Si estoy de acuerdo, ...

Santiago 4: 17 Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace. NVI.

... voto en favor, es lo que explica la palabra "consentir", la que pronuncian hombres y mujeres con una elevada hoja de vida, y que han sido puestos por los ciudadanos de las naciones en puestos como senadores, como representantes a la cámara, como jueces, como presidentes, para que cumplan con la voluntad del pueblo que los nombra, bajo gravísima responsabilidad.

El mas grave error que cometemos, en especial los que hemos sido llamados a ser papá y mamá, es creer que "consentir", es algo que ocurre "únicamente con los niños de corta edad y en algunos casos en otras edades", al permitir-estar de acuerdo, votar en favor- que cometan, según nosotros; actos que desaprobamos porque no son hechos como nosotros los hacemos.

Los hijos, los niños, que desconocen de verdad, lo que es la conducta que nos agrada, de la que no nos agrada, obran para averiguarlo, sobre la base de su completa incapacidad para manejar, los espacios y sus relieves, las esquinas y los peldaños o pasos de escalera, los estilos y etiquetas en que se usan los cubiertos en la mesa, que vendrán a ser parte de su conducta, bajo la enseñanza y supervisión de los que se las enseñan.

Guiar, orientar y capacitar a un niño en lo que desconoce y en lo que fallará muchas veces, ha de ser en primer lugar, fruto de nuestro amor por ellos, porque solo así podremos encontrar la diferencia entre "consentir y corregir". Nunca será "consentimiento", derramar nuestro amor por lo pequeños, mientras disfrutamos de sus constantes intentos, por ganar nuestra atención.

Los que que han conocido por vía de sus padres, lo que es conducirse como persona, en medio de su familia y de la sociedad, ya no requerirán guía, orientación y capacitación, sino corrección y es aquí en donde encontramos la perfecta aplicación de lo que es consentimiento; no corregir al que sabe que lo que esta haciendo esta mal, obrando en su completa capacidad.-Hebreos 12: 6/8-

Somos los adultos, los que "nos consentimos unos a otros", haciéndonos cómplices de toda conducta libertina, injusta y manipulada, aceptando toda clase de sobornos, de peajes y de adulaciones, y usando nuestros cuerpos crecidos y cubiertos de pelo y voces gruesas, actuamos frente a nuestros pequeños, para justificar nuestro pecado; "yo si no consiento a mis hijos, o mis sobrinos, o a mis primos, o a mis nietos, ¡yo los castigo!.

2 de Juan 1: 9/11
Cualquiera que pretenda avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tiene a Dios; pero el que permanece en esa enseñanza, tiene al Padre y también al Hijo. Si alguno va a visitarlos a ustedes y no lleva esta enseñanza, no lo reciban en casa ni lo saluden; porque quien lo salude se hará cómplice de sus malas acciones. DHH.

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