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1 de Pedro 1: 3/9 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo(A), quien según su gran misericordia(B), nos ha hecho nacer de nuevo(C) a una esperanza viva(D), mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos(E), 4 para obtener una herencia(F) incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará(G), reservada en los cielos para vosotros(H), 5 que sois protegidos[a] por el poder de Dios(I) mediante la fe(J), para la salvación(K) que está preparada para ser revelada en el último tiempo(L). 6 En lo cual os regocijáis grandemente(M), aunque ahora, por un poco de tiempo(N) si es necesario(O), seáis afligidos con diversas pruebas[b](P), 

7 para que la prueba[c] de vuestra fe(Q), más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego(R), sea hallada que resulta en alabanza(S), gloria y honor en la revelación de Jesucristo(T); 8 a quien sin haberle visto(U), le amáis(V), y a quien ahora no veis, pero creéis en Él, y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria[d], 9 obteniendo, como[e] resultado de vuestra fe(W), la salvación de vuestras[f] almas. LBLA.

... por la ceguera natural, por la ceguera de nacimiento, la voluble manera de existir de los seres humanos, pasa por este mundo, dependiendo por entero de la operación de los órganos de la "vista", enfocados siempre, en las apariencias, aplicado el lente, de los valores de lo que envuelve a lo que ven, de manera que según esa "envoltura". o bien son potentados, o bien transeúntes de las calles, aunque lo esencial de lo que debieran ver, que es el individuo, no tiene ninguna importancia, vale según sea el precio de sus "disfraces". 

2 de Corintios 5: 11/15 11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos, y espero que también lo sea a vuestras conciencias. 12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13 Si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. 14 El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. RVR1995.

La gente, la especie humana, sin distingo, ni diferencia mayor que, la identidad individual, que le dio el Creador, en diferenciarse, en elevarse, en crear escalas, "apeldañadas", en el oscuro ejercicio del poder, es decir de la extensión de sus endebles, inútiles brazos, con armas, que entes, muy bien pagados, esgrimen amenazantes,  para infundir terror, a los congéneres que intenten, situarse en el mismo lugar, de la escalera mundanal, esos que en la práctica, son los genuinos merecedores, pero que no pueden pagar las apariencias.

Isaías 11: 1/5 1De ese tronco que es Jesé, sale un retoño; un retoño brota de sus raíces. 2 El espíritu del Señor estará continuamente sobre él, y le dará sabiduría, inteligencia, prudencia, fuerza, conocimiento y temor del Señor. 3 Él no juzgará por la sola apariencia, ni dará su sentencia fundándose en rumores. 4 Juzgará con justicia a los débiles y defenderá los derechos de los pobres del país. Sus palabras serán como una vara para castigar al violento, y con el soplo de su boca hará morir al malvado. 5 Siempre irá revestido de justicia y verdad. DHH.

Los órganos de la visión, la capacidad de "ver" de los seres humanos, tiene como dotación única y definitiva, registrar basura, pues, los ojos humanos son inválidos, deshabilitados para ver personas, pues las personas solo son vistas por personas; así las cosas las criaturas indemnes, ante el poder de la vida, usan sus existencias, para depredar los vestidos y las casa de estos, tratando de ser apreciados, como ellos, debido a la cantidad de "basura", que han conseguido acumular, en la forma de lo que llaman, éxito y prosperidad.

Marcos 12: 11/15 13 Luego mandaron gente de los fariseos y de los herodianos, para atrapar a Jesús en sus propias palabras. 14 Cuando aquéllos llegaron, le dijeron: «Maestro, sabemos que hablas con la verdad, y que no permites que nadie influya en ti ni te dejas llevar por las apariencias humanas, sino que enseñas con verdad el camino de Dios. ¿Es lícito entonces pagar tributo al César, o no? ¿Debemos pagarlo, o no?» 15 Pero Jesús percibió la hipocresía de ellos, así que les dijo: «¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda, para que la vea.» RVC.

Ciegos, por naturaleza, invidentes de si mismos y de sus congéneres, los seres humanos son por lo mismo, ciegos ante lo que pudiera significar, la palabra dios, que solo es parte de su jerga mundanal, escritas y entendidas a la misma "altura", de su acongojante decadencia, porque la Palabra Dios, tiene la forma y altura que solo pueden descifrar, las personas, las persona que sido vista por Cristo Jesús, y que han sido dotadas de la riqueza y el poder, que le es imposible "descifrar a los seres humanos".

1 Samuel 16: 1/7 1Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel: —Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey. 2 Pero Samuel le preguntó: —¿Cómo puedo hacerlo? Si Saúl llega a enterarse, me matará. —Lleva contigo una novilla—le contestó el Señor—y di que has venido para ofrecer un sacrificio al Señor. 3 Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí. 

4 Así que Samuel hizo como el Señor le indicó. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo salieron a su encuentro temblando. —¿Qué pasa?—le preguntaron—. ¿Vienes en son de paz? 5 —Sí—contestó Samuel—, vine para ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio. Luego Samuel realizó el rito de purificación para Isaí y sus hijos y también los invitó al sacrificio. 6 Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «¡Seguramente este es el ungido del Señor!». 7 Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón. NTV.

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