Abrazos, ...

Romanos 8: 13/14 Por eso la Escritura dice: “Todo aquel que busque la ayuda del Señor será salvo.” Pero, ¿cómo van a buscar la ayuda de alguien en quien no creen? ¿Y cómo van a creer en alguien de quien no han oído hablar? ¿Y cómo van a oír de él si no se les habla? NBD.

... Señor abrazame, te necesito; es la voz que expresa la excelencia de la comunión del santo hijo con su Santo Señor, es la voz del hijo que por seguir la voluntad de su Padre, sufre como sufrió su Señor el Unigénito Hijo del Padre Cristo Jesús, es la voz que responde a lo que el hijo esta viendo, el hijo que tiene a Dios exactamente al alcance de sus brazos.

Marcos 14: 35/36 En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. En su oración decía: «Abbá, Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» DHH. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Romanos 8: 15 DHH.

Todos los sentimientos en que se desarrolla la naturaleza humana, enfocados por entero en hacer el mal, es decir en pecar, gimen en sollozos de frustración a lo que la gente llama simplemente sufrimiento, cuando sus planes han fallado y no pudieron consumar lo que apetecían o deseaban; es en esta incesante situación en la que estos seres hechan mano de sus memorias religiosas y dicen como eco de sus mente, abrazame Señor.

Esta incesante conducta religiosa, es tan eficaz como el ejemplo que nos permite imaginar un cuerpo hecho de hojarasca y otro cuerpo hecho de fuego, en una escena en la que el cuerpo de hojarasca le pide al cuerpo de fuego; abrazame. La Santidad que es Amor y Justicia en el carácter de Dios, es el fuego, mientras que el pecado fruto de la injusticia y el odio es en el carácter humano la hojarasca.

1 de Juan 3: 8/9 El que practica el pecado pertenece al diablo, porque el diablo comenzó a pecar desde el principio. Pero el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo. El que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la vida de Dios está en él; no puede vivir entregado al pecado porque ha nacido de Dios. NBD.

En una supuesta consumación del abrazo en la escena que mencionamos, la consecuencia es simple, la hojarasca será consumida en pocos segundos, por el fuego, porque su "naturaleza no solo es distinta sino opuesta. Conforme al Antiguo Testamento los hombres que ejercían el cargo de sacerdotes y ministraban ante Dios los sacrificios por el pecado, lo hacían "únicamente" desde el lugar santo, solo el sumo sacerdote podía pasar al lugar Santísimo una vez al año llevando sangre de animales ofrecida por sus propios pecados, de otra manera moría.

Hebreos 9: 11/12 Pero ya vino Cristo, el sumo sacerdote de las bendiciones que nos han llegado ahora. Cristo no presta servicio en una carpa como en la que servían aquellos sacerdotes sino en un lugar grandioso y perfecto, no hecho por seres humanos, que no es de este mundo. Cristo entró una sola vez y para siempre al Lugar Santísimo. No ofreció la sangre de chivos ni becerros, sino su propia sangre, y de esa forma nos liberó para siempre del pecado. PDT.

Los cuerpos que se estrechan que se funden en uno en un abrazo, son de la misma Naturaleza, son conocidos, su cercanía y comunión es fruto de la fe en que el que abraza tiene una relación personal con el abrazado, el amor en que fructifica la fe los mantiene unidos como si fueran uno solo, confirmandose eternamente lo que es sufrimiento con propósito, que es el costo bien calculado que han hecho los que por amor a su Señor, cumplen su Voluntad.   

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