!! Púrpura !!, ...

Isaias 63: 1/6 ¿Quién es este que viene de Edom, desde Bosra, vestido de púrpura? ¿Quién es este de espléndido ropaje, que avanza[a] con fuerza arrolladora? «Soy yo, el que habla con justicia, el que tiene poder para salvar.» ¿Por qué están rojos tus vestidos,como los del que pisa las uvas en el lagar? «He pisado el lagar yo solo; ninguno de los pueblos estuvo conmigo. Los he pisoteado en mi enojo; los he aplastado en mi ira. Su sangre salpicó mis vestidos, y me manché toda la ropa. ¡Ya tengo planeado el día de la venganza! ¡El año de mi redención ha llegado! Miré, pero no hubo quien me ayudara, me asombró que nadie me diera apoyo. Mi propio brazo me dio la victoria; ¡mi propia ira me sostuvo! En mi enojo pisoteé a los pueblos, y los embriagué con la copa de mi ira; ¡hice correr su sangre sobre la tierra!» NBD.

... es el desteñido color de la sangre que se mezcla con toda impureza y salpica la Majestuosa vestidura de la Realeza Divina manifiesta enla blancura que no es color, sino piureza Absoluta que tiñe de genuino Carmesí, de rojo que no es color,  sino la Divinidad vertida en el color de la Vida que es Sangre, libre de impureza, para purificar, para limpiar, la púrpurea fuente de la muerte, la desteñida sangre de los hombres transformándola en vida, restaurando la auitenticidad de la Sangre que es Vida.

Apocalipsis 3: 18 18 Si de veras quieres enriquecerte, harías bien en comprarme oro pasado por el crisol, vestidos blancos con que cubrir tu vergonzosa desnudez y colirio con que ungir tus ojos para que puedas ver. BLP. 27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio. Reunieron a toda la compañía de soldados alrededor de él. 28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color morado.[a] púrpura 29 Hicieron una corona hecha de espinas, se la colocaron en la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Se arrodillaron ante él y se burlaban, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!» 30 Luego le escupieron, tomaron la caña y le pegaron en la cabeza. 31 Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Mateo 27: 27/31,PDT.    

La brillante expresión de la civilizacion humana de la época, esas hordas de salvajes que compartían espacio en la cosmopolita Jerusalén, fueron pisados por el Creador en el lagar de la Justicia, del Amor que es la Forma absoluta de la Santidad, fueron aplastados, los que deberían haberlo apoyado, los que se conviertieron en verdugos de si mismos, los que viciosamente adornados con su perdición de color púrpura, practicaban los rituales ocasionales, las ceremonias, las genuflexiones que mantienen sobre ellos la Ira Divina, que aumentaron y aumentan su perdición.      

Apocalipsis 17: 1/6 Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y me dijo: «Ven acá, y te mostraré el castigo para la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con ella han adulterado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su inmoralidad sexual.» Después el ángel me llevó en el Espíritu al desierto, y allí vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y estaba llena de nombres blasfemos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y portaba adornos de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro, la cual rebosaba de cosas detestables y de la inmundicia de su inmoralidad sexual. Inscrito en la frente ostentaba un nombre, cuyo sentido era un misterio: «La gran Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.» Vi que la mujer estaba ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla, quedé muy asombrado. RVC.

Una mas de las milenarias cebraciones, de las fiestas paganas, plagadas de idolatría, es decir de adulterio contra El Creador, una rutinaria, circular ocasion para subirse al escenario de la mentira, de la ignominia, el escenario del que son espectadores los primitivos liderados por los excerables pecadores que permiten que los lideren, entretenidos con las sobrecargadas actuaciones del cinismo religioso, que los conmueve hasta las lagrimas, como ocurre todos los "años", durante el cumplimiento rutinario del calendario de las fiestas, de las celebraciones al pecado, a la muerte.

Mateo 27: 15/17,31/32  15 Ahora bien, era costumbre del gobernador cada año, durante la celebración de la Pascua, poner en libertad a un preso —el que la gente quisiera— y entregarlo a la multitud. 16 Ese año, había un preso de mala fama, un hombre llamado Barrabás.[c] 17 Al reunirse la multitud frente a la casa de Pilato aquella mañana, él les preguntó: «¿A quién quieren que ponga en libertad, a Barrabás o a Jesús, llamado el Mesías?». 31 Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo. 32 En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de Cirene,[c] y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. NTV. 42 Y a Jesús le dijo: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.» 43 Jesús le dijo: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.» Lucas 23: 42/43. RVC.

Sin embargo de en medio de las hordas extasiadas en sus celebraciones a los demonios, jsutificadas con el "nombre la pascua", Dios llamó a dos que habian sido elegidos por su disposicion de corazón; Simón de Cirene y Dimas el ladrón, dos que dejaron de "ser" simplemente Simón de Cirene y Dimas el ladrón para venir a ser los "primeros" por únicos frutos de la Obra Espriritual del Creador, que fructifica Siempre uno por uno; Simón en quien se cumplio la promesa del Evangelio que es vida y Dimas quien se unió su Creador que yacía medio de la mas espantosa tribulación.

Mateo 10: 37/38 37 »Si amas a tu padre o a tu madre más que a mí, no eres digno de ser mío; si amas a tu hijo o a tu hija más que a mí, no eres digno de ser mío. 38 Si te niegas a tomar tu cruz y a seguirme, no eres digno de ser mío.NTV. 39 Uno de los malhechores que estaban allí colgados lo insultaba y le decía: «Si tú eres el Cristo, ¡sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros!» 40 Pero el otro lo reprendió y le dijo: «¿Ni siquiera ahora, que sufres la misma condena, temes a Dios? 41 Lo que nosotros ahora padecemos es justo, porque estamos recibiendo lo que merecían nuestros hechos, pero éste no cometió ningún crimen.» 42 Y a Jesús le dijo: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.» 43 Jesús le dijo: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.» Lucas 23: 39/43 RVC.  

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