¡¡¡ Sujetar !!!, ...

Romanos 11: 33-35 33¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34Porque ¿quién ha entendido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero? 35¿O quién le dio a él primero, para que él tenga que devolverlo? RVC. 16Pues, «¿Quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él?»[a]. Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo. 1 de Corintios 2: 16 NTV.

... la mente-alma-, al Señorío de Dios, es el supremo acto de la voluntad de los seres humanos, con el que se da por terminada su esclavitud a la muerte, liberándose del terror impuesto por satanas. a las esclavizadas criaturas, que no les queda otra posibilidad que la del pecado,-injusticia-, para tratar de "sacar" algo de partido, al sin sentido paso por el mundo, que desde el temprano "nacimiento", le deja conocer con rigor, el significado, del egoísmo, del orgullo, esto es del odio.   

Hebreos 2: 14-16  14Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía[a] el poder sobre la muerte. 15Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte. 16También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. NTV. 

El Señorío de Cristo Jesus, en las personas que libremente, han encontrado explicación al Orden Espiritual, obra como principio fundamental, sometiendo la mente-alma- al Espíritu, que sujetará todo "pensamiento" a la Soberanía del Creador, de manera que el cuerpo responda siempre y finalmente, a la Santidad, la Justicia y Amor, desechando toda insinuación ponzoñosa, a satisfacer el cuerpo en injusticia-pecado, como exhibición de odio.

2 de Corintios 10: 4-6 4Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas 5y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 6Estamos listos para castigar toda desobediencia, una vez que la obediencia de ustedes llegue a la perfección. RVC. 

La astucia que opera en el nivel de la "excelencia", propia de satanas y sus demonios, desconoce por completo la inteligencia y la sabiduría, que es propia de las personas que conocen a su Creador; así las cosas, los seres humanos navegan en la sociedad y el sistema religioso, convencidos de su autonomía, ésta que en privado, les confirma que son su propio dios, que no han de sujetarse a nadie, que sus actos no están expuestos ante nadie.

Santiago 3: 13-15 13¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. 14Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. 15Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente *humana y diabólica. NBD. 16porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. 1 de Juan 2: 16. DHH.

No estas sujeto, no dependes de nada ni de nadie, eres tu propio señor; si estos argumentos están anidados en nuestra mente-alma-, la astucia satanica ha ganado su mejor batalla, la misma que gano con los primeros, a los que, mintió, asegurando que Dios no era digno de autoridad, que se equivocaba, porque si pecaban, no morirían, sino que serian dioses; serian como Dios; la estrategia del asesino, el que miente, el que destruye, es el real señor, no nosotros.

Galatas 5: 19-26 19Está muy claro que las cosas que hace nuestra naturaleza carnal son: inmoralidad sexual, impureza, descontrol, 20idolatría, participar en brujerías, odio, discordia, celos, iras, rivalidades, peleas, divisiones, 21envidias, borracheras, parrandas y otras cosas parecidas. Ya les advertí contra eso y ahora les vuelvo a decir lo mismo, que todos los que hacen eso no tendrán parte en el reino de Dios.

22En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23humildad y dominio propio. No existe ninguna ley en contra de esas cosas. 24Todos los que pertenecen a Cristo han crucificado su naturaleza carnal con sus pasiones y sentimientos egoístas. 25Ya que el Espíritu nos da vida, debemos dejarlo que nos guíe. 26No seamos orgullosos, ni envidiosos ni causemos peleas entre nosotros mismos.  PDT. 

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