¡¡ Victoria !!, ...

Galatas 2: 11-16 11Pues bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable. 12Antes que llegaran algunos de parte de *Jacobo, Pedro solía comer con los *gentiles. Pero cuando aquéllos llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por temor a los partidarios de la *circuncisión.[a] 13Entonces los demás judíos se unieron a Pedro en su *hipocresía, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita.

14Cuando vi que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del *evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo?

15»Nosotros somos judíos de nacimiento y no *“pecadores paganos”. 16Sin embargo, al reconocer que nadie es *justificado por las obras que demanda la ley sino por la *fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado. NBD.

... de consecuencias eternas, es la que ha conseguido, consigue y conseguirá satanas el dios de este mundo, sobre sus gobernados esclavos, sesgando astutamente; esto es en ausencia absoluta de sabiduría e inteligencia, las Virtudes de la Ley de Dios-El Amor-, Amor que toma su excelsa forma y Nombre, en que es la manifestación absoluta de Dios hacia todo lo que lo excluye a El, esto es hacia su Creacion física y de las criaturas creadas a su imagen y semejanza.

Galatas 2: 17-21 17Pero supongamos que intentamos ser declarados justos ante Dios por medio de la fe en Cristo y luego se nos declara culpables por haber abandonado la ley. ¿Acaso esto quiere decir que Cristo nos ha llevado al pecado? ¡Por supuesto que no! 18Más bien, soy un pecador si vuelvo a construir el viejo sistema de la ley que ya eché abajo. 19Pues, cuando intenté obedecer la ley, la ley misma me condenó. Así que morí a la ley —es decir, dejé de intentar cumplir todas sus exigencias— a fin de vivir para Dios. 20Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21Yo no tomo la gracia de Dios como algo sin sentido. Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera. NTV.

El soslayo, con el que satanas es victorioso, socava el Amor, que es por los demas, levantándolo "legalmente" hacia uno mismo, hacia su ego, cifrándolo en el orgullo que aniquila a los "cónyuges", por tanto a los niños, a los padres, a los nietos, a los nietos de los nietos, a los familiares, a los amigos, a los "enemigos"; en fin a todo lo que se ponga delante de los apetitos del egoísta, en que la gula es juego de infantes, y la pornografía, parece un chiste inocente.
  
Galatas 3: 23-29 23Pero antes de que viniera la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro tutor, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. 25Pero al venir la fe, no estamos ya al cuidado de un tutor, 26pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27Porque todos ustedes, los que han sido bautizados en Cristo, están revestidos de Cristo. 28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús. 29Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abrahán y, según la promesa, herederos. RVC. 

Delicadamente encubierto, altamente disimulado, el odio socava el Amor, le quita "el piso", al valor de la vida, como realización de valores que se cultivan día y noche en los niños, enraizándolos en la persona que Dios Creó, y que entrega en  embrión, a privilegiados que El Bendice, los que hacen las preciosas obras del genuino labriego, que cuenta con la Anuencia de su Creador, para afrontar, las plagas, las aves, la sequía, las tormentas, los raudales, las vientos, todo lo que se le oponga.  

Isaias 41: 9-16  9Yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado y te dije: “Tú eres mi siervo.” Yo te elegí y no te he rechazado. 10No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. 11Todos los que te odian quedarán avergonzados y humillados; los que luchan contra ti quedarán completamente exterminados. 12Buscarás a tus enemigos y no los encontrarás; los que te hacen la guerra serán como si no existieran. 

13Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: “No tengas miedo, yo te ayudo.”» 14El Señor afirma: «Israel, pueblo de Jacob, por pequeño y débil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor. 15Haré de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes; trillarás los montes, los harás polvo, convertirás en paja las colinas. 16Los aventarás y el viento se los llevará; el huracán los desparramará. Entonces tú te alegrarás en el Señor, estarás orgulloso del Dios Santo de Israel. DHH.

Pero los seres que han sido encontrados dignos de morir a la astucia enseñada por el padre astuto del asesinato, de la mentira, del robo, de la destrucción, que son la bases principales sobre las que opera su reino de oscuridad y muerte eterna, son redimidos de su pecado, son perdonados, por tanto su gratitud es eterna alabanza, adoración sin limites, pues El los ha Perdonado del pecado y de la muerte su consecuencia, los ha salvado de la muerte eterna, y son creados para amar, es decir para vivir.

Lucas 19: 1-10 1Jesús entró en Jericó, y comenzó a cruzar la ciudad. 2Mientras caminaba, un hombre rico llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores de impuestos, 3trataba de ver quién era Jesús, pero por causa de la multitud no podía hacerlo, pues era de baja estatura. 4Pero rápidamente se adelantó y, para verlo, se trepó a un árbol, pues Jesús iba a pasar por allí. 5Cuando Jesús llegó a ese lugar, levantó la vista y le dijo: «Zaqueo, apúrate y baja de allí, porque hoy tengo que pasar la noche en tu casa.» 6Zaqueo bajó de prisa, y con mucho gusto recibió a Jesús. 7Todos, al ver esto, murmuraban, pues decían que Jesús había entrado en la casa de un pecador. 8Pero Zaqueo se puso de pie y le dijo al Señor: «Señor, voy a dar ahora mismo la mitad de mis bienes a los pobres. Y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más lo defraudado.» 9Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues este hombre también es hijo de Abrahán. 10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.» RVC. 

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