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Éxodo 14: 22/24 22 Y los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda. 23 Entonces los egipcios reanudaron la persecución, y entraron tras ellos en medio del mar todos los caballos de Faraón, sus carros y sus jinetes. 24 Y aconteció que a la vigilia de la mañana, el Señor miró el ejército[a] de los egipcios desde[b] la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército[c] de los egipcios. LBLA.
... continuar el camino que que se interrumpió, consecuencia de la "muerte", simbología del abandono de la dedicación centrada en cada quien, es decir en si mismo, manifestación fanática del yo, exposición predecible, obvia, que anticipa la pasmosa rutina, que a pesar de todo, vale para el ejecutor, como lo más notorio, renovado, innovador; estado refregado con cinismo y altisonancia, espectáculo del que son testigos los niños y las niñas, empujados a ser continuadores de semejante socarronería.
Esdras 5: 1/3 Los profetas Ageo y Zacarías, descendiente de Idó, hablaron en nombre del Dios de Israel, que estaba con ellos, a los judíos de Judá y Jerusalén. 2 Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac, reanudaron en Jerusalén la construcción del Templo de Dios. Los acompañaban y ayudaban los profetas de Dios. 3 En ese tiempo vinieron Tatnay, gobernador del otro lado del Éufrates, y Setar-Boznay junto con sus colegas y preguntaron: — ¿Quién os ha dado autorización para reedificar este Templo y levantar las murallas? BLP.
Los egipcios, en el tiempo en que Dios se manifesto por medio de Moises, continuadores de la antigua senda de sus antepasados, se fortalecían cada día, por la experiencia de reanudar y reanudar, lo que dejaban interrumpido, agregando sus propias maneras de caminar, el mismo sendero, se vieron de pronto frente al mayor reto, de sus existencias muy antiguas, al escuchar a Moises, decir a los hebreos, síganme, para recorrer un camino jams recorrido por nadie, un camino que sera abierto por Dios.
Igual experiencia le correspondió a la gente que roñosamente, desperdiciaba su existencia, continuando el camino de los antepasados, al verse sorprendido por Esdras, y los profetas, que caminaban un camino nuevo, desconocido, llevando a efecto la obra que en sus primitivos pensamientos, pudiera parecer levantar unas ruinas, pero que en verdad, estaban "reanudando", la obra, que fue interrumpida por las actividades rutinarias de los paganos, reedificando el templo, dedicado a Dios.
Lucas 10: 30/35 30 Jesús le dijo: — Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos ladrones, que le robaron cuanto llevaba, lo hirieron gravemente y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Casualmente bajaba por aquel mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasó de largo. 32 Y del mismo modo, un levita, al llegar a aquel lugar, vio al herido, pero también pasó de largo. 33 Finalmente, un samaritano que iba de camino llegó junto al herido y, al verlo, se sintió conmovido. 34 Se acercó a él, le vendó las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada próxima y cuidó de él. 35 Al día siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: “Cuida bien a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi vuelta”. BLP.
La aterradora fuerzo dela costumbre, el poder de la tradición, es el sostén de los seres humanos, durante su caminar social y religioso, cambiar de rumbo, produce en toda su naturaleza humana, la mas aterradora inseguridad, el terror, de lo desconocido, tiene el poder para hacerlos decidirse por seguir las sendas antiguas, en que caminaron sus antecesores, y que los conduce irremediablemente al cementerio eterno, al infierno, antes que intentar, por un momento, iniciar un genuino éxodo hacia el cielo.
Marcos 1: 16/20 16 Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. 17 Les dijo Jesús: —Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres. 18 Al momento dejaron sus redes y se fueron con él. 19 Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes. 20 En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús. DHH.