Vete, ...

Mateo 8: 28/29 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? RVR60. 

... de aquí Jesús no te queremos, es lo que dijo la ciudad entera, en la que Dios realizó su bondadosa obra de amor al librar a dos de sus habitantes de la literal esclavitud en que existían habitados por los demonios, estos seres humanos demostraron mayor irreverencia y menor temor que los demonios, a los que quienes fueron testigos, oyeron suplicar al Creador, para que su castigo no fuera anticipado al tiempo decretado por la Justicia de Dios.

Mateo 8: 30/32 Sucedió que a cierta distancia había una gran manada de cerdos alimentándose. Entonces los demonios suplicaron: —Si nos echas afuera, envíanos a esa manada de cerdos. —Muy bien, ¡vayan! —les ordenó Jesús. Entonces los demonios salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua. Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron al pueblo. Allí contaron lo que había pasado con los cerdos y con los dos hombres que habían tenido demonios. La gente del pueblo fue a ver a Jesús, y le rogaron que se marchara de aquella región. NTV. TLA.

Efesios 2: 1/3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible —, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.

Guardadas proporciones Jesús, todos aquí en este lugar estamos bajo la misma esclavitud de aquellos dos conciudadanos, que convivían con nosotros "viviendo en el cementerio donde enterramos a nuestros muertos" debido a los demonios que estando muertos eternamente los habitaban; no queremos nada de lo que hemos sido testigos, no queremos ser libres como ahora vemos que lo son los que eran feroces y amenazantes para los transeúntes.

Marcos 5: 15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo. NTV.

La elección fue hecha, el libre albedrío se pronuncio, los seres humanos que habitaban aquella región, se decidieron por la forma en que vivían, por lo que a su juicio era mas valioso y satisfactorio para ellos; "y todos tuvieron miedo" explicación a la advertencia que Dios nos da sobre malentender, que y quien es el que habita en el corazón de los cristianos que han sido liberados de temor, que es el estado en que quien "siente miedo", espera ser castigado. 

2 de Timoteo 1: 7 Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza. RVES. Amor y temor, en efecto, son incompatibles; el auténtico amor elimina el temor, ya que el temor está en relación con el castigo, y el que teme es que aún no ha aprendido a amar perfectamente. 1 JUAN 4: 18 BHTI.

Ven a mi Jesús, librame de esta opresión, librame de este miedo que es el anticipo de lo que la legión de demonios confirmó ante Dios; ¿nos vas a castigar antes del Juicio final? se que la carga que llevo es el pecado cometido y es la causa que utiliza el reino de las tinieblas para acusarme, reconozco esa carga y la dejo sobre ti en la cruz en la que decido morir contigo ahora, y no al final en el que ya no habrá posibilidad alguna, salvame Señor.-Gálatas 2:19/20-

Juan 1: 10/13 Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. DHH.

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