No hay, ...
Lucas 11: 27/28 Mientras Jesús decía esto, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: «¡Dichoso el vientre que te dio a luz, y los senos que te amamantaron!» Jesús respondió: «Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la obedecen.» RVC.
... argumento valido, no hay apologética religiosa que pueda socavar el principio eterno en que opera la Gracia de Dios en favor de sus hijos, la Gracia que es el Don Gratuito con el que Dios los bendice y que es simplemente consecuencia de la única actitud, que hecha conducta en los hijos, mueve el corazón de su Padre, la obediencia.
Juan 15: 5/10 Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer. El que no permanece en mí, será desechado como pámpano, y se secará, y será recogido y arrojado al fuego, y allí arderá. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá. En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos. Así como el Padre me ha amado, así también yo los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. RVC.
Ser bendecido es una consecuencia, consecuencia de la obediencia y la obediencia es consecuencia del amor, y el amor es fruto de la relación personal de los hijos con El Padre, ese vinculo espiritual, en el que cada hijo-a es parte del corazón de su Padre, que hace del Amor, las llaves que abren las ventanas del cielo, símbolo de la sobrenatural provisión con la que Dios dispone lo que sea necesario para que sus hijos alcancen su propósito de vida.
Hebreos 12: 5/8 Acaso han olvidado ya las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes como algo sin importancia la disciplina del Señor ni te desalientes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo aquel a quien recibe como hijo». Lo que ustedes están sufriendo es para disciplinarlos, pues Dios los está tratando como a hijos. Si a ustedes no los disciplinan como se disciplina a todo hijo, entonces ustedes no son verdaderamente hijos. NBD.
Ser hijo es ser aquel que por Amor es bendecido, porque aún cuando es disciplinado por su Padre, el hijo sabe que su relación con El esta vigente, tanto que por amor lo guía para que reencuentre el camino cuando se extravía, endereza las sendas que parecen ser rectas pero que solo El sabe que son caminos de perdición, se trata de la genuina realidad de las ramas que son parte de la vid y que por mucho que quieran separase de ella, doblegan por amor las insinuaciones y ofertas, para seguir unidos a su Señor y Padre.
Pero ser hijo no es potestativo de la decisión o de la voluntad humana, lo cual es imposible, entonces ser hijo de Dios es consecuencia de haber sido engendrados por Dios, proceso que se cumple según la Voluntad de Dios, que despliega su poder por medio de su Hijo Unigénito Cristo Jesús, que primero libra del pecado y de la muerte a los que han sido encontrados dispuestos a morir con El en la cruz y después ser creados de nuevo en su resurrección.
Juan 1: 12/13 Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.DHH. ¡Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!, porque su misericordia es grande y nos ha hecho nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Esto fue así para que tengamos una esperanza viva. 1 Pedro 1: 3 NBD.
... argumento valido, no hay apologética religiosa que pueda socavar el principio eterno en que opera la Gracia de Dios en favor de sus hijos, la Gracia que es el Don Gratuito con el que Dios los bendice y que es simplemente consecuencia de la única actitud, que hecha conducta en los hijos, mueve el corazón de su Padre, la obediencia.
Juan 15: 5/10 Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer. El que no permanece en mí, será desechado como pámpano, y se secará, y será recogido y arrojado al fuego, y allí arderá. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá. En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos. Así como el Padre me ha amado, así también yo los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. RVC.
Ser bendecido es una consecuencia, consecuencia de la obediencia y la obediencia es consecuencia del amor, y el amor es fruto de la relación personal de los hijos con El Padre, ese vinculo espiritual, en el que cada hijo-a es parte del corazón de su Padre, que hace del Amor, las llaves que abren las ventanas del cielo, símbolo de la sobrenatural provisión con la que Dios dispone lo que sea necesario para que sus hijos alcancen su propósito de vida.
Hebreos 12: 5/8 Acaso han olvidado ya las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes como algo sin importancia la disciplina del Señor ni te desalientes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo aquel a quien recibe como hijo». Lo que ustedes están sufriendo es para disciplinarlos, pues Dios los está tratando como a hijos. Si a ustedes no los disciplinan como se disciplina a todo hijo, entonces ustedes no son verdaderamente hijos. NBD.
Ser hijo es ser aquel que por Amor es bendecido, porque aún cuando es disciplinado por su Padre, el hijo sabe que su relación con El esta vigente, tanto que por amor lo guía para que reencuentre el camino cuando se extravía, endereza las sendas que parecen ser rectas pero que solo El sabe que son caminos de perdición, se trata de la genuina realidad de las ramas que son parte de la vid y que por mucho que quieran separase de ella, doblegan por amor las insinuaciones y ofertas, para seguir unidos a su Señor y Padre.
Pero ser hijo no es potestativo de la decisión o de la voluntad humana, lo cual es imposible, entonces ser hijo de Dios es consecuencia de haber sido engendrados por Dios, proceso que se cumple según la Voluntad de Dios, que despliega su poder por medio de su Hijo Unigénito Cristo Jesús, que primero libra del pecado y de la muerte a los que han sido encontrados dispuestos a morir con El en la cruz y después ser creados de nuevo en su resurrección.
Juan 1: 12/13 Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.DHH. ¡Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!, porque su misericordia es grande y nos ha hecho nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Esto fue así para que tengamos una esperanza viva. 1 Pedro 1: 3 NBD.