!! Envilecido !!, ...
Hechos 9: 1/5 1Saulo aún lanzaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor cuando fue a ver al sumo sacerdote. 2Allí le pidió cartas para las sinagogas de Damasco para que, en caso de hallar a hombres o mujeres de este Camino, los pudiera llevar presos a Jerusalén. 3Pero sucedió que de pronto en el camino, ya cerca de Damasco, lo rodeó un poderoso haz de luz que venía del cielo 4y que lo hizo rodar por tierra, mientras oía una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» 5Y él contestó: «¿Quién eres, Señor?» Y la voz le dijo: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Dura cosa te es dar de coces contra el aguijón. RVC.
… el errante, el vago de "este mundo", ostenta ridículamente en el podio de la necedad-estupidez- el autoflagelo que se causa pateando el aguijón, luchando contra Dios; los demonios lo utilizan para flagelarse, obrando como los trúhanes que ignoran la inalcanzable Potestad de Dios, que se Debe a Si Mismo y a los que "son como El", pero de ninguna manera a las errantes criaturas que "pretenden" moverlo con lo mezquino de su perversion, cometida para profanarlo.
Hechos 5: 30/39 30El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 31A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. 33Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos. 34Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, 35y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres.
36Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. 37Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. 38Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 39mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. RVR/60
Esta aberrada lucha del errante contra su Creador, "mueve" en verdad la Justicia de Dios, que por su infalibilidad, jamás tendrá por inocente al culpable; sin excepción o acepción, cada quien recibirá el pago merecido por su conducta, por lo que haya hecho con "su vida", rebajado, despreciado en su verdadera estima por satanás, permanecerá aferrado a su perversion con la clara intención de profanarse creyendo que profana a Dios, consiguiendo con creces su eterna condenación.
1 de Corintios 6: 9/10 9-10¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones. DHH. 13No hay nada creado en el mundo que se pueda esconder de Dios; todo está desnudo y expuesto a su vista. Es a él a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestra vida. Hebreos 4: 13 PDT.
Desasosiego eterno, errar sin descanso, es la ganancia del diablo en su subterránea lucha contra su Creador, extendida a cada uno de los miles de millones de errantes que aún no comprenden, porque sus mentes-almas- y las voces de sus "amados consanguíneos", no paran de señalarlo como nulo, inservible, sin valor, mientras fingen arteramente que lo "quieren", y en algunos casos que lo aman, impulsándolo a buscar valer, mediante la perversion, la depravación y la profanación de Dios.
Ezequiel 39: 21/24 21»Pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones me verán sentenciarlos y darles su merecido. 22A partir de ese día, el pueblo de Israel sabrá que yo soy el Señor su Dios. 23También sabrán las naciones que el pueblo de Israel fue llevado al cautiverio por causa de su pecado, pues yo les di la espalda y los entregué en manos de sus enemigos, y todos cayeron a filo de espada, porque se rebelaron contra mí.
24Yo les di la espalda y los traté conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones.» RVC. 19Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, 20idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, 21envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios. Galatas 5: 19/21 NTV.
Si hay una tragedia que pueda ser enunciada como tal, tiene que ver con lo que le sucede al errante que llega a "este mundo", se une a el, le aporta con grandilocuencia, su individual, manera de pervertirlo todo, obrando como su necia mente-alma- lo dirige para rebuscar en el piso del infierno guijarros que esgrime contra todos amenazante, y dardos candentes con los que intentara profanar la Divinidad, lo recto y justo es pervertido y La Santidad y el Amor profanados.
Juan 8: 3/11 3En esto, los maestros de la ley y los fariseos se presentaron con una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La pusieron en medio 4y plantearon a Jesús esta cuestión: — Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. 5En la ley nos manda Moisés que demos muerte a pedradas a tales mujeres. Tú, ¿qué dices? 6Le plantearon la cuestión para ponerlo a prueba y encontrar así un motivo de acusación contra él. Jesús se inclinó y se puso a escribir con el dedo en el suelo.
7Como ellos insistían en preguntar, Jesús se incorporó y les dijo: — El que de vosotros esté sin pecado que tire la primera piedra. 8Dicho esto, se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo. 9Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos, todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio. 10Se incorporó y le preguntó: — Mujer, ¿dónde están todos esos? ¿Ninguno te condenó? 11Ella le contestó: — Ninguno, Señor. Jesús le dijo: — Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar. BLP.