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Daniel 9: 7/10 7 Tú, Señor, eres justo, mientras que nosotros, la gente de Judá, los habitantes de Jerusalén y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todos los países por donde nos dispersaste a causa de nuestra infidelidad hacia ti, nos encontramos ahora cubiertos de vergüenza. 8 Señor, tanto nosotros como nuestros reyes, nuestros príncipes y nuestros antepasados estamos cubiertos de vergüenza, pues sabemos que hemos pecado contra ti. 9 El Señor, nuestro Dios, es compasivo y clemente, aunque nos hayamos rebelado contra él 10 al no obedecer al Señor, nuestro Dios, ni seguir las leyes que nos dio a través de sus siervos los profetas. BLP.
... fortuito, circunstancial, en todo caso ajeno a la conducta en que se realizan los seres humanos, cada día, de cada año, de todos los años, de todas las generaciones, neófitos, inexpertos, desconocedores de la Superior, Inconmensurable, Infinita, Inmensa Inteligencia y Sabiduría de la que son fruto, en la que fueron creados, sometidos en el "grado de esclavitud", a la inteligencia y sabiduría de "este mundo", la subterránea, obvia y predecible, inferior, necedad satánica.
Santiago 3: 13/15 13 Si entre ustedes hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su sabiduría le da. 14 Pero si ustedes dejan que la envidia les amargue el corazón, y hacen las cosas por rivalidad, entonces no tienen de qué enorgullecerse y están faltando a la verdad. 15 Porque esta sabiduría no es la que viene de Dios, sino que es sabiduría de este mundo, de la mente humana y del diablo mismo. DHH.
Para los seres humanos las alturas superiores, están en la regiones celestes, desprovistos de la única "habilidad" que les permitiría, deslindarse de la esclavitud que los encadena a lo que quedó, después de haberlos hecho caer en la trampa que los inhabilitó para siempre, en la comprensión de su identidad, de su origen, en el que fueron príncipes, hijos del Supremo Rey, pero muertos, reducidos a la espesa oscuridad de la servidumbre carnal, instintiva, tiranizada por satanás asesino.
Romanos 6: 17/19 17 Antes eran esclavos del pecado, pero, gracias a Dios, obedientemente y de todo corazón recibieron la formación [a] que se les dio por medio de la enseñanza. 18 Ustedes fueron liberados del pecado y ahora son esclavos de la justicia. 19 Expliqué esto con el ejemplo de la esclavitud porque debido a la debilidad humana a ustedes les es difícil entender. Pero así como antes ustedes entregaron su cuerpo al servicio de la corrupción y la de desobediencia, y eso los llevaba a desobedecer aun más; ahora deben entregar su cuerpo al servicio de la justicia y vivir sólo para Dios. PDT.
La esclavitud encadena al esclavo mas allá de las mismas cadenas en el odio, que se atribuye a si mismo por condición calamitosa, sin entenderla, porque siendo lo único que conoce, cree que es lo normal, que "eso es la vida", de manera que sus existencias circulan en el imperio del odio, que obra en lo individual, tratando de esclavizar, como mecanismo evasivo de su irremediable situación, dejando al descubierto, lo que hace del mundo lo que es.
Efesios 1: 6/9 6 Dios nos eligió para que así se le honre por su grandioso amor, que nos dio gratuitamente por medio de su Hijo amado. 7 La sangre que Cristo derramó en su muerte pagó el rescate para librarnos de la esclavitud. Es decir, que Dios es tan generoso que perdona nuestras faltas, y 8 nos mostró abundantemente su bondad. Con completa sabiduría y entendimiento 9 nos ha dado a conocer su plan secreto. Esto fue lo que con gusto Dios quiso hacer por medio de Cristo. PDT.
Nada en absoluto de lo que sucede en el ámbito de la esclavitud, tiene ningún significado para los esclavos, todo lo explican como consecuencia de su mentirosa, pero irremediable paternidad, tienen un depósito aguardando en sus conciencias, sin embargo su realidad está dentro del axioma popular que dice: "de tal padre, tal hijo", separados, confinados, alejados de toda posibilidad en que pudieran abrir el depósito de su corazón y conocer a su verdadero, Creador y Dios y Padre.
1 de Juan 3: 5/10 5 Ustedes saben que Jesucristo vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay ningún pecado. 6 Todo el que permanece en él no sigue pecando. Todo el que sigue pecando, nunca lo ha visto y ni siquiera lo ha conocido. 7 Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. 8 El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. 9 Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida [a] que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando. 10 Hay una forma de saber quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo: el que no pone en práctica la justicia y no ama a su hermano, no es de Dios. PDT.