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Filipenses 2: 1/5 1Así que, si Cristo les ha dado el poder de animar, si el amor los impulsa a consolar a otros, si todos participan del mismo Espíritu, si tienen un corazón compasivo, 2 llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito. 3 No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. 4 Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros. 5 Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, DHH.
... desiguales, pero bajo un "mismo techo", desarticulados, dispares acerca del motivo espiritual de la fe, sin amor, mas bien guerreando envidiosos, competitivos, egoístas, descorazonados, crueles e insensibles, aguardando cada uno el tiempo de ser echado, o de abandonar, "el mismo techo", movidos en cada caso por sus sesgados intereses, que sabotean lo que seria propósito de la casa, propiciando el caos, cada quien jugando su propio juego fingiendo, ser parte.
1 de Juan 3: 7/8A 7 Hijitos, no se dejen engañar: el que practica la justicia es justo, como Jesús es justo. 8 El que practica el pecado pertenece al diablo, porque el diablo comenzó a pecar desde el principio. NBV. 14 Pero si ustedes tienen envidias y rivalidades que les amargan el corazón, no tienen de qué presumir; no falten a la verdad. 15 Esa sabiduría no es la que viene del cielo, sino viene del mundo, del ser humano y del diablo, 16 porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y todo tipo de maldad. Santiago 3: 14/16 NBV.
Fingir ser iguales, es la manipulación en que el dios de este mundo, conserva el equilibrio de su mandato mundanal, carnal y diabólico y cunde por todas partes de la organizacion social y del sistema religioso; cada casa parece igual ala otras, cada "iglesia" parece igual a las otras, solo que la rivalidad, el orgullo, les da la confianza de ser únicos, de ser distintos, de ser los modelos, que las demás "casas" y de las demás "iglesias", deben unírseles.
Juan 8: 1/11 2 pero muy temprano a la mañana siguiente, estaba de vuelta en el templo. Pronto se juntó una multitud, y él se sentó a enseñarles. 3 Mientras hablaba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en el acto de adulterio; la pusieron en medio de la multitud. 4 «Maestro —le dijeron a Jesús—, esta mujer fue sorprendida en el acto de adulterio. 5 La ley de Moisés manda apedrearla; ¿tú qué dices?». 6 Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo.
7 Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!». 8 Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo. 9 Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron solo Jesús y la mujer en medio de la multitud. 10 Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer:—¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? 11 —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más. NTV.
La negación de La Justicia de Dios, que es negación de Dios, es la seguridad que rivaliza con la seguridad del que esta al lado, de modo que los "jugadores en la olimpiada social y religiosa satánica", see ponen trampas unos a otros, por tanto sin capacidad de discernimiento, porque este es virtud de la vida, le ponen trampas a Dios, lo prueban, lo asedian, lo someten a sus viles prácticas religiosas, luego de lo que consiguen, como uno solo, desfilar hacia el infierno.
Lucas 10: 31/37 31 Casualmente bajaba por aquel mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasó de largo. 32 Y del mismo modo, un levita, al llegar a aquel lugar, vio al herido, pero también pasó de largo. 33 Finalmente, un samaritano que iba de camino llegó junto al herido y, al verlo, se sintió conmovido. 34 Se acercó a él, le vendó las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada próxima y cuidó de él. 35 Al día siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: “Cuida bien a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi vuelta”. 36 Pues bien, ¿cuál de estos tres hombres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de ladrones? 37 El maestro de la ley contestó: — El que tuvo compasión de él. Y Jesús le replicó: — Pues vete y haz tú lo mismo. BLP.
El techo de la casa, el techo de la "iglesia", limitan en pequeñas porciones, muy pequeñas por cierto, el que debiera ser el techo de la Unica casa, que es el Unico templo en que habitan los hijos amorosos del amoroso Padre, Unico Padre, Unico Dios, Único Señor y Unico Salvador; hijos con diferentes formas de carácter personal, que los identifica, pero uno solo en el Vinculo de amor que los hace genuinamente uno con su Padre, en el cumplimiento de su Propósito par la humanidad.
1 de Timoteo 3: 14/16 14 Espero ir pronto a verte, pero te escribo estas cosas 15 para que, si me tardo, sepas cómo hay que comportarse en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad. 16 No hay duda alguna de que lo que Dios ha revelado acerca de nuestra fe es muy grande: Cristo vino a la tierra como hombre, fue declarado inocente por el Espíritu, fue visto por los ángeles, fue predicado entre las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria. NBV.
14 Por esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, 15 de quien recibe su nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. 16 Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios, 17 que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. 18 Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. 19 Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios. Efesios 3: 14/16 DHH.