Asi, ...

Romanos 8: 28/29 28Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito. 29Dios los conocía antes de que el mundo fuera creado. Él decidió que fueran como su Hijo y quería que el Hijo fuera el mayor [a] de muchos hermanos. PDT. 6y debido a que somos[a] sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre»[b]. 7Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero. Gálatas 4: 6/7. NTV.

... obra el Poder de Dios que conoce la disposición de corazon, de los que existen en pecado, con el latente anhelo de "conocer" la vida que es conocer a Dios; los que reciben respuesta al clamor por ser liberados de la "profesión de muerte", para ser llevados ante la cruz, lugar en que profesan su fe en la Vida; los que uno por uno confiesan el "pecado compuesto", desarrollándose en ellos la capacidad para entender el milagro, para engrandecer la obra que realizo Cristo Jesús por Amor a cada uno de los que se acercan, de manera que la cruz toma el verdadero significado como Altar de Amor en el que cada uno es redimido de pecado ante Dios, para cumplir con su Justicia. 

Hebreos 12: 2   2Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina. En vez del gozo que podía haber tenido, sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Después se sentó a la derecha del trono de Dios. PDT. 26pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, 27ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo. 28Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. 29Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. Gálatas 3: 26/29. DHH.  

La milenaria separación de Dios de sus criaturas, descompuso las relaciones "humanas" en el lodo del pecado, ese compuesto de premeditación y ataque, que redujo por completo la esencia de alternar en el mismo "mundo", al lado de "otros semejantes", a la miserable conveniencia, el interés solapado, que "sodomaquiso", el propósito del Creador, agravando la esclavitud de "los cercanos", descargando sobre sus cadenas, las cadenas que arrastra el esclavizado, que se cree esclavizador, en el ambiente infernal en que "todo tiene precio" y todo es "hecho" a cambio de lo que esperan recibir, estado de la existencia que por estéril e inútil, es la forma anticipada del desierto llamado infierno.      

Tito 3: 3 3Antes nosotros también éramos insensatos; no obedecíamos y estábamos perdidos. Éramos esclavos de toda clase de placeres y deseos, éramos malvados y envidiosos. Los demás nos odiaban y nosotros a ellos. PDT. ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior? 2Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. Santiago 4: 1/3. NTV.

El pecado mantuvo rotas las relaciones entre los padres y los hijos, y entre los padres mismos, entre los primeros con los segundos y los segundos con los terceros, formando la cadena de odio efecto de la relación rota con Dios, que persistió hasta hace algo mas de dos mil años, tiempo en que la cadena de odio y separación murió en la cruz, el hombre de pecado murió, uno por uno junto con El Salvador, que sobre la base de la confesión de pecado, restauró el amor que comienza en Dios y se extiende para fertilizar hasta la altura de Cristo Jesús, la abundancia de amor entre esposos y entre los esposos y sus hijos y entre los hermanos y entre estos con los padres de sus padres.

Juan 10: 10 10El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante. NTV. 29—Les aseguro —respondió Jesús— que todo el que por mi causa y la del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos, 30recibirá cien veces más ahora en este tiempo (casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones); y en la edad venidera, la vida eterna. Marcos 10: 29/30. NVI.  34Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. 35El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos». Juan 13: 34/35. NTV. 

La abundancia de la Vida es la abundancia del amor dispensado entre miembros de la misma familia, la familia de Dios, que es la iglesia, de manera que la promesa es tan efectiva, como es efectivo el amor, pues el que ha nacido en la familia de Dios, tiene tantas casas como casas tienen sus hermanos, tienen tantos terrenos como terrenos tienen sus hermanos, tiene tantas madres como genuinas madres tienen los hermanos, así como padres, hijos; y demás bienes que por amor son los bienes que los miembros de la familia "tienen" como herederos del dueño absoluto tanto de la vida nueva, como de las cosas materiales que en abundancia son semblanza del hogar que es llamado cielo.

Marcos 3: 31/34  31Luego la madre y los hermanos de Jesús vinieron a verlo. Se quedaron afuera y le mandaron a decir que saliera para hablar con ellos. 32Había una multitud sentada alrededor de Jesús, y alguien dijo: «Tu madre y tus hermanos[a] están afuera y te llaman». 33Jesús respondió: «¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?». 34Entonces miró a los que estaban a su alrededor y dijo: «Miren, estos son mi madre y mis hermanos. 35Todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano y mi hermana y mi madre». NTV. 32Todos los creyentes pensaban de la misma manera y estaban todos de acuerdo. Ninguno de ellos decía que lo que tenía era sólo suyo, sino que era de todos. 33Con gran poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y Dios bendecía mucho a todos los creyentes. 34En el grupo no había ningún necesitado porque vendían sus tierras y sus casas, traían el dinero de la venta 35y se lo daban a los apóstoles. Después repartían a cada uno según sus necesidades. Hechos 4: 32/25. PDT.  

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