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Gálatas 5: 16/21 16 Por eso les doy este consejo: dejen que el Espíritu guíe su vida y no complazcan los deseos perversos de su naturaleza carnal. 17 Nuestra naturaleza carnal desea lo que está en contra del Espíritu y el Espíritu desea lo que está en contra de la naturaleza carnal. Los dos se oponen. Por eso resulta que ustedes no están haciendo lo que realmente quieren, 18 pero si se dejan guiar por el Espíritu, quedan libres de la ley.

19 Está muy claro que las cosas que hace nuestra naturaleza carnal son: inmoralidad sexual, impureza, descontrol, 20 idolatría, participar en brujerías, odio, discordia, celos, iras, rivalidades, peleas, divisiones, 21 envidias, borracheras, parrandas y otras cosas parecidas. Ya les advertí contra eso y ahora les vuelvo a decir lo mismo, que todos los que hacen eso no tendrán parte en el reino de Dios. PDT.

... como la aurora, del ocaso, se manifiesta la naturaleza humana, nacida como heredera de la existencia, sin fundamento, que cubre a toda la humanidad, como consecuencia de la muerte, explicada en el Orden Espiritual, por El Creador, Cristo Jesus, como la pérdida de la vida, porque la vida es el espíritu, en tanto la existencia, en que se mueve la gente de este mundo, es la muerte; la aurora que se erige desde la raíz, que es Dios mismo, es el eterno, dulcísimo amanecer, pues la muerte es el ocaso eterno, el amargo eterno anochecer.

Efesios 2: 1/3 Tiempo hubo en que vuestras culpas y pecados os mantenían en estado de muerte. 2 Era el tiempo en que seguíais los torcidos caminos de este mundo y las directrices del que está al frente de las fuerzas invisibles del mal, de ese espíritu que al presente actúa con eficacia entre quienes se hallan en rebeldía contra Dios. 3 Así vivíamos también todos nosotros en el pasado: sometidos a nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginación, y destinados por nuestra condición a experimentar, como los demás, la ira de Dios. BLP.

La muerte, es el estado latente, que anticipa, el cumplimiento de la Justicia Divina, consumada en el tiempo preciso, por Cristo Jesus, en los seres, que se negaron rebeldemente a despejar la mentira, de la verdadera muerte, que sucede irremediablemente, cuando el cuerpo, deja de moverse porque el corazón se detuvo, de manera que en un abrir, y cerrar de ojos, están cara a cara, con el rechazado Redentor, el Justificador, el Regenerador, el que volvió a crear, a los que pagaron la deuda de muerte, y comenzarán la segunda muerte.  

Apocalipsis 21: 5/8 5 Entonces, el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo estoy haciendo todo nuevo». También dijo: «Escribe esto porque estas palabras son verdaderas y confiables». 6 Después me dijo: «¡Ya está hecho! Yo soy el Alfa y la Omega, [a] el Principio y el Fin. A todos los que tengan sed, les permitiré beber del manantial del agua que da vida. 7 Todo eso voy a darle al que salga victorioso; yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, los que renunciaron a su fe, los abominables, los asesinos, los que cometen pecados sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos y todos los mentirosos, tendrán un lugar en el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte». PDT.

Adan y Eva, muertos espiritualmente, caídos del Amor, caídos de la Gracia, de su Creador, motivo de la maldición, consecuencia de su pecado imperdonable, culpables de la maldición del planeta, hechos causados por sus decisiones, a pesar de la advertencia de Dios, escalofriante realidad de seres caídos, morando en piso caído, situados en el opuesto a la autora eterna, del Amor de Su Padre, es decir en el oscuro atardecer, que es oscuridad, cada día, más y más tenebrosa.

Romanos 8: 18/25 18 Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. 19 Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. 20 Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, 21 la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; 

23 y los creyentes también gemimos—aunque tenemos al Espíritu Santo en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura—porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos,[a] incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. 24 Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; 25 pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza). NTV.

Aunque parezca una afirmación religiosa, y/o, también, una de las conocidas frases de cajón entre los seres humanos sociales, experimentar la Verdad, en que El Poder de Dios, obra en Cristo Jesús, su Hijo Unigénito, para hacer posible que la gente, pase de muerte, a vida, es la manifestación de lo que, la gente llama milagro, es la experiencia, intima, personal, que sucede en el Orden Espiritual, en que los dignos, encontrados dispuestos, se entregan, deliberadamente, en las manos del Creador, para ser restaurados a la familia de Dios.   

Romanos 8: 5/8 5 Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. 6 Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. 7 Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. 8 Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios. NTV.

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