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Lucas 18: 9/14 9 Había unos que creían que siempre hacían el bien. Estaban tan seguros de sí mismos que menospreciaban a los demás. Jesús contó esta historia para ellos: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era un fariseo y el otro era un cobrador de impuestos. 11 El fariseo, puesto de pie, se puso a orar consigo mismo así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás. No soy como los ladrones, los injustos, los que cometen el pecado de adulterio, ni tampoco como este cobrador de impuestos. 

12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que adquiero”. 13 »En cambio, el cobrador de impuestos estaba de pie a cierta distancia. Cuando oró ni siquiera levantó la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho para mostrar que estaba arrepentido, y decía: “¡Dios, ten compasión de mí porque soy un pecador!” 14 Les digo que este se fue a su casa aprobado por Dios pero el otro no, porque el que se cree mucho será humillado, pero el que se humilla recibirá honor». PDT.

... mismo, hablando, mejor dicho, recitando en circulo, para sí mismo, pues debido a su condición mental-del alma-, delimitada espiritualmente por la muerte, todos y cada uno de los eventos que les dan curso a sus existencias, del caos en que devanean, constantemente, y sin termino, o pausa, aquel entorno "fantasmagórico", mágico, secreto, que obra sobre todos los seres humanos, a su antojo, pero que en ciertas situaciones, tiene el poder para otorgarles soluciones, suertudas, por causalidad, fortuitamente.

Joel 3: 2/5 2-3 Reuniré a todas las naciones en el valle de Josafat, y las declararé culpables por todo lo que le hicieron a mi querido pueblo Israel: lo dispersaron por todas partes, y echando suertes entre ellos se repartieron su territorio; vendieron como esclavos a los niños y a las niñas, ¡y con ese dinero compraron vino para emborracharse, y les pagaron a las prostitutas! TLA.

El alma-mente-, humana, es como el astuto tahúr, que se engaña, engañando a los "tasadores", y a los necios que, como él, se aventuran, creyendo que es posible, la ventura, que les provee, algo desconocido, indeterminado, impersonal, para que llenen sus bolsillos, con el dinero de los ignorantes, simples, que, como el peor ladrón, exponen, en aras del azar, que supone milenarias mañas, fanáticas, los bienes que de ninguna manera son "suyos", y que además, "eso" sobrenatural, los hara ganar, siendo los perversos que son.  

Sofonías 3: 16/20 18 como en un día de fiesta». Dios promete poner fina la desgracia que ahora sufren
y a la vergüenza que ahora sienten. 19-20 Éste es su mensaje: «Cuando llegue ese día, ayudaré a los indefensos y castigaré a quienes los maltratan. Yo haré que cambie la suerte de los que ahora andan dispersos, y los haré volver a su tierra. ¡Esto lo verán ustedes mismos! TLA.

Los seres humanos, de fanática trascendencia, heredaron en sus descendientes, la errónea creencia, trágica como trágico es el infierno, de poder tener lo que quieran, conforme a las maquinaciones de sus mentes-almas- si trafican con precision, los medios con los que serán atendidos por lo oscuro; lo desconocido, que llaman, inclusive dios, independientemente de su manera de comportarse unos con unos, pues se trata únicamente de cumplir cuidadosamente los rituales, las ceremonias, los cultos, como conseguirán "su suerte".

Juan 19: 23/24 23 Después de que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su manto y lo partieron en cuatro pedazos, uno para cada uno de ellos. Tomaron también su túnica, que era de una sola pieza, sin costura, tejida de arriba abajo. 24 Los soldados se dijeron unos a otros: ―No la dividamos. Mejor echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron, y de esta forma se cumplió la Escritura que dice: «Se repartieron mi manto, y sobre mi túnica echaron suertes». NBV.

Suerte en el Lenguaje Divino, resuelve la Justicia, de cómo cada quien tendrá lo que merecen sus actos, su manera de existir, Jurisprudencia que explica la Justicia de Dios, que obra en su Unigénito Hijo Cristo Jesús, de modo que, tal y como lo explica el Antiguo Testamento, la palabra en que se cumplía la "repartición", de beneficios al pueblo, era echar la suerte, dar a cada quien lo que merece, en justicia, conforme a la manera de comportarse, durante los hechos, ordenados por El Creador. 

Gálatas 6: 7/10 7 No se engañen a sí mismos; nadie puede engañar a Dios; uno siempre recogerá lo que haya sembrado. 8 El que siembra para satisfacer los apetitos de su naturaleza pecaminosa, de ella cosechará destrucción; pero quien planta lo que le agrada al Espíritu, cosechará vida eterna del Espíritu.
9 Así que no nos cansemos de hacer el bien, porque si lo hacemos sin desmayar, a su debido tiempo recogeremos la cosecha. 10 Por lo tanto, hagamos el bien a todos cada vez que se presente la oportunidad, y especialmente a los que, por la fe, son de la familia. NBV.

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