios, y el poder que declararon sacrílegamente, era el autor de los poderes que permitieron que pudieran salir de Egipto, profanación que les causo la rápida consumación de su condenación en el infierno, pues quedaron muertos en el desierto, conducta que es hoy de primer orden para los seres humanos.
Filipenses 3: 18/21 18 Hay muchos que viven como si la muerte de Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos. 19 Esa gente va a terminar en el infierno. Vive sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad debería sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo. 20 Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Nuestros débiles cuerpos serán destruidos, pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo. TLA.