!Yo no, ...

Hebreos 13: 4/5 ⁴Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio. ⁵No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré»^[a].NTV. ⁵»Nadie podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré, así como ayudé a Moisés. Nunca te fallaré ni te abandonaré. Josué 1: 5. TLA.

 

... te dejaré, Jamás te abandonaré, nada de lo que He Creado físico o material y Espiritual, nada me separara de ti, porque te amo, nada podrá romper la Armonía, que se ha establecido eternamente entre tu hijo -a, y Yo; Mi Esencia que es Amor, inexplicable por la inteligencia y la sabiduría humanas, y las astutas incursiones de las tinieblas está puesta en ti hijo-a; eres imagen y semejanza Mia, razón que se asoma a la ventana que le permite a los elegidos, ver "como de lejos", lo que los circunda, omnipotentemente, omniscientemente, omnipresentemente, que es la Presencia de Dios; aquella presencia amorosa que como suave y tibia briza, los envuelve; son los Brazos amorosos de su Creador y Dios y Padre.  

 

Romanos 8: 28/32 ²⁸Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. ²⁹A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. ³⁰Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria. ³¹¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! ³²Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? DHH.

 

El carácter del que son herederos los hijos del fraudulento padre, que los esclavizó después de asesinar a sus papas, en los que se inicio la esclavitud, por lo que todos, nacen esclavos, satirizan, envilecen hasta el mas bajo desprestigió, la mas grande obra de la Creación de Dios; cómo se entendería que "ser ama de casa", la corona que ciñen las varonas. las mujeres levantadas como el mas efectivo medio de ayuda para sus esposos, en la obra conjunta de edificar el "nido", el hogar en que se cultiva el amor, sea la mas despreciable, avergonzante, humillante actividad, en que podrían "caer las mujeres"; uno de los mas grandes insultos, proferido por gente con "apariencia de mujer", es tildarse de sirvienta, nombre con el que se identifica el "ignominioso cargo de las amas de casa". 

 

Es por tanto caótico lo que desde el origen los seres humanos llaman matrimonio, lo que llaman familia, tratando de imitar el nombre que Dios le dió a la mas alta y honrosa institución estructurada sobre dos columnas, Creadas en lo Sublime de la Divinidad, que quiso identificar una columna con identidad masculina y a la otra con identidad femenina, pues a Dios le plació determinar que "el hombre sea un ser sexuado", los creó varón y varona; fieles a su estructura, porque son fieles en su intimidad el uno al otro, fidelidad que fluye por amor reciproco en la perfección de la desigualdad que comprueba lo que cada uno "es" como resultado de la manifestación de al genuina masculinidad y la genuina feminidad.

 

 1 de Timoteo 2: 13/15  ¹³Pues Dios primero creó a Adán y luego hizo a Eva. ¹⁴Ahora bien, no fue Adán el engañado por Satanás; la mujer fue la engañada y la consecuencia fue el pecado. ¹⁵Sin embargo, las mujeres se salvarán al tener hijos,^[a] siempre y cuando sigan viviendo en la fe, el amor, la santidad y la modestia. NTV.  ²⁴Así como la iglesia sirve a Cristo, también la esposa debe servir en todo a su esposo.  ²⁸El esposo debe amar a su esposa así como ama a su propio cuerpo; el que ama a su esposa, se ama a sí mismo. Efesios 5: 24,28. PDT. ¹⁴Por esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, ¹⁵de quien recibe su nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. Efesios 3: 14/15. DHH. 

 

La armonía, en que El amor es Uno, trasciende, el tiempo y el espacio, lo físico y lo espiritual, para sostener la Promesa de Dios a sus criaturas, a sus hijos redimidos y vueltos a crear, con los que se restaura por completo el propósito de la Creación; con los que todo vuelve a ser como al principio; en el que la relación de Dios con sus hijos se centra en el Amor del Padre que siempre esta presente, que no tiene otra "carrera", que la de edificar a la familia; fortalece, no debilita, no se "va", jamás abandona, jamás desampara, su presencia es eficaz ayuda y protección para los hijos, para la familia, que jamás sera derrotada, pues los detractores y depravadores de la Obra de Dios, siempre están al acecho; el caos en que corren, es usado contra Dios, contra la perfección de su obra.           

 

Hebreos 13: 6 ⁶Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?»^[a]. NTV. ⁶¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará». Deuteronomio 31: 6. NTV. ⁵Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré. Josué 1: 5. NTV. ³⁴¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.

 

³⁵¿Qué podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? ³⁸Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios,^[a] ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. ³⁹Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8: 34/35,38/39. RVC/NTV.