!! nuestra parte !!, ...
Salmo 4: 2 2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah RVR1960 11 Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron[a] a los baales, 12 y abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al Señor. Jueces 2: 11/12 LBLA.
... nuestra conformidad, es con los baales, es decir en los demonios, somos "cosmopolitas espirituales", de proporciones finales, es la afirmación de los seres humanos que desafían a Dios, burlándose, como mueca de la ignorancia, que se entiende en la inmarcesible insignificancia, que aún reunida como lo que es, la masa compuesta por carne y mente-alma- enajenada que le da forma al mundo, no registra, no es perceptible, por la inmensidad Majestuosa del Creador.
1 Reyes 11: 1/4 Pero el rey Salomón, además de amar a la hija del Faraón, se enamoró de muchas mujeres extranjeras; algunas eran de Moab, otras eran de Edom, de Sidón y de los hititas, 2 y de todas ellas el Señor ya había advertido a los israelitas: «Ustedes no deben tener relaciones sexuales con mujeres extranjeras, ni ellas con ustedes, pues por ellas corren ustedes el riesgo de llegar a adorar a sus dioses.» Sin embargo, Salomón se enamoró de mujeres así. 3 Tuvo setecientas mujeres a las que hizo reinas, y trescientas concubinas, y todas ellas lo hicieron extraviarse. 4 Cuando Salomón envejeció, sus mujeres lo hicieron adorar a dioses ajenos, y a diferencia de David, su padre, su corazón dejó de ser perfecto ante el Señor su Dios. RVC.
Se enorgullecen las criaturas, afirman, somos semblanza del dios de este mundo, porque nos hemos amoldado a sus maquinaciones, a sus manipulaciones; nos hemos hecho asesinos, engañadores, mentirosos, destructores, perversos con nuestros cuerpos, y con todo lo que le da honor al Creador mediante sus Mandatos; afirman; ¿no es acaso suficiente prueba de nuestra anuencia al dios de este mundo, lo que el mundo es, en lo que se ha convertido en estos últimos tiempos?
1 de Corintios 6: 9/10 9-10 ¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones. DHH. 9 También sabemos que la ley no es para los que hacen el bien sino para los delincuentes y los rebeldes, para los que no respetan a Dios, ni viven como él manda;
para los pecadores, para los profanos, para los que asesinan a sus padres y para todos los demás asesinos. 10 La ley es para los que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, para los homosexuales, para los que trafican con seres humanos, para los mentirosos, para los que juran en falso y para los que de cualquier manera se oponen a la verdadera enseñanza que conduce a una vida recta. 11 Esa enseñanza forma parte del glorioso mensaje que el Dios bendito me encargó anunciar. 1 de Timoteo 1: 9/11 PDT.
Estamos; continúan argumentando estrepitosamente los seres humanos, en completa concordancia con las normas sociales que moralizan la injusticia, y somos parte; a nuestro antojo, de los miles, y miles de apéndices del cuerpo de satanás que opera como sistema religioso, en que recibimos; a buen precio, la "bendición" a la horripilante corrupción que exhibe el caos monumental de nuestra manera de existir, que se descompone segundo a segundo, como se descomponen los cuerpos muertos.
Salmo 14: 1/3 1 Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno! 2 El Señor mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios. 3 Pero no, todos se desviaron; todos se corrompieron.[a] No hay ni uno que haga lo bueno, ¡ni uno solo! NTV. 10 Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. 11 Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. 12 Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo»[a]. 13 «Lo que hablan es repugnante, como el mal olor de una tumba abierta. Su lengua está llena de mentiras». «Veneno de serpientes gotea de sus labios»[b]. 14 «Su boca está llena de maldición y amargura»[c].15 «Se apresuran a matar. 16 Siempre hay destrucción y sufrimiento en sus caminos. 17 No saben dónde encontrar paz»[d]. 18 «No tienen temor de Dios en absoluto»[e]. Romanos 3: 10/18 NTV.
Lo cierto, como prueba de nuestra verdad, es que nuestra parte es con nuestro padre el diablo, somos ciudadanos del mundo, afirman las criaturas, y el mundo tal como es, como se ve es fruto de nuestra obra, la mas execrable obra, calculada en que rechazamos, negamos, pérfidamente a nuestro Creador y Dios y Padre, para abrazarnos a las pezuñas del macho cabrío, el burlador de los hermanos el sátiro que se llena de odio, reduciendo a las criaturas a la condición de esclavos.
Juan 8 44 44 El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere. El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira. DHH. 8 Pero como yo me quedé solo mientras ellos iban matando gente, me incliné sobre mi rostro, y a gran voz clamé:«¡Ay, Señor y Dios! ¿Acaso por tu enojo contra Jerusalén vas a destruir a todo el remanente de Israel?» 9 Y Dios me dijo: «La maldad del pueblo de Israel y de Judá es muy grande. La tierra está saturada de sangre, y la ciudad está llena de maldad. Andan diciendo que yo he abandonado la tierra, y que no me doy cuenta de nada. 10 Así que voy a actuar, y no los perdonaré ni les tendré misericordia; al contrario, haré que recaigan sobre ellos las consecuencias de su mala conducta.» Ezequiel 9: 8/10. RVC.