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Juan 8: 4/9 4 le dijeron*: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. 5 Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices? 6 Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. 7 Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. 8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. 9 Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. LBLA.
... puede, como nadie pudo lanzar la primera piedra contra la menos digna de ser lapidada, la mujer declarada convicta de muerte según la ley, pero en realidad usada como trampa para hacer caer al desconocido Creador, pues todos, sin distinción de edad, de "apariencia de hombre o de mujer", de credenciales familiares y académicas, todos amancebados con el pecado, eran dos veces mas merecedores de la muerte que reina en el infierno.
Juan 8: 8/11 8 Dicho esto, se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo. 9 Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos, todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio. 10 Se incorporó y le preguntó: — Mujer, ¿dónde están todos esos?¿Ninguno te condenó? 11 Ella le contestó: — Ninguno, Señor. Jesús le dijo: — Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar. BLP. 10 pues las Escrituras dicen: «¡No hay ni uno solo que sea justo! 11 No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios. 12 Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno! Romanos 3: 10/12. DHH.
Los dignísimos hipócritas son sometidos a la "Jurisprudencia Divina", trayendo sobre ellos el rigor de su juicio y condena; porque si esta mujer ha de morir por su adulterio, todos ustedes han de morir por su perversión, los hechos en que fundamentan sus existencias, son hechos que hacen "ver" el pecado de ella, como; "una brizna en el ojo", ya que sus hechos, su pecado tiene el descomunal tamaño de los robles centenarios.
Hebreos 4: 12/13 12 Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos,[a] y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. NBD. 17 Ya ha llegado el tiempo en que el juicio comience por la propia familia de Dios. Y si el juicio está comenzando así por nosotros, ¿cómo será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasará con el malvado y el pecador? 1 de Pedro 4: 17/19 DHH.
Pues así como la ley de Moisés, ordena apedrear a los adúlteros, ordena igual para los homosexuales y las lesbianas, a los afeminados, a los violadores, a los fornicarios y depravados dentro de "vínculos familiares" y fuera de ellos, a los ladrones, a los asesinos, a los que maldicen y agreden a sus padres, a los que adoran dioses o diosas falsos, a los infieles que se apartan del Dios Único, a los que practican hechicería, es decir a los brujos y las brujas, a los que conjuran a los espíritus. Romanos 1: 18/32.
Hebreos 10: 26/28 26 Porque si después de haber conocido la verdad continuamos pecando intencionadamente, ¿qué otro sacrificio podrá perdonar los pecados? 27 Sólo queda la temible espera del juicio y del fuego ardiente que está presto a devorar a los rebeldes. 28 Si uno quebranta la ley de Moisés y dos o tres testigos lo confirman, es condenado a muerte sin compasión. BLP. 29 Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos— como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia NTV.23 El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6: 23 DHH.
La analogía de casos, cuyos hechos fueron sometidos a la justicia humana en los tribunales, hace que la decisión de los jueces sea anticipada y cumplida en la decisión del juez que dictó sentencia en hechos de similar convergencia, dando lugar al cumplimiento de la ley por jurisprudencia; La Jurisprudencia Divina obra en el sencillo análisis, no de casos, sino del pecado frente a la santidad, La Santidad Justicia y Amor de Dios, condena el pecado y bendice la santidad.
1 de Juan 3: 7/9 7 Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. 8 El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. 9 Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida [a] que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando.10 Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes[b] no pertenece a Dios. PDT/NTV.