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Job 12: 7/15 7-9 »Pregunta a la bestia más estúpida: ella sabe que así es; pregunta a las aves: ellas te lo dirán; o que te enseñe la tierra, o los peces del mar. 10 Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios. 11 Así como mi boca puede saborear manjares, mi mente saborea la verdad cuando la oigo, 12 y como tú lo dices, los viejos como yo son sabios; comprenden.

13 »Pero la sabiduría y el poder verdaderos pertenecen a Dios. Sólo él sabe lo que debemos hacer; él entiende. 14 ¡Y cuán grande es su poder! Lo que él destruye no puede reedificarse. Cuando él acorrala a un hombre, no hay escapatoria. 15 Retiene la lluvia, y la tierra se vuelve un desierto; envía las tormentas, y se inunda el suelo. NBV.

... y en proceso de envejecimiento es el estado de cada ser humano que arriba a este mundo, la constancia de su existencia es la constante decadencia, basada en la altura en la que se acomodan, aquellos andamios levantados por los ignorantes que caen en la trampa, de la arrogancia necia-estúpida- que los hace creer que la tradición es su fundamento, desconociendo la verdad, que demuestra como cada ser humano, no es esclavo de la tradición, pues ninguno es frito del suceder vicioso de los padres.

 Sino criaturas, hechas a imagen y semejanza de Dios, que por su identidad irrepetible, e indivisa, parte de la naturaleza Divina, son soberanos ejecutores del propósito que le da forma, figura y acción a la vida que los caracteriza, como parte de un todo eterno, la familia, que hace parte del Propósito del Padre Celestial, conforme al Marco sagrado del Evangelio, que explica como vivió Cristo Jesús, de manera que este ha de ser el estilo como viven los hijos que han sido liberados del orfanato mundanal.  

1 de Juan 2: 1/6 1Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. 2 Él mismo es el sacrificio que pagó[a] por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo. 3 Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. 4 Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; 5 pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. 6 Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió. NTV.

Casa, hogar, iglesia, son los sinónimos en que se desarrolla el concepto de familia, establecida como tal, por El Creador Cristo Jesus, como fruto de la Obra realizada aquí en la tierra, para rescatarlos de la perdición de la muerte que causa el pecado, se trata de la Unidad sagrada compuesta por las personas, que fueron redimidas, regeneradas, creadas de nuevo, restauradas en su Identidad espiritual, estructura trinitaria que responde a la semejanza del Dios Trinitario.

1 de Tesalonicenses, 5: 19/23 19 No apaguen el fuego del Espíritu. 20 No desprecien el don de profecía. 21 Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno. 22 Apártense de toda clase de mal. 23 Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. DHH.

La tradición milenaria, inamovible, inactiva, inconmovible, la que toma el lugar de cada individuó y lo reproduce como parte de lo mundanal, carnal y diabólico, eliminado su disposición natural para ser los administradores de al creación, hecha por amor a ellos y como fuente de poder en el que se hace posible realizar el proceso de la vida, que es parte de Dios, y que resuelve de manera Natural, la perspectiva en que cada hijo, e hija, cuenta con libre albedrio, en el contexto de la Voluntad de su Padre Celestial.

1 de Corintios 4: 1/5 1Todos deben considerarnos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, de los administradores se espera que demuestren ser dignos de confianza. 3 Por mi parte, no me preocupa mucho ser juzgado por ustedes o por algún tribunal humano; es más, ni siquiera yo mismo me juzgo. 4 Y aunque mi conciencia no me acusa de nada, no por eso quedo justificado; quien me juzga es el Señor. 5 Así que no juzguen ustedes nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sacará a la luz lo que esté escondido y pondrá al descubierto las intenciones de los corazones. Entonces Dios le dará a cada uno la alabanza que merezca. RVC.

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