Mis Derechos

1 de Pedro 1: 18/19 Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. NTV.

Hace dos días, apreciamos como el hombre mas sabio y rico que se conozca, llamado Salomón, siendo mayor en años, hacia y hablaba como un niño, de entre tres y siete años de edad calendaria. Todo lo que hacia era para el, y en todo lo que decía, siempre el era la primera persona, manifestando su arraigado y profundo egoísmo.

Esta es la forma como la gente, a su manera, declara quien es y cuales son sus derechos, se trata de algo inherente a la especie humana, dentro de un proceso "mental", en el que solo existe el yo, es decir se ignora por completo, que el que esta al lado, podría tener también derechos, porque todo el proceso se mueve en una sola dirección,...yo.

Se trata de la convicción universal "moderna", en la que cada quien se cree, se sabe dueño de si mismo. Es la manera como nos vemos como señores de nosotros mismos, por encima de cualquier limitación que pudiera afectar nuestros derechos. Estado en el que el concepto esclavitud no tiene sentido ni cabida en nuestra mente. Yo no soy esclavo, mas bien esclavizador.

2 de Pedro 2: 18
Les prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues todo aquel que es vencido, se vuelve esclavo del que lo venció. RVC. En el desarrollo que nos presenta Dios en la segunda epístola de Pedro capítulo segundo, trata de la libertad y de los que proclaman ser libres, quizás como resultado de sus derechos.

Dios dice; los que se creen libres son esclavos, porque debido a la forma como ejercen sus derechos para practicar la corrupción, la corrupción los ha hecho esclavos. De modo que cuando estas gentes hablan de sus derechos, en realidad hablan de sus derechos como esclavos, porque cada quien es esclavo de aquello que lo domina.

Efesios 2: 1/2
Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. NTV.

El esclavo que obedece al amo que lo domina, desconoce,..¿desconoce?, que no tiene ningún derecho distinto, del de obedecer a su amo, aquel que opera desde el mundo invisible, es el amo que tomó posesión de sus vidas, cuando cayeron en pecado en el principio-Génesis 3: 1/7- y que como amo y señor los mantiene esclavizados.

La justicia perfecta de Dios, jamás soslayaría este hecho que terminó con la relación de amor que tenia con sus hijos, pues hacerlo, haría que en realidad se negara a si mismo, por esta razón, desde el mismo momento en que ocurrió la tragedia, Dios nuestro Padre Celestial estableció un plan para salvarnos de la esclavitud eterna del pecado.

Es así como en la cruz del calvario, Dios le pagó al dueño , el precio justo y total por la vida de cada uno de sus hijos de todos los tiempos, y para hacerlo, pagó con la sangre de su hijo unigénito, con la sangre de Dios hijo, Cristo Jesús, para devolvernos nuestro derechos de hijos, dentro de la perfecta esclavitud del amor que une a Dios Padre, con sus hijos.

Cristo Jesús, nos devolvió, lo que por libre albedrío entregamos, por medio de los que fueron nuestros padres terrenales Adan y Eva. Todo aquel que acude a la cruz y reniega de su esclavizador de pecado, es declarado libre, porque ocurre en el orden espiritual una transacción en la que somos comprados, y el pago es hecho con sangre, con la sangre de la redención.

Es para todos, sin excepción, Cristo Murió por todos, y lo único que hay que hacer para ser libres, es recibir el regalo del perdón, que se obtiene por decision libre y soberana, ante la cruz, luego de lo que nuestros derechos seran restaurados y seremos por derecho en la obra de Cristo Jesus, hijos de Dios.

Juan 1: 12/13 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. LBLA.

Entradas populares