!! tercos !!, ...

Éxodo 10: 16/20 16 El faraón mandó llamar inmediatamente a Moisés y Aarón, y les dijo: —He pecado contra el Señor su Dios, y contra ustedes, 17 pero les ruego que tan sólo esta vez perdonen mi pecado, y que oren por mí al Señor su Dios, para que por lo menos aleje de mí esta plaga mortal. 18 En cuanto Moisés salió del palacio del faraón, oró al Señor. 19 Entonces el Señor cambió el rumbo del viento, y lo convirtió en un fuerte viento del oeste que se llevó las langostas y las echó en el Mar Rojo. No quedó en todo Egipto una sola langosta. 20 Pero el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y que no dejara ir a los israelitas. DHH.

... mortales, desplegando toda su capacidad para propinarse daño y dañar a los demás, encadenados a sus soberbias supuraciones egoístas, de las que nacen sus maquinaciones para reducir, a los que escasamente pueden ver, los que comparten integralmente su misma naturaleza, idénticos en absoluto, sin embargo "sintiéndose", diferentes por encima o por debajo; decididos a eliminarlos, para "ocupar", el lugar que en sus minúsculas mentes-almas-, se asignan como propio.

Salmo 56: 4/12 4 Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? 5 Siempre tergiversan lo que digo; se pasan el día tramando cómo hacerme daño. 6 Se juntan para espiarme, vigilan cada paso que doy, ansiosos de matarme. 7 No permitas que estos malvados se salgan con la suya; en tu enojo, oh Dios, derríbalos. 8 Tú llevas la cuenta de todas mis angustias[a] y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. 

9 Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado! 10 Alabo a Dios por lo que ha prometido; sí, alabo al Señor por lo que ha prometido. 11 En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? 12 Cumpliré los votos que te hice, oh Dios, y ofreceré un sacrificio de gratitud por tu ayuda.
NTV. 

La terquedad de los simples mortales, azuzada por satanás y sus demonios, consecuencia del desconocimiento sin remedio del Creador, y sustentado por sus conquistas sociales y religiosas, ignora trágicamente su predecible, estado declarado en enemistad eterna contra Dios, firmado en acta de decretos, que aunque nula por la cruz y la tumba vaciá, El Creador le da honra y en tanto el condenado, se vanagloria, Dios usa su terquedad, para llevar a efecto, sus Planes.

Salmo 118: 5/10 5 En medio de[b] mi angustia invoqué al Señor[c]; el Señor[d] me respondió y me puso en un lugar espacioso. 6 El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? 7 El Señor está por mí entre los que me ayudan; por tanto, miraré triunfante sobre los que me aborrecen. 8 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. 9 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes[e]. 10 Todas las naciones me rodearon; en el nombre del Señor ciertamente las destruí[f]. LBLA. 31 ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como estas? Si Dios está a favor de nosotros, quién podrá ponerse en nuestra contra? Romanos 8: 31 NTV. 

La Voluntad Permisiva de Dios, en que obra satanás y sus huestes, potestades, principados y gobernadores de tinieblas, en el ámbito del submundo, que es el entorno compuesto por los tercos mortales, esclavizados por el dios de "este mundo", sobre los que la maldición de la segunda muerte  fue decretada por El Creador, mucho tiempo atrás, los que permanecen en sus conjuras, únicamente porque Dios los ha hecho tercos, para facilitar los cambios necesarios para su familia. 

Eclesiastés 9: 12/15 12 Porque, además, el mortal desconoce su momento como peces atrapados en la red fatal y como pájaros apresados en la trampa, así son atrapados los humanos cuando la desgracia les sobreviene de improviso. 13 Observé también bajo el sol esta enseñanza, que me parece importante: 14 había una ciudad pequeña, de pocos habitantes; vino contra ella un gran rey que la cercó y la asedió con grandes fortificaciones. 15 Vivía allí un hombre pobre y sabio, que hubiera podido salvar la ciudad con su sabiduría; pero nadie se acordó de él. BLP.

La terca necedad, que es estupidez, es la señal predominante de la especie humana, convencida de su intrascendencia; su inconmensurable incapacidad, solo le alcanza para trascender en el reinado de satanás en este mundo; trascendencia inútil, y claro mentirosa, que responde a su libertad, a su libre albedrio, la decisión, hecha de pasar la eternidad, al lado de su dios, de su falso padre, del sátiro que los envileció, los violo, los hizo su motivo de burla Al Creador.  

Efesios 2: 1/3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible[a]—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV. Negrilla agregada por V.de.C.

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