Es que sin esto, ...
Romanos 6: 16/18 ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta. NTV.
... no es posible hacer nada, sentirme bien y tratar de avanzar como lo hacen otros a mi alrededor; "esto" es indispensable para mi, dependo completamente de "esto" para poder verme y sentirme a gusto y pensar que soy feliz, o que podría serlo, sin duda dependo de "esto", para poder moverme, para sentirme seguro, para creer que valgo algo, para ser aceptado.
Las dependencias, tal como la sociedad y la religión las llama, para resaltar lo que es común a la gente, escondiendo las "reales dependencias que los esclavizan", son al fin de cuentas los símbolos de la naturaleza humana de todos los tiempos. El chisme o murmuración, el alcohól o similares, el tabaco o similares, los estupefacientes o similares, la comida y similares, el vestido y similares, las casas y similares, Las relaciones sexuales y similares, etc.
No son otra cosa que el "detonante" del pecado, aquello que dispara la voluntad de la gente a moverse para "obedecer", creando el caos con sus movimientos para conseguir aquello-"esto"-, de lo que dependen, decididos a consumar lo que en principio es solo una imagen de la ultima vez que lo "hicieron", llegando hasta lo que se proponían, dejando graves daños en todas direcciones, tan destructivo en la mayoría de los casos que el resultado es la muerte.
Santiago 1: 12/15 Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. NTV.
No es el objeto de la dependencia lo que genera el pecado y la muerte, es dar lugar a que ese objeto nos esclavice, tomando el lugar de Dios en nuestras vidas, llevándonos a una situación en el orden espiritual, en la que quien gobierna es el pecado mismo que es Satanás, dejando al dependiente en medio de la mas horrible tragedia, que es compartir la muerte con el que muerte es.
Efesios 2: 1/3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.
Ni uno solo de los nacidos del vientre de Eva, puede por su propia decisión, o méritos o inteligencia o sabiduría o sacrificios o prácticas religiosas o por medio de limosnas millonarias, o construyendo edificios filantrópicos, o cosas parecidas, liberarse de la esclavitud de las dependencias de su naturaleza humana que son pecado, solo Dios puede hacerlo y si usted lo decide, y le entrega su corazón para que el habite, ya vera los resultados.
... no es posible hacer nada, sentirme bien y tratar de avanzar como lo hacen otros a mi alrededor; "esto" es indispensable para mi, dependo completamente de "esto" para poder verme y sentirme a gusto y pensar que soy feliz, o que podría serlo, sin duda dependo de "esto", para poder moverme, para sentirme seguro, para creer que valgo algo, para ser aceptado.
Las dependencias, tal como la sociedad y la religión las llama, para resaltar lo que es común a la gente, escondiendo las "reales dependencias que los esclavizan", son al fin de cuentas los símbolos de la naturaleza humana de todos los tiempos. El chisme o murmuración, el alcohól o similares, el tabaco o similares, los estupefacientes o similares, la comida y similares, el vestido y similares, las casas y similares, Las relaciones sexuales y similares, etc.
No son otra cosa que el "detonante" del pecado, aquello que dispara la voluntad de la gente a moverse para "obedecer", creando el caos con sus movimientos para conseguir aquello-"esto"-, de lo que dependen, decididos a consumar lo que en principio es solo una imagen de la ultima vez que lo "hicieron", llegando hasta lo que se proponían, dejando graves daños en todas direcciones, tan destructivo en la mayoría de los casos que el resultado es la muerte.
Santiago 1: 12/15 Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. NTV.
No es el objeto de la dependencia lo que genera el pecado y la muerte, es dar lugar a que ese objeto nos esclavice, tomando el lugar de Dios en nuestras vidas, llevándonos a una situación en el orden espiritual, en la que quien gobierna es el pecado mismo que es Satanás, dejando al dependiente en medio de la mas horrible tragedia, que es compartir la muerte con el que muerte es.
Efesios 2: 1/3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.
Ni uno solo de los nacidos del vientre de Eva, puede por su propia decisión, o méritos o inteligencia o sabiduría o sacrificios o prácticas religiosas o por medio de limosnas millonarias, o construyendo edificios filantrópicos, o cosas parecidas, liberarse de la esclavitud de las dependencias de su naturaleza humana que son pecado, solo Dios puede hacerlo y si usted lo decide, y le entrega su corazón para que el habite, ya vera los resultados.
Romanos 5: 15/16 Sin embargo, no hay comparación entre el pecado de Adán y el regalo que Dios nos ha dado. Por culpa de Adán, muchos murieron; pero por medio de Jesucristo Dios nos ha dado un regalo mucho más importante, y para el bien de todos. El pecado de Adán no puede compararse con el regalo de Dios. El pecado de Adán hizo que Dios lo declarara culpable. Pero gracias al regalo de Dios, ahora él declara inocentes a los pecadores, aunque no lo merezcan. TLAD.