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Mateo 5: 17/20 17 »No malinterpreten la razón por la cual he venido. No vine para abolir la ley de Moisés o los escritos de los profetas. Al contrario, vine para cumplir sus propósitos. 18 Les digo la verdad, hasta que desaparezcan el cielo y la tierra, no desaparecerá ni el más mínimo detalle de la ley de Dios hasta que su propósito se cumpla. 19 Entonces, si no hacen caso al más insignificante mandamiento y les enseñan a los demás a hacer lo mismo, serán llamados los más insignificantes en el reino del cielo; pero el que obedece las leyes de Dios y las enseña será llamado grande en el reino del cielo.20 »Les advierto: a menos que su justicia supere a la de los maestros de la ley religiosa y a la de los fariseos, nunca entrarán en el reino del cielo. NTV.

... el hipócrita, encumbrado en la apariencia de sabiduría, de los "asuntos religiosos", aceptados en la generalidad de la apatía, del desdén de los seres humanos, que son el mar de oscuridad en que navegan, anclados en la dedicada, necia, y por demás cínica, ignorancia, mundanal, carnal, diabólica, que los protege, de su propio engaño, de su propia soledad, encubierta por los demonios, en las trincheras, que denominan, al antojo de la naturaleza pecaminosa, obcecados, fanáticamente, en recitaciones, que solo son escuchadas por ellos mismos.

Mateo 23: 1/7 1Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: 2 «Los escribas y los fariseos se apoyan en la cátedra de Moisés. 3 Así que ustedes deben obedecer y hacer todo lo que ellos les digan, pero no sigan su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. 4 Imponen sobre la gente cargas pesadas y difíciles de llevar, pero ellos no mueven ni un dedo para levantarlas. 5 Al contrario, todo lo que hacen es para que la gente los vea. Ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos, 6 y les encanta ocupar los mejores asientos en las cenas y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas, 7 y que la gente los salude en las plazas y los llame: “¡Rabí, Rabí!”RVC.   

La arrogante soberbia de los religiosos es su escudo contra la explicita y sencilla confrontación, que corresponde a sus peregrinas, depravadas maneras de existir, tan escuetas en sus efectos, como los de lavarse las manos, esquivando atender al necesitado de atención, física y espiritual, que es el genuino llamamiento, para el que Cristo Jesús, determinó, a cada redimido, salvo de la muerte, vuelo a nacer, pleno de la vida, que le infunde Dios operando desde el corazón de cada uno.

Marcos 3: 1/7 1Jesús entró de nuevo en la sinagoga y vio a un hombre que tenía una mano deforme. 2 Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso. 3 Jesús le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a todos». 4 Luego se dirigió a sus acusadores y les preguntó: «¿Permite la ley hacer buenas acciones en el día de descanso o es un día para hacer el mal? 

¿Es un día para salvar la vida o para destruirla?». Pero ellos no quisieron contestarle. 5 Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban, profundamente entristecido por la dureza de su corazón. Entonces le dijo al hombre: «Extiende la mano». Así que el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada! 6 Los fariseos salieron enseguida y se reunieron con los partidarios de Herodes para tramar cómo matar a Jesús. NTV.

La preñes, de sus mentes-almas-, en que discurre la existencia de los seres humanos, trae como consecuencia las maquinaciones, en que su naturaleza pecaminosa, exacerba ser satisfecha, de frente a sus elementales, manipulaciones, relativas a la falsa higiene, ofrecidas, a sus conciencias encallecidas por el pecado, como ofrenda a las fotografías, imágenes, estatuas, y demás, que han entronado como diosas y dioses, y se postran en farisea, es decir falsa reverencia, a repetir verbalmente lo que sale de sus mentes-almas-.

Lucas 5: 32/39 33 Algunos le dijeron a Jesús: ―Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y oran mucho, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo. 34 Jesús les respondió: —¿Acaso pueden ustedes hacer que los invitados a una boda ayunen mientras el novio está con ellos? 35 Va llegar el día en que les quiten al novio y entonces sí ayunarán.

36 Y les contó esta parábola:

―Nadie le corta un pedazo de tela a un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace, echa a perder el vestido nuevo, y el retazo nuevo no se verá bien en el vestido viejo. 37 Tampoco nadie echa vino nuevo en odres viejos. Si lo hace, el vino nuevo hará que revienten los odres, el vino se derramará y los odres se echarán a perder. 38 Por eso, el vino nuevo se debe echar en odres nuevos. 39 Y cuando alguien probó el vino viejo, ya no quiere beber el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor”. NBV.

Necios, en la ignorancia, de la reverencia, sobrenatural que ha de asistir, a las criaturas, frente al Creador, Cristo Jesús, en la Inmensidad Todopoderosa, Omnisciente, Omnipresente, trasiegan envueltos en vestimentas, que buscan descrestar a gentes, en inferioridad de condiciones, a estos fariseos, lavando manos, pies, ollas, tendiendo camas, como suprema oferta a sus dioses, dioses, a quienes que no les importa, la violación de los hijos, de los esposos, y las esposas, la perversion antinatural, el ocio, el robo, la herejia, la blsfemia.

Filipenses 3: 2/9 2 Cuidaos de esos perros, cuidaos de esos que hacen el mal, cuidaos de esos que mutilan el cuerpo. 3 Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. 4 Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable. 

7 Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. 8 Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9 y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. CST.

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