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2 de Crónicas 13: 5/10 5 ¿Acaso no saben que el Señor, Dios de Israel, decidió que solamente serían reyes de Israel los descendientes de David, y que esa promesa la confirmó por medio de un pacto que no se puede alterar? 6 Jeroboán, rey de ustedes, no es más que un sirviente del hijo de David, y un traidor a la causa de su soberano. 7 Pero se le unió una cuadrilla de bandidos, y se rebelaron contra Roboán hijo de Salomón, por cuanto era joven y cobarde, y no pudo oponerles resistencia.
8 »¿Creen ustedes realmente que pueden derrotar al reino del Señor, cuyo servidor es descendiente de David? ¡Ustedes son muchos más que nosotros, pero tienen los becerros de oro que Jeroboán les hizo, para que los adoren como a dioses! 9 Además, han destituido a los sacerdotes del Señor y a los levitas, y han designado en su lugar a sacerdotes paganos. ¡Tal como lo hacen los habitantes de otros países, ustedes reciben como sacerdote a cualquiera que llega y ofrenda un novillo y siete carneros! ¡Cualquiera puede ser sacerdote de esos dioses falsos de ustedes! NBV.
... son los extraños, los fraudulentos hijos e hijas, los supuestos hijos, de todos y de todo, menos de su verdadero Padre, los profetas, sacerdotes, líderes, adoctrinadores, que reunió y reúne la adultera, que aun se hace asar como "esposa, como iglesia", cometiendo adulterio, contra su Esposo, con todos los que se le acercan, los que dicen ser hijos de los becerros, de la diosa que le aparece a los nativos y de la diosa que se la aparece a los niños, hijos de la once mil diosas.
de los dioses de la agricultura, de los truenos, de los ojos enfermos, de la diosa madre de dios, y de el sin número de dioses, que son señores de las calles, de las sinagogas de satanás, de las plazas, de los patrones y patronas de los pueblos, ciudades y naciones, hijos e hijas, de las rocas, de los ríos, de los arboles, de la luna del sol, de las estrellas, de los astros, de los sortilegios, del espiritismo, de los talismanes, de la brujera, de la hechicerías, de la magia, de la buena suerte, dé la mala suerte.
Hijos e hijas de la madre naturaleza, de la madre tierra, de los abismos en que pernoctan "las almas", hijos e hijas de la madre muerte, de as aves, de los reptiles, hijos e hijas de las dietas, del "destino"; y esto es solo un minima reseña, de la gigante promiscuidad espiritual, encabezada por la gran prostituta, la gran ramera, que le da lugar en la "casa", le da nicho a cada uno de los amantes, de los que ha engendrado hijos bastardos, dando lugar a la irremediable condenación de la idólatra.
Esta es una semblanza hiperbólica de la realidad en que navegan los seres humanos, victimas felices de la adulteración satánica, cometida por satanás desde el tiempo en que sedujo a la primera, en la narices del primero, para prostituir la genuina, fidelidad, de la genuina y sin forma de explicar su excelso valor esposa, la iglesia, la dignidad Idonea de la que es participé como el medio en que nacen los hijos de Dios aquí en la tierra, para que sean desde ya parte de la familia, a la pertenecerán en el cielo.
Efesios 5:22/32 22 Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, 23 porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. 24 Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido.25 Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella 26 a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios.[a]
27 Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. 28 De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo. 29 Nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida tal como Cristo lo hace por la iglesia. 30 Y nosotros somos miembros de su cuerpo. 31 Como dicen las Escrituras: «El hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo»[b]. 32 Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno. NTV.