! Corriendo !, ...
Hechos 20: 22/24 22 Ahora voy a Jerusalén, llevado por el Espíritu, pero no sé lo que allá me espera, 23 a no ser lo que el Espíritu Santo me ha confirmado en todas las ciudades, de que me esperan cárceles y tribulaciones. 24 Pero eso a mí no me preocupa, pues no considero mi vida de mucho valor, con tal de que pueda terminar con gozo mi carrera y el ministerio que el Señor Jesús me encomendó, de hablar del evangelio y de la gracia de Dios. RVC.
... tras todo lo que supone "valor" a la existencia, obnubilados por las coronas de laurel, que recibirán los mas aventajados, anhelantes por el reconocimiento, la lisonja, que aquilata "sus vidas", asombrados por el fastuoso estadio, ese escenario en que se consagran las glorias de los hombres de todos los tiempos; glorias para las que son cuidadosamente "entrenados", los pequeñitos neófitos que son agregados a la sociedad y al sistema religioso, sin que puedan hacer nada para impedirlo.
Mateo 16: 25/27 25 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la encontrará. 26 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida? 27 Porque el Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a lo que haya hecho. DHH.
Los que corren tras su propia "vida", cargando ininterrumpidamente la posta heredada de sus ancestros, lo hacen como esa carrera fuera la unica disponible y posible, sus cálculos y medidas del escenario al que pertenecen, superan cualquier disponibilidad y posibilidad; la mayor distancia que son capaces de recorrer, es la que conduce al "podio", sus mas grandes realizaciones, giran a su alrededor, se preparan, compiten, suben el podio y regresan una y otra vez a la línea de partida.
Marcos 10: 17/22 17 Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó corriendo, se arrodilló y le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? 18 —¿Por qué me llamas bueno? —preguntó Jesús—. Solo Dios es verdaderamente bueno; 19 pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio; no estafes a nadie; honra a tu padre y a tu madre”[a]. 20 —Maestro —respondió el hombre—, he obedecido todos esos mandamientos desde que era joven. 21 Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. 22 Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones. NTV.
Los que corren tras su Señor, los que Lo siguen, son seguidores de vida; son los que avanzan fuera del estadio, recorriendo el Camino, que con cada paso les confirma que tan poco valor tiene lo que antes llamaban vida, el valor en que se realiza la vida en cada uno de ellos, se hace efectivo mas allá del "duro entrenamiento y el sudor" en el estadio; se trata de lo que la tribulación es, y la persecución significa en cárceles, dado que su carrera explica el Evangelio, la Gracia del Creador.
Juan 21: 20/23 20 Al volverse Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y que le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te entregará?» 21 Cuando Pedro lo vio, le dijo a Jesús: «Señor, ¿y éste, qué?» 22 Jesús le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» 23 De allí surgió la idea entre los hermanos de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría. Sólo le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» RVC.
Tomar la partida en el comienzo del Camino en que Camina Cristo Jesus, supone estar investido de poder, ser partícipe de la Naturaleza Divina, haber sido ungido, esto es "sacado del estadio", separado del terreno del pecado y de la muerte, por el Poder de Dios Espíritu Santo, confirmando en cada paso, el carácter de su Señor y Salvador, con el que rinde honor y gloria al Padre, razón divina, espiritual, que consagra la carrera como el camino que los llevara ante su Padre Celestial.
Juan 14: 3/7 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. 4 Y ustedes saben a dónde voy, y saben el camino.» 5 Tomás le dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?» 6 Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieran, también conocerían a mi Padre; y desde ahora lo conocen, y lo han visto.» RVC.