! El amparo !, ...

1 de Timoteo 1: 3/7 3Cuando fui a Macedonia, te rogué que te quedaras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñaran una doctrina diferente, 4ni prestaran atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más que la edificación de Dios que es por la fe. Y ahora te encargo lo mismo. 5Pues el propósito de este mandamiento es el amor que nace de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. 6De estas cosas se han desviado algunos y se han apartado a palabrerías sin sentido; 7pretenden ser doctores de la ley, aunque no entienden lo que dicen ni lo que afirman. RVC.

… de la naturaleza muerta, nacida del vientre de Eva fecundado por Adan; esto es la naturaleza humana, que se transfiere de generación en generación, inexorablemente, es el terror con el que los seres infaliblemente idénticos en su naturaleza, se nutren de la "carne" de sus congéneres, bajo constante amenaza, garantizada por el "desnivel" con el que satanás desmesura la antropofagia de Caín contra Abel, que se consuma usando armas-huesos de burro-.

El terror, endemoniado que sufren lo pusilánimes, hace temblar a los pusilánimes que mantienen cerrados los ojos, que no ven a los escandalosamente pequeños entes, que "elevan" su estatura, con amenazas esgrimidas como cobardes, ante los cobardes, que decaen ante los trozos de cartón apergaminado  que los señala como doctores, adiestrados en los antros mas nauseabundos armados por las sociedades secretas, para sus estudiantes, que liderarán las gavillas de terror.

Santiago 2: 19 19Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios.[a] ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados. NTV. 12Pero éstos hablan mal de cosas que no entienden; son como animales irracionales, que nacieron para ser presa de la destrucción. Por eso, su propia destrucción los destruirá, 13y recibirán el castigo que merece su injusticia. Creen que el placer consiste en gozar de los deleites a plena luz del día. Son una vergüenza y una deshonra, pues mientras comen con ustedes se solazan en sus propios placeres. 14Su mirada está cargada de adulterio, no se cansan de pecar, seducen a los pusilánimes, su corazón está habituado a la codicia; ¡son hijos de maldición!  2 de Pedro 2: 12/14 RVC.  

Que amparo puede haber para los muertos vivientes que extienden su existencia y se la transfieren unos a otros, devorando a los "otros" muertos vivientes, que la ceguera; esa condición espiritual que le impide al titilante, al convulso aterrorizado, ver su escalofriante y caótica realidad, esa que ha de ser respuesta a su inmenso miedo, pues nada puede igualar al espejo que describe el lago fangoso, denso en corrupción, depravación, satirismo, perversion, en que se hunde irremediablemente.

Santiago 4: 5/10 5No crean que la Escritura dice en vano: «Ardientemente nos desea el Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros.» 6Pero la gracia que él nos da es mayor. Por eso dice: «Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.» 7Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes. 8Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón! 9¡Lloren, aflíjanse, hagan lamentos! ¡Conviertan su risa en llanto, y su alegría en tristeza! 10 ¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará! RVC.

Los chillidos interminables con los que satanás y sus demonios mantienen el terror en cada ser humano, les dice, Dios no existe, usted es una ameba, usted no es nada, no vale nada, está indefenso ante los muertos vivientes que amenazan con devorarlo, sigue dependiendo de mi, porque yo si existo-debieras preguntarte de donde vienen los chillidos que oyes sin parar- te dare huesos de burro, números en pedazos de papel, cartones que te califiquen y hagan que te tengan miedo.

Salmo 118: 5/6 5En mi angustia oré al Señor, y el Señor me respondió y me liberó. 6El Señor está de mi parte, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal? NTV. 4»Queridos amigos, no teman a los que quieren matarles el cuerpo; después de eso, no pueden hacerles nada más. 5Les diré a quién temer: teman a Dios, quien tiene el poder de quitarles la vida y luego arrojarlos al infierno.[a] Claro, él es a quien deben temer. Lucas 12: 4/5 NTV. 

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