!!! Nivelados ¡¡¡, ...
1 de Corintios 4: 6/7 6 Hermanos, les hablo de estas cosas por su propio bien y poniendo como ejemplo a Apolo y a mí mismo. Lo digo para que por nuestro ejemplo aprendan ustedes a no ir más allá de lo que está escrito, y para que nadie se hinche de orgullo, favoreciendo a uno en perjuicio de otro. 7 Pues, ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo? DHH.
... puestos a la misma altura, en el mismo plano de la Justicia, marco que Obra inmensamente por Amor, El Amor de Dios, por sus criaturas, revelado en la cruz del calvario, en que la Sangre de Cristo Jesús, pagó el precio de la redención, para la Justificación de la humanidad, toda, uno por uno de los seres humanos que pisarán este planeta sin excepción, o acepción, dado que todos son de Su propiedad le pertenecen, son su excelsa, y de mayor importancia creación.
1 de Corintios 4: 8/10 Al parecer, ustedes ya son ricos, y tienen todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! 9 Pues me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10 Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. DHH.
La desmesurada descomposición, en que las criaturas se disuelven en el pecado, caídos de la Gracia, es decir del Amor de Dios, murieron, y en ese eterno estado, son manipulados por el "padrastro", el impostor que se hace pasar por padre, desnivelándolos unos de otros, ciegos de su real origen, y de su infalible conformación como especie, "creando valores", mediante los residuos del planeta que agoniza bajo maldición desde el principio, respetados como riqueza, que le da forma a las alcurnias, los pergaminos, que los hacen diferentes.
1 de Corintios 4: 11/13 11 Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio 12 y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. 13 Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy. DHH.
Los tratados en el desnivel satánico de la injusticia, despliegan con todo el rigor su orgullo, cimentado en el odio, rasgos fatídicos del carácter de los demonios, en que los "Caines", desarrollan toda forma de engaño, y maquinación de injusticia, contra los "Abeles", despreciando arrogantemente, el Consejo del Padre, para abrazar el consejo de satanás, el asesino, el engañador, el mentiroso, el destructor, el acusador de los hermanos que son hijos de Dios, asumiendo las consecuencias de "ser judíos errantes por siempre.
1 de Corintios 4: 14/15 14 No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como a mis propios hijos, pues los amo. 15 Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tienen muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús. DHH.
La arrogancia que se caracteriza por el remedo de autoridad, fijada en los anales del infierno, revela, como evidencia la verdad de quién es quién, o bien, como parte del esquizofrénico mundo, gobernado por satanás, esa familia postiza, anárquica, dedicada a reproducir el carácter del padrastro, en base a las permanentes decisiones tomadas para desfigurar, la Dignidad de la Creación de Cristo Jesús, restaurada durante su Ministerio de redención, justificación, regeneración, y nueva creación, de la familia de Dios.
1 de Juan 3: 7/10 7 Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. 8 El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. 9 Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida[a] que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando. 10 Hay una forma de saber quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo: el que no pone en práctica la justicia y no ama a su hermano, no es de Dios. PDT.