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Jeremias 11: 17/23 17 »Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, el que plantó ese olivo, he ordenado que lo destruyan. Pues los pueblos de Israel y de Judá han hecho lo malo, y despertaron mi enojo al quemar incienso a Baal». 18 Luego el Señor me avisó acerca de los complots que mis enemigos tramaban en mi contra. 19 Yo era como cordero que se lleva al matadero. ¡No tenía idea de que pensaban matarme! «Destruyamos a ese hombre y todas sus palabras—dijeron—, derribémoslo para que su nombre sea olvidado para siempre». 20 Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú juzgas con justicia, y examinas los secretos y los pensamientos más profundos.
Déjame ver tu venganza contra ellos, porque te he entregado mi causa. 21 Esto dice el Señor acerca de los hombres de Anatot que deseaban mi muerte. Ellos habían dicho: «Te mataremos si no dejas de profetizar en el nombre del Señor». 22 Así que esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales acerca de ellos: «¡Yo los castigaré! Sus jóvenes morirán en batalla y sus hijos e hijas morirán de hambre. 23 Ninguno de esos conspiradores de Anatot sobrevivirá, porque traeré calamidad sobre ellos cuando llegue el momento de su castigo». NTV.
... responsables de los complots, las conspiraciones contra Dios en las personas de sus siervos, generadores de la Ira del Creador, dados sus abiertos insultos, su desafío, a la Santidad, la Justicia, el Amor, vanagloriándose mientras se revuelcan en el cieno de sus deliberadas, intencionadas maneras de existir como siervos, voluntarios, de las cadenas que arrastran, esas que empeoran por su peso, pues le agregan eslabones de ignominia, con cada uno de sus muy bien "pensados" actos de envilecimiento.
Salmos 106: 28/35 28Después nuestros antepasados se unieron para rendir culto a Baal en Peor; ¡hasta comieron sacrificios ofrecidos a los muertos! 29 Con todo eso provocaron el enojo del Señor, entonces se desató una plaga en medio de ellos. 30 Pero Finees tuvo el valor de intervenir y la plaga se detuvo. 31 Por eso, desde entonces, se le considera un hombre justo. 32 También en Meriba, provocaron el enojo del Señor, y le causaron serios problemas a Moisés. 33 Hicieron que Moisés se enojara[b] y hablara como un necio. 34 Israel no destruyó a las naciones que había en la tierra, como el Señor le había ordenado. 35 En cambio, los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres. NTV.
Convictos de lo que es completamente incomprensible, de venderse a sí mismos al esclavizador, al pecado, para permanecer muertos, contraste perfecto con los hechos de los muy pequeños seres, muy pequeños por cierto en la proporción en que Dios los ve como gusanos miserables, que usan los artificios del que llaman poder, para aprisionar y someter a esclavitud a los sensibles, indefensos, inocentes, que compra venden como si fueran mercancía, actos miserables, que reflejan el carácter de satanás.
Jeremias 25: 15/20,22/23,27/29 15El Señor, el Dios de Israel, me dijo: «Toma de mi mano esta copa del vino de mi ira y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe. 16 Cuando ellas la beban, se tambalearán y perderán el juicio, a causa de la espada que voy a enviar contra ellos». 17 Tomé de la mano del Señor la copa y se la di a beber a todas las naciones a las cuales el Señor me envió: 18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus oficiales, para convertirlos en ruinas, en motivo de horror, burla y maldición, como hoy se puede ver. 19 También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, a sus siervos, oficiales y todo su pueblo; 20 a todos los forasteros, a todos los reyes del país de Uz y a todos los reyes del país de los filisteos; a los de Ascalón, Gaza, Ecrón y a los sobrevivientes de Asdod; 22 a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar;
23 a Dedán, Temá y Buz; a todos los pueblos que se rapan las sienes; 27 «Tú les dirás: “Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: ‘Beban, emborráchense, vomiten y caigan para no levantarse más, por causa de la espada que estoy por mandar contra ustedes’ ”. 28 Pero si se niegan a tomar de tu mano la copa y beberla, tú les dirás: “Así dice el Señor de los Ejércitos: ‘¡Tendrán que beberla!’. 29 Desataré calamidades contra la ciudad que lleva mi Nombre. ¿Y creen ustedes que no los voy a castigar? Al contrario, serán castigados —afirma el Señor de los Ejércitos—, porque yo desenvaino la espada contra todos los habitantes de la tierra”. NVI.
La cínica desvergüenza de los seres humanos, que insulta la anhelada disposición de la gente para someter a juicio al traficante de esclavos, ante la Justicia de Dios, desató en cada tiempo y en cada convergencia de la iniquidad hasta el colmo, las consecuencias de la aplicación de la perfecta infalible, irremediable, Justicia que llevara el caos, la anarquía, al Orden que le caracteriza al Creador, el Orden que le devuelve al remanente, la cordura, en que nuevamente obrará en comunión con Dios.
En verdad está fuera de toda posibilidad de comprensión, de algún argumento que justifique cómo las criaturas, tomadas de la mano de su Creador y Dios y Padre, reciben en herencia la tierra que les pertenece, pero que está habitada por traidores, de plena conciencia, los infieles al Amor que los hace hijos y por lo mismo herederos, pero que deciden adoptar las cadenas que los esclavizan, para disfrutarlas, para "degustar las delicias del pecado y sus consecuencias la muerte".
Galatas 1: 1/7 1Pero digo también: Mientras el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo, 2 sólo que está bajo tutores y guardianes hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, vivíamos en esclavitud y sujetos a los principios básicos del mundo. 4 Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, 5 para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: «¡Abba, Padre!» 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero de Dios por medio de Cristo. RVC. Negrilla agregada por V.deC.