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Hechos 26: 22/24 22Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería: 23que el *Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles. 24Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. —¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza. NBD. 27Luego, Pablo se dirigió al rey Agripa y le dijo: —Majestad, ¿acepta usted lo que dijeron los profetas en la Biblia? Yo sé que sí lo acepta. 28Agripa le contestó: —¿En tan poco tiempo piensas que puedes convencerme de ser cristiano? Hechos 26: 27/28. TLA.
 
... loco Pablo, dijo Festo que lo presentaba ante Herodes Agripa, en cumplimento de su rol de procurador de Judea; Festo señala en flagrante ignorancia sobre la vida del apóstol, que su "exposición de motivos", era mera exposición teórica de conocimientos, aislada de su manera de vivir; este Festo enclaustrado en su posición de poder heredada del corrupto Félix, apela al rey Agripa, para solucionar su problema de conciencia, pues de ha dado cuenta que el apóstol no es culpable de lo que es acusado por los judíos, y menos ser merecedor de la muerte; Festo trataba de encontrar "sentido" a las acusaciones para enviarlas al emperador.    
 
Hechos 25: 23/27 23Al día siguiente, Agripa y Berenice llegaron al tribunal, y con mucha pompa entraron en la sala. Iban acompañados de los jefes del ejército y de los hombres más importantes de la ciudad. Festo ordenó que trajeran a Pablo, 24y luego dijo:  —Rey Agripa, y señores que hoy nos acompañan, ¡aquí está el hombre! Muchos judíos han venido a verme aquí, en Cesarea, y allá en Jerusalén, para acusarlo de muchas cosas. Ellos quieren que yo ordene matarlo, 25pero no creo que haya hecho algo tan malo como para merecer la muerte. Sin embargo, él ha pedido que sea el emperador quien lo juzgue, y yo he decidido enviarlo a Roma. 26Pero no sé qué decirle al emperador acerca de él. Por eso lo he traído hoy aquí, para que ustedes, y sobre todo usted, rey Agripa, le hagan preguntas. Así sabré lo que puedo escribir en la carta que enviaré al emperador. 27Porque no tendría sentido enviar a un preso sin decir de qué se le acusa. TLA.
 
El mensaje que predicas tiene que ser solo alarde de conocimientos, para conseguir notoriedad en medio de la sociedad y del sistema religioso, no puede ser verdad que lo que dices sea lo que haces, no puede ser que tus Palabras, sean la explicación "teórica de la práctica en que vives"; es cierto Pablo, conozco las Escrituras pero no puedo aceptarlas, no puedo creer en los "mandatos" sobre los que debe operar la vida; conozco la teoría, pero mi pomposo estilo de vida, esta basado en el pecado, tanto como que vivo en incesto con Berenice que es mi hermana; ya entenderás lo que representa el resto de lo que soy; por eso no quiero, no puedes convencerme de ser cristiano.
 
1 de Corintios 1: 18/21  18Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. 19Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la inteligencia de los inteligentes.» 20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo? 21Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. NBD.
 
Es probable que una minoría de los seres humanos sociales y religiosos, que como el rey Agripa, disfrutan de sus estatus, de sus posiciones en la familia y en la sociedad, declinen la invitación del Creador del universo a seguirlo, porque concluyen que "cambiar" de muerte a vida, es imposible, como en efecto lo es,  si se quiere conseguir por medios humanos; solo Dios puede hacerlo y lo hace obrando a partir de la decisión libre y soberana de cada criatura, que acepta debe morir debido a la forma como "vivió", y es guiada por Dios Espíritu Santo ante la cruz, y allí, acepta la Gracia, El amor, el Regalo de su Padre, que es la redención en la Sangre de Cristo Jesús.      
 
Hebreos 2: 9/12 9Pero vemos que Jesús, a quien Dios hizo algo menor que los ángeles por un poco de tiempo, está coronado de gloria y honor, a causa de la muerte que sufrió. Dios, en su amor, quiso que experimentara la muerte para bien de todos. 10Todas las cosas existen para Dios y por la acción de Dios, que quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso, Dios, por medio del sufrimiento, tenía que hacer perfecto a Jesucristo, el Salvador de ellos. 11Porque todos son del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12al decir en la Escritura: «Hablaré de ti a mis hermanos, y te cantaré himnos en medio de la congregación.»  DHH.
 
El incestuoso rey Agripa es confrontado por nuestro hermano Pablo, como conocedor de la Palabra de Dios, es decir de las Sagradas Escrituras, la afirmación del apóstol confirma la religiosidad de aquel que practicando teoría religiosa, en ceremonias y rituales dentro de los templos, posaba de "devoto", debido a las veces que asistía y era visto por la gente, dando a entender que la depravación en que existía,  "era enjugada por dios", como retribución a sus ejercicios religiosos y al pago del soborno, que con seguridad entregaba con nombre de los que Dios estableció, para dignificar la entrega total de los que le pertenecen.      
 
Lucas 18: 9/14 9A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y que despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola: 10«Dos hombres subieron al *templo a orar; uno era *fariseo, y el otro, *recaudador de impuestos. 11El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. 12Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo.” 13En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” 14»Les digo que éste, y no aquél, volvió a su casa *justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» NBD. 

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