¡¡ Olfatean !!, ...

Isaias 42: 18-25 18»Sordos, escuchen; ciegos, fíjense y vean. 19Nadie hay tan ciego ni tan sordo como mi siervo, mi enviado, nadie tan ciego ni tan sordo como mi mensajero, el siervo del Señor. 20Ha visto muchas cosas, pero no se fija en ellas; puede oír, pero no escucha nada. 21El Señor, por ser un Dios que salva, quiso hacer grande y gloriosa su enseñanza; 22pero a este pueblo lo roban y saquean, a todos los han hecho caer presos, los han encerrado en calabozos; se apoderan de ellos, y no hay quien los libre; los secuestran, y no hay quien los rescate.»

23¿Pero quién de ustedes hace caso de esto? ¿Quién está dispuesto a escuchar lo que va a suceder? 24¿Quién permitió que Israel, el pueblo de Jacob, fuera conquistado y secuestrado? ¿No es verdad que fue el Señor? Ellos pecaron contra él, no quisieron seguir por el camino que él les había señalado, ni obedecieron su enseñanza. 25Por eso se enojó con ellos y los castigó con una guerra violenta que los hizo arder en llamas; mas ni aun así quisieron entender. DHH. 

... pues son sordos y ciegos, los lobos, la avanzada de los perros de los chacales, de nombres diferentes, de aspectos algo distintos, pero idénticos en ferocidad, en el voraz empeño por devorar a las ovejas, sus mentes-almas- los consagran a cada manada, y son puestos bajo la autoridad impuesta por el "alfa de todos"; cada manada en su propio reducto, se gruñe mutuamente, "fijando su territorio", obran así conforme a su naturaleza, a sus apetitos e instintos.

Isaias 6: 6-10 6En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar, 7y tocándome con ella la boca, me dijo: «Mira, esta brasa ha tocado tus labios. Tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido perdonadas.» 8Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?»

Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» 9Y él me dijo: «Anda y dile a este pueblo lo siguiente: “Por más que escuchen, no entenderán; por más que miren, no comprenderán.” 10Entorpece la mente de este pueblo; tápales los oídos y cúbreles los ojos para que no puedan ver ni oír, ni puedan entender, para que no se vuelvan a mí y yo no los sane.» DHH. 

No se pueden "ver, ni oír", solo se tantean, durante sus incursiones las que suceden una a una, en medio de la densa oscuridad, que es su perfecto complice en la descomunal comisión del pecado-injusticia- ya que en efecto lo que obra es el olfato, que es engañado por el "olor" de las pieles de las ovejas asesinadas. destrozadas, en la nauseabunda rapiña antropófaga, en la que se "comen unos a otros",  con violenta iniquidad.

Juan 12: 38-42 38Pues tenía que cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: «Señor Dios, ¿quién ha creído en nuestro mensaje y a quién se le ha mostrado tu poder?» [a] 39Por eso la gente no podía creer, pues Isaías también dijo: 40«Dios los encegueció  y cerró su mente para que ellos no pudieran ver ni entender, ni tampoco volverse a mí  para que yo los sane». [b] 41Isaías dijo esto porque vio la gloria de Jesús y habló sobre él. 42Aun así muchos creían en Jesús. Incluso muchos de los líderes creían en él, pero les tenían miedo a los fariseos. Por eso no se lo contaban a nadie, para que no los echaran de la sinagoga. PDT.

Pero sus naturalezas, su olfato y todo lo "son", es falsificado, los lobos, los perros, los chacales, son todos ovejas desbaratadas por el desbaratado Luzbel, que aterrorizado ante su Creador, pero pertinaz en su rebeldía, en su apostasía, puso en funcionamiento su plan de pecado y muerte a  partir de los primeros asesinados, de los que nacen hijos fisicamente conforme al "diseño" del Creador, pero conducidos por el ejemplo de los procreadores que toma raíces en sus mentes-almas-.

1 de Juan 3: 7-10  7Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. 8El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. 9Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida [a] que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando. 10Hay una forma de saber quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo: el que no pone en práctica la justicia y no ama a su hermano, no es de Dios. PDT.   

Por tanto, los que son tomados de las tinieblas para ser llevados a la luz, reciben ante la cruz, en la Persona martirizada de su Creador, Señor, redentor, perdonador, el testimonio de la horripilante capacidad del pecado-injusticia- para causar muerte destrucción, toda la mentira es expuesta y la identidad recuperada, porque muerta la falsa naturaleza, nace la genuina naturaleza, la integral condición de las "ovejas".

Colosenses 2: 12-15  12Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con él, porque creyeron en el poder de Dios, que lo resucitó. 13Ustedes, en otro tiempo, estaban muertos espiritualmente a causa de sus pecados y por no haberse despojado de su naturaleza pecadora; pero ahora Dios les ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. 14Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz. 15Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso. DHH.     

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