El poder, ...

1 de Pedro 1: 14/17 Sean hijos obedientes, no hagan todas las cosas malas que hacían antes, cuando vivían sin conocer a Dios. Más bien, vivan ustedes de manera totalmente santa, así como también es santo el que los llamó; pues en la Escritura dice: «Sean santos, porque yo soy santo». Ya que ustedes dicen que es su Padre el que juzga las obras de cada uno sin tener favoritos, entonces vivan dándole la honra mientras estén de paso por este mundo. NBD.

... que esta fuera de la naturaleza humana, aquel que en una "gran palabra" es el poder sobrenatural es atributo del carácter de Dios, y asi debería ser, sin embargo para los seres humanos, esa gran palabra, es la herramienta con la que según sus creencias y tradición "le dan poder" a multitud de cosas y de diseños fantasmagóricos, espiritistas y diabólicos en que creen.

La forma mas representativa de esta actividad humana se presenta en el sistema religioso en el que la gente toma de su reserva de la gran palabra "poder", para "dotar" a dios, o lo que creen que es dios y diosas, de lo necesario para que los dioses "empoderados", usen ese poder para beneficiarlos conforme a sus necesidades naturales,

El pueblo de Israel que salió de Egipto, fue testigo, junto con el resto de los habitantes de la metrópoli, del Poder de Dios, sus dioses y sus diosas, fueron sometidos al rigor de la presencia del Poderoso Creador y puestos en ridículo, esa forma de vergüenza que es propia de los seres humanos puestos al descubierto como los diseñadores físicos y mentales de sus dioses. 

Exodo 10: 1/2 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Regresa a ver al faraón y vuelve a presentar tus demandas. Yo hice que él y sus funcionarios se pusieran tercos con el fin de mostrar mis señales milagrosas en medio de ellos. También lo hice para que ustedes pudieran contarles a sus hijos y a sus nietos acerca de cómo puse en ridículo a los egipcios, acerca de las señales que realicé en medio de ellos, y para que ustedes sepan que yo soy el S EÑOR ». NTV.

La experiencia del pueblo de Israel, el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, es un reto para los que vivimos en este tiempo, un reto a la inteligencia si tratamos de "entender" su comportamiento caótico, que frente al Poder de Dios desplegado en diez ocasiones decide obedecerle, para casi de inmediato desobedecerle ante la posibilidad de que Moises hubiera desaparecido.

Exodo 32: 7/8 El SEÑOR le dijo a Moisés: —¡Baja ya de la montaña! Tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. ¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! Fundieron oro y se hicieron un becerro, y se inclinaron ante él y le ofrecieron sacrificios. Andan diciendo: “Oh Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto”. NTV.

La ciega naturaleza humana corrompida por el pecado bajo la presión subterránea de Satanás, el dios de este mundo, ese dios que bajo multitud de formas y de símbolos, blasfema al Dios que lo creo como Luzbel, patrocina la fabricación de estatuas, de figuras y de manipulaciones de la creación, como esfinges que son leones con cabeza humana.

Los hombres diseñan figuras, o hacen estatuas, o miran los ríos y a los arboles, y a los animales y se burlan de Dios, entronando todo eso inerte, material, sin vida, en sitios de los que dicen son habitación de sus dioses y a cada uno en su nicho le dan poder, ese poder con el que anhelan ser protegidos, proveídos y sanados y prosperados.

Así fue y así es, ha cambiado únicamente la forma como los dioses son dotados de poder en el tiempo presente, una de las formas mas sutiles y subterránea, es la de encerrar el poder en ciertas palabras como por ejemplo santo, para referirse a alguien entronado como dios, sin que se note la trágica suplantación del Poder de Dios, Unico y Eficaz eternamente.  

De manera que cuando alguien pronuncia la palabra santo y no es para reconocer o para dirigirse a un hermano, es un idolatra, ha caído en adulterio espiritual, ha permitido que las criaturas reciban el Honor que le corresponde al Creador, no es leal a nadie pues su fidelidad esta disuelta en la mezcla de los muchos dioses y diosas a los que invoca, quedando bajo la Ira de Dios.

Efesios 5: 1/3,6 Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante. Entre ustedes ni siquiera deben hablar de inmoralidad sexual, ni de avaricia, ni de ninguna otra clase de depravación, pues ustedes son santos. Que nadie los engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre aquellos que no lo obedecen. RVC. 

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