!!! Amarás !!!, ...
Deuteronomio 6: 4/9 4»Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno. 5Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, 7y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. 8Las atarás en tu mano como una señal, y las pondrás entre tus ojos como frontales, 9y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. RVC.
... al Señor tu Dos, porque hasta ahora, solo te has amo a ti mismo; es amor total íntegro por su pureza, es decir es amor absoluto, por el Absoluto Dios, manifestado con todo el corazón, toda el alma-mente-, con toda la fuerza, es decir con todo tu "ser, sin reservas, el amor que por estar depositado en "otro", que no soy yo, no es sentimiento egoísta por lo que yo soy, es amor real, es genuino y único amor.
Marcos 12: 26/31 26En cuanto a que los muertos han de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? 27Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos. ¡Estáis muy equivocados! 28Uno de los maestros de la ley que había escuchado toda la discusión, al ver lo bien que Jesús les había respondido, se acercó a él y le preguntó: — ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
29Jesús le contestó: — El primero es: Escucha, Israel : el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. 30Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. 31Y el segundo es : Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos. BLP.
La milenaria tendencia social y religiosa que se consagró a la justificación de cada ser humano, cada uno, respecto de cada quién, en cuanto a satisfacer el amor por si mismo, consumiendo a los demás, en la subterránea visión de los derechos, los merecimientos de los componentes del genero humano, tratados en lo superficial que envilece, queda al descubierto con el segundo mandamiento, que confronta al vil egoísta, en su odio por si mismo, que es el odio natural hacia su prójimo.
1 de Juan 4: 19/21 19Nosotros lo amamos a él, porque él nos amó primero. 20Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto? 21Nosotros recibimos de él este mandamiento: El que ama a Dios, ame también a su hermano. RVC.
Encontrarse en este estado, el segundo del desmonte del egoísmo, del Yo, del ego, abre el avance en la eternidad en que los avanzados; hasta aqui, comienzan a entender su relación con el Creador, desmantelando la mentira en que a "Dios se le ama, porque es bueno, porque nos bendice, porque nos provee", comprendiendo que amarlo solo será auténtico, si se le ama por lo que El Es, y por lo que le pertenece, en primer lugar sus criaturas, que son el projimo del que ha llegado hasta "aqui".
Mateo 22: 35/40 35y uno de ellos, doctor en la ley, le preguntó con intención de tenderle una trampa: 36— Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? 37Jesús le contestó: — Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia. 38Este es el primer mandamiento y el más importante. 39Pero hay un segundo mandamiento que es parecido a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40En estos dos mandamientos se resume toda la ley de Moisés y la enseñanza de los profetas. BLP.
Desde cuando genuinamente se establece la relación personal, entre la criatura fruto de la obra realizada por Cristo Jesús y Dios el Padre, como testimonio eterno del Espíritu Santo, el nuevo hijo-a, conoce lo que quiere decir "intimidad", en la que Dios se revela en la Plenitud de su Carácter, de los Atributos de su Santidad, de la inconmensurable ternura, que es la dulzura de su interés, de su cuidado, del cobijo de su Poder como protección, de la Inmensidad de su Poder.
Salmo 145: 1/10 1Te exaltaré, mi Dios, mi Rey; por siempre y siempre bendeciré tu nombre. 2Todos los días te bendeciré, por siempre y siempre alabaré tu nombre. 3Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; su grandeza es inescrutable. 4Todas las generaciones celebrarán tus obras, y darán a conocer tus grandes proezas. 5Hablarán de tu gloria y majestad, y yo proclamaré tus hechos maravillosos. 6Reconocerán el poder de tus sublimes obras, y yo daré a conocer tu grandeza. 7Divulgarán el recuerdo de tu inmensa bondad, y a grandes voces dirán que tú eres justo. 8El Señor es compasivo y lleno de ternura; lento para la ira y grande en misericordia. 9El Señor es bueno con todos, y se compadece de toda su creación. 10Señor, ¡que toda tu creación te alabe! ¡Que te bendigan todos tus fieles! RVC.